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Jirón Ayacucho

En el cruce de los jirones Ayacucho y Miró Quesada, en el , una mujer ofrece perros "por catálogo". Bajo el brazo tiene unas hojas bond con imágenes de perros de todas las razas que, supuestamente, tiene en stock. Las imágenes las ha descargado de Google. Las ha enmicado y agrupado con un fastener.

"Me queda un poodle albaricoque", dice la mujer. "Así no más no se consiguen esos", insiste y entrega el cachorro para que los peatones lo carguen. El animal tiene apenas dos meses. Pide S/ 600 por él. "No es bamba, por si acaso", asegura y muestra las fotos de los supuestos padres. "Tienen pedigree", insiste. Ante la duda de los potenciales compradores les hace una rebaja: "Ya pues, te lo dejo a S/ 480".  

Los más baratos son los pequineses, que valen S/120 y los shit zus, que cuestan S/200. La vendedora también lleva un cachorro de esa raza en su cartera . Lo saca de rato en rato para exhibirlo. "Ya pues, deme 100. Mire que ya se ha encariñado con usted", le dice la mujer a una potencial compradora. Otro sujeto se acerca a curiosear: "¿Tienes bull terrier?", pregunta. La mujer asiente: "Están a S/ 1200".

En toda esa cuadra del jirón Ayacucho hay numerosos carteles de la que advierten que el comercio ilegal de mascotas en la vía pública o locales no autorizados será multado con S/ 4050. En los centros comerciales de la zona también hay avisos de rechazo a esta situación y que prohíben el ingreso de los ambulantes "perreros" a sus locales. Varios trabajadores municipales recorren el área. A los vendedores ilegales esto les importa poco. Ofrecen a los cachorros en las pistas. Incluso hacen que los peatones los examinen para que se animen a comprarlos. "Ábrele la boca para que le veas los dientes. Mira su cola. Está limpiecita", señala la vendedora. 

Un trabajador municipal pasa a su costado. Le ordena que se corra más allá. No la multa. No le confisca al animal. La mujer guarda al perrito y se va a la otra cuadra a buscar quién la pague por él. 

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