La Defensoría del Pueblo considera que las comisarías no son espacios adecuados para el dictado de talleres al no existir protocolos de seguridad que impidan el contacto con los detenidos y público usuario. (El Comercio)
La Defensoría del Pueblo considera que las comisarías no son espacios adecuados para el dictado de talleres al no existir protocolos de seguridad que impidan el contacto con los detenidos y público usuario. (El Comercio)
Redacción EC

Ante el caso de la niña de 11 años asesinada en San Juan de Lurigancho, la Defensoría del Pueblo demandó la suspensión de los talleres de verano y otras actividades dirigidas a menores de edad que se dicten en el interior de las comisarías.

En un comunicado, la entidad considera que dichas dependencias policiales no son espacios adecuados para el dictado de cursos al no existir protocolos de seguridad que impidan el contacto con los detenidos y público usuario. Remarca que en estos establecimientos suele existir material de peligrosa manipulación, como armas de fuego, explosivos, entre otros.

“La institución saluda que la Policía Nacional del Perú realice actividades educativas a favor de la comunidad, sin embargo, considera que estas deben ser debidamente organizadas, además de contar con personal especializado y planes de trabajo, entre otros aspectos indispensables, pero principalmente deben desarrollarse en espacios idóneos y seguros, tales como centros educativos –que en los meses de verano están disponibles– o en las distintas instalaciones municipales como las bibliotecas públicas”, señaló la Defensoría del Pueblo.

Ante el caso de la niña Jimena, quien fue interceptada, violada y asesinada por el depravado César Alva Mendoza tras salir de un taller de pedrería que se dictaba en la comisaría de Canto Rey, la institución instó a la Policía Nacional que se determinen las obligaciones y se sancione a los funcionarios que las incumplieron.

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