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Día del padre: La donación como forma de amor paternal |CRÓNICA
Gladys Pereyra Colchado

Los meses previos al trasplante de su hijo, Walter Almerco tenía una sola meta: bajar casi 20 kilos. El peso parece irrelevante cuando un niño de 4 años corre peligro de muerte, pero para este padre de 42 años no lo era. De esto dependía la operación más importante de su vida, de sus vidas.

El pequeño nació con la enfermedad de Caroli, un raro mal congénito en el hígado que le provocó cirrosis desde sus primeros años. Soportó cirugías, drenajes de catéteres e infecciones recurrentes hasta que la única salida que encontraron los médicos del hospital Rebagliati de Essalud para salvar su vida fue un trasplante de hígado.

La solución se conocía, pero el tiempo no alcanzaba para esperar a uno de los dos donantes por millón de habitantes que existen en el país (promedio muy por debajo de los 46 de España, por ejemplo). Entonces, se recurrió a la última alternativa: un donante vivo.

“Para tomar la decisión no tuve que pensar. Apenas me lo dijo el doctor, yo acepté”, dice Walter. Sin embargo, “sí que debes pensarlo”, aclara el doctor Félix Carrasco Mascaro, del Servicio de Trasplante de Órganos del citado nosocomio. Una cirugía de este tipo es tan riesgosa en un paciente sano como para el enfermo terminal. “De haber donantes cadavéricos no se les sometería a este proceso”, enfatiza el médico.

A los riesgos quirúrgicos se suman los vinculados con la para laboral, el cuidado de los otros hijos en caso de ocurrir lo peor, posibles complicaciones, entre otros. Pero nuevamente Walter fue firme: “Lo haría por cualquiera de mis hijos”. Es así que se sometió a un estricto régimen físico y dietético para estar en condiciones óptimas para el trasplante. De 88 kilos, pasó a tener 70 en tres meses.

—Cirugía exitosa—
Dos salas de operaciones trabajando en simultáneo, más de 30 profesionales –desde médicos hasta ingenieros– y 13 horas de precisión milimétrica. El 16 de diciembre del año pasado, a Walter le quitaron el 20% de su hígado para colocarlo en el cuerpo de su hijo.

La operación fue un éxito. Hoy, que se celebra el Día del Padre, su mejor regalo será ver a su niño sano y feliz.
Desde el 2016, el Rebagliati es el único hospital del país que realiza este tipo de trasplantes. Ocho niños han sobrevivido gracias a estas intervenciones

► FALTAN DONANTES
El Perú tiene una de las tasas más bajas de donantes de órganos en el mundo. El promedio de América Latina es ocho por cada millón de habitantes. En el Perú es de dos por cada millón.

► EN ESPERA

Solo en el hospital Rebagliati hay tres niñas en lista de espera para recibir un trasplante de hígado como máximo en dos meses.“Para tomar la decisión no tuve que pensar. Apenas me lo dijo el doctor, yo acepté”, dice Walter.

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