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Sismos en Perú : probamos el 119 y los mensajes de voz sin Internet que salvan vidas
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El temblor de magnitud 6,1 que remeció Lima y dejó por momentos a la ciudad sin respiración, dejó en evidencia —otra vez— que cuando todos intentan llamar, nadie logra comunicarse. Las líneas colapsan. Las llamadas no entran. Los mensajes de WhatsApp quedan flotando en un limbo de “enviando…”, mientras la incertidumbre crece como una ola.

Entre el miedo y la angustia, una herramienta olvidada por muchos puede marcar la diferencia: los mensajes de voz. No aquellos que usan Internet, sino los del número 119, el sistema nacional de mensajería de emergencia. Un número que no sirve para llamar a los bomberos ni a la policía, sino para algo tan simple y, en esos momentos, tan vital: decirle a tus seres queridos que estás bien, dónde estás o que necesitas ayuda.
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El 119 no colapsa como las llamadas o WhatsApp porque usa canales reservados, no necesita internet, solo señal básica, y funciona con mensajes grabados asincrónicos. Así evita congestión: grabas tu mensaje y el receptor lo escucha cuando puede, en pocos segundos.
Los resultados
Lo hemos puesto a prueba, teléfono en mano, caminando por distintos distritos de Lima, de día y de noche, en zonas con señal débil y en calles saturadas. El resultado sorprende: en solo tres segundos, la persona al otro lado puede escuchar el mensaje. Y puedes enviar tantos como quieras, sin que se congestione la línea.

Funciona así: marcas el 119 desde cualquier teléfono móvil, de cualquier operador, en cualquier parte del país. Lo que se abre no es una llamada común, sino un sistema de grabación de voz: tienes 30 segundos para dejar un mensaje. Terminas, cuelgas. La persona que tú quieras —familiares, amigos, compañeros de trabajo— llama luego al mismo 119, digita tu número de celular, y escucha el mensaje. Si grabas otro, escuchará el más reciente. Así de sencillo. El mensaje puede durar hasta un minuto y quedará grabado por un período mínimo de siete días calendario.
Una de las pruebas la hicimos en la Costa Verde, donde la señal suele ser inestable. Apenas terminamos de grabar, nuestro contacto en Miraflores ya podía escuchar la voz, tres segundos después. Sin interferencias. Sin cortes. “Acabo de sentir otro temblor, estamos bien, avísale a mamá”, decía el mensaje. Y pasó.
En Barranco, en cambio, hicimos la prueba en un sótano, casi sin cobertura. Aquí el teléfono no nos dejaba hacer llamadas comunes, ni cargar el WhatsApp. El 119 sí funcionó. Retrocedimos, de alguna forma, a los tiempos del buzón de voz, ese servicio que alguna vez fue la estrella de la telefonía móvil antes de que llegaran los smartphones.
¿Cómo grabar el mensaje con el 119?

¿Cómo escuchar un mensaje grabado con el 119?

Esta vez no se trata de nostalgia, sino de prevención. La razón por la que el 119 sigue funcionando en emergencias es que su tecnología es básica, robusta y no depende de los mismos canales saturables de voz o datos. Es como si se tratara de un carril exclusivo en la autopista de las comunicaciones.
El Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que administra este sistema, recuerda que en situaciones de desastre, la congestión de las líneas es inevitable. El 119 permite, justamente, que la red se libere: en vez de decenas de llamadas que consumen recursos, se graban breves mensajes que cualquier contacto puede escuchar, sin necesidad de que ambas partes estén disponibles al mismo tiempo.
A diferencia de otros sistemas más complejos, como apps o mensajería de datos, el 119 no necesita internet. Solo requiere la mínima señal de telefonía. Por eso es ideal en lugares alejados o donde las antenas colapsan tras un sismo.
La línea 119 se suma a otras 4 líneas de emergencia claves ante un sismo: Sistema de Atención Médica Móvil de Urgencia (SAMU): 106; Ambulancias de EsSalud en Lima: 117; Alerta Médica: 01 416 6777, Central policial: 105; Bomberos: 116; y Cruz Roja (01) 2660481
Lo que parece un servicio simple —grabar un mensaje de voz— puede ser, en un momento crítico, la diferencia entre la angustia y la certeza.
