Venezolanos que huyen de una crisis para empezar otra [CRÓNICA]
Venezolanos que huyen de una crisis para empezar otra [CRÓNICA]

Solo la desesperación podría llevar a alguien a empacarlo todo, vestir a los niños, retirar los ahorros y emprender un viaje por tierra de seis días para comenzar una nueva vida en un país desconocido. Pero en Venezuela la desesperación es un síntoma crónico. Como el hambre y el desconcierto. Por eso Amadú Barbesi, de 34 años, hizo lo mismo que el millón y medio de venezolanos que dejaron su país por la crisis humanitaria en los últimos 15 años. Eligió el Perú, y cruzó dos fronteras hasta llegar a Lima sin boleto de retorno.

Pero fue la misma desesperación de Amadú el síntoma que aprovechó un sujeto que se hace llamar Alan Ríos, denunciado por varios venezolanos en la Policía Nacional y las redes sociales, y quien se dedicaría de forma organizada a obtener dinero a costa del engaño. 

Se identificó como abogado del Poder Judicial, y ofreció emitirle para él y su familia el carnet de solicitante de refugio a US$800, un trámite gratuito que se realiza en Migraciones. También le prometió un lugar seguro donde quedarse por otra suma de dinero. Amadú perdió lo poco que tenía al desembolsarle el dinero a quien parecía una persona de confianza. Deambuló en las calles con sus tres hijos y su esposa por varios días. 

Alan Ríos, que ante otras víctimas ha dado el nombre de Galan Negreiros, sería parte de una red de estafadores operada por peruanos, que también estaría integrada por venezolanos, quienes ayudan a captar nuevas víctimas dándoles confianza. La policía les sigue el rastro, y desde que fue públicamente denunciado no contesta los teléfonos.

—En detalle—
Rubén Andrade nació en el Perú, pero radicó durante tres décadas en Venezuela. Hoy ha regresado a nuestro país para dedicarse a ayudar a la colonia llanera. Desde las 8:00 p.m., todos los días recibe decenas de correos y atiende los casos de unos 15 venezolanos. Nadie como él conoce el modus operandi de esta red de estafas en Lima.

“Incluso hay personas que ofrecen puestos de trabajo para mujeres de ‘buena presencia’ que terminan siendo explotadas sexualmente. Estas personas llegan sin conocer los trámites legales necesarios para asentarse en el país, y en una situación económica complicada, agotados por un viaje interminable y muchas veces junto a familias que deben mantener”, dice.

Esta presunta red también trafica documentos migratorios falsificados. Esto fue confirmado por Hugo Salas, peruano nacionalizado venezolano y dedicado a apoyar legalmente a sus compatriotas llaneros. Este hombre ha recibido denuncias de personas que recibieron carnets de extranjería adulterados de parte de desconocidos que se hacen pasar por funcionarios del gobierno. 

El distrito de Chorrillos, al parecer, es el hilo conductor de casi todos los casos. Hasta ayer seis venezolanos habían denunciado ante El Comercio haber recibido ofertas de alquiler de departamentos en este distrito que no existen. La embajada venezolana en Lima aún no se pronuncia. 

—Para evitar ser víctimas de estafa—
Un venezolano que quiere trabajar y asentarse en el Perú debe acercarse a la Superintendencia Nacional de Migraciones para tramitar un permiso especial para firmar contratos, el cual también le permitirá abrir una cuenta bancaria. Con un contrato de trabajo, podrá llenar un formulario de solicitud para obtener el carnet de extranjería. La respuesta puede demorar entre cinco y 60 días.

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