“Taxis”, por Angus Laurie
“Taxis”, por Angus Laurie
Angus Laurie

En julio de este año, el ministro del Interior de Francia, Bernard Cazeneuve, prohibió el servicio de taxi Uber Pop, por ser ilegal. Y es que a diferencia de otros servicios de taxis en ese país, los choferes de Uber Pop no cuentan con la licencia ni el entrenamiento requerido para prestar dicho servicio. En efecto, son taxistas informales y generan un impacto negativo sobre los que son formales. De hecho, se ha dado una caída promedio de los ingresos de los taxistas formales de hasta 40%, según Cazeneuve.

En Norteamérica, Uber X también conecta a taxistas sin licencia con pasajeros. Allí el costo del servicio es bastante menor por viaje que el de los taxis formales. Como resultado, ahora hay más taxis de Uber X en New York y Londres que taxis amarillos y negros, respectivamente (los taxis formales de ambas ciudades), según la BBC.

A raíz de la creciente demanda de Uber en varios países, es válido analizar el dilema que plantea este servicio. Por un lado, Urber X y Uber Pop son servicios más eficientes y más económicos que los taxis tradicionales. Por otro lado, estos servicios están debilitando el servicio formal de taxis existente y el control de las municipalidades sobre el número de taxis para evitar la congestión. Este control municipal también permite una supervisión de las tarifas, lo cual ayuda a los taxistas a ganar un salario digno, ya que el servicio formal suele ser costoso. Al ser costoso, genera un incentivo en los ciudadanos para usar transporte público, caminar o ir en bicicleta.

Para las ciudades desarrolladas, el servicio de Uber representa una crisis en su sistema y ha dado lugar a protestas en lugares como Río de Janeiro, Sao Paulo, Cali, París, Lisboa, Sídney, México y Nueva York.

Dados estos antecedentes, fue interesante leer un artículo positivo sobre la llegada de Uberpool a Lima en El Comercio el viernes 11 de este mes. Según el artículo, este servicio funcionaría con una aplicación. Como los otros servicios de Uber e Easytaxi, el sistema usa el GPS para conectar taxistas con pasajeros. Los usuarios pagan electrónicamente con facilidad y además pueden acceder a los datos personales de los choferes. Estos, por su parte, pueden acceder a los datos de los pasajeros. Esto hace que, en teoría, el servicio sea más seguro. Lo peculiar en este caso es que Uberpool propone generar un servicio para compartir los viajes en taxi, generando la posibilidad de reducir la tarifa a la mitad. Es decir, como un colectivo caro.

A diferencia de otras ciudades, en Lima Uber es más formal que el servicio de taxis existente: ofrece tarifas fijas y más seguridad para choferes y pasajeros.

Lo que las aplicaciones no hacen es resolver el problema principal: Lima tiene más del doble de taxis necesarios para cubrir la demanda. Es por ello que, al igual que los otros taxis, los taxis por aplicaciones también deben contar con una licencia para su control y funcionamiento.

Quizá por su informalidad, Lima es una de las ciudades mejor posicionadas para tomar ventaja de estas nuevas tecnologías y utilizarlas para hacer una reforma. Con la llegada de este servicio una cosa queda clara: Lima nunca necesitará taxímetros.

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