"¿Los techos verdes son verdes?" por Angus Laurie
"¿Los techos verdes son verdes?" por Angus Laurie

En las últimas semanas, el tema del agua se ha presentado como el problema fundamental que enfrenta la ciudad. Leímos que después de El Cairo (Egipto), Lima es la segunda ciudad más grande del mundo asentada sobre un desierto. La diferencia es que no contamos con el río Nilo para abastecernos.

He tocado el tema del estrés hídrico varias veces, incluyendo la columna de la semana pasada en la que he cuestionado la sabiduría de algunas municipalidades distritales al promover políticas para la implementación de techos verdes en una ciudad desértica. Varios distritos de Lima tienen estas políticas. ¿Cuál es la lógica detrás estas iniciativas?

Los techos verdes están de moda en muchas ciudades del mundo. Efectivamente, tienen varios beneficios en otros lugares. Por ejemplo, ayudan a reducir el riesgo de inundaciones durante lluvias extremas porque funcionan como un freno para retener el agua. Para Lima no se aplica este beneficio porque al estar en una zona desértica las lluvias no son un factor problemático.

Otra virtud de los techos verdes es la reducción del efecto de la isla de calor urbano y del uso de energía para los equipos de aire acondicionado. Como barreras térmicas, reducen el calentamiento de los edificios. En el contexto de Lima, que se beneficia de un clima moderado, esto tampoco es un factor a tener en cuenta. Pero aun si lo fuera, un mejor modelo es el de Los Ángeles (EE.UU.), que experimenta temperaturas más extremas y también tiene estrés hídrico. Allí usan “techos frescos”: pintan sus techos de blanco para reflejar la radiación solar y reducir el calentamiento de la urbe. Más que promover más área verde privada, en una ordenanza del 2015 Los Ángeles estableció un límite de área de césped por vivienda: indicando un máximo de 25% del área libre. En Lima, nuestros distritos piden áreas mínimas, no máximas.

Promovida por algunas municipalidades y por la prensa, la otra razón para sustentar los techos verdes es el déficit de área verde. ¿Pero para quiénes son estos espacios? Los techos verdes, promovidos en nuestras políticas públicas, no son accesibles a todos. Son áreas privadas y su promoción es, más que nada, un asunto estético; son un mal ejemplo de la implementación de una política europea dentro un contexto en el que no tiene ninguna relevancia.

Estas políticas tendrían sentido si tuviéramos un sistema de reciclaje del agua. El tema de la estética verde en los edificios deviene en el uso irresponsable de un recurso limitado, sin el cual no podríamos tener una ciudad. 

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