Para marcar distancia del relativismo de los sofistas, Platón planteó la teoría de la anamnesis, un puente entre el mundo de las ideas y el sensible que serviría de ayuda para encontrar el episteme. Para él, en otros términos, la verdad y la realidad solo podían ser alcanzadas y entendidas a través de la puesta en valor de los recuerdos como punto de inicio para construir verdades.
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Platón, entendiendo que se trataba de un concepto difícilmente digerible, inventó un diálogo, al que puso por nombre Menón, para explicar sus consideraciones. Allí escribió: “Si la verdad de los objetos está siempre en nuestra alma, nuestra alma es inmortal. Por esta razón es preciso intentar, con confianza, indagar y traer a la memoria lo que sabes por el momento, es decir, aquello que no recuerdas”.
Y es justamente eso a lo que hace referencia la muestra que Verónica Wiese expone en Ginsberg Galería y que lleva el mismo nombre de la teoría platónica. Allí, en medio de una instalación industrial, ella atrapa al espectador en el centro de cinco monitores de 1 x 1,96 metros dispuestos en círculo en los que muestra una película de casi 10 minutos en la que se proyecta la sensación de la muerte del cuerpo. “El video tiene una parte iconográfica fundamental: la rueda que gira, el fuego, la piel descompuesta, el humo, la luz, que destacan la relación entre el adentro y el afuera”, dice la artista.
Wiese siempre tuvo interés por la relación entre la cultura contemporánea, el tiempo, la mortalidad, la memoria y la utopía de un sujeto eterno. Por ello es que la anamnesis platónica y la idea de un saber previo a la consciencia le llamó la atención. Después de profundizar al respecto y del año que le tomó conceptualizar y grabar el video que ahora expone, ella buscó que su videoinstalación hiciera reflexionar a los espectadores sobre los límites entre la vida y la muerte. O como lo diría Max Hernández Calvo, curador del montaje: Wiese muestra el recorrido por “esa misteriosa frontera que por momentos parece no ser una implacable línea divisoria sino un espacio en el que los estados de la materia, de la consciencia y del espíritu están en permanente cambio”. Por el momento, el limbo que recrea “Anamnesis” sigue abierto al público.
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Lugar: Ginsberg Galería. Dirección: Av. Pardo y Aliaga 652, San Isidro. Ingreso: libre.Tweets by Luces_ECpe