El que pasa cerca del Morro Solar no tiene por costumbre levantar la mirada más allá de los dos primeros cerros del litoral chorrillano, donde están el Planetario, la Cruz del Morro y el Cristo del Pacífico. Pero cuando uno comienza a subir y observa en dirección sureste, hacia las antenas enclavadas desde la tercera cumbre, verá a lo lejos algo parecido a una hilera de hormigas que van cuesta arriba: son ciclistas, corredores y otros ciudadanos que se dirigen hacia un complejo de circuitos deportivos de gran potencial, que han rebrotado en la pandemia.