Arquitecto Felipe Ferrer Cardenas, es el responsable de la propuesta que representará al Perú en la Bienal de Venecia de Arquitectura.
Arquitecto Felipe Ferrer Cardenas, es el responsable de la propuesta que representará al Perú en la Bienal de Venecia de Arquitectura.
/ CESAR CAMPOS
Enrique Planas

¿Has visto “”? nos pregunta. Uno pensaría que lo primero que hablaríamos con el responsable del proyecto ganador del Concurso Curatorial para la 17ª Bienal de Arquitectura de Venecia 2020 tendría que ver con problemáticas urbanas, gráficas y cifras duras. Pero Felipe Ferrer empieza la conversación hablando de la notable actuación de Joaquín Phoenix en el filme de Todd Phillips. Y recuerda especialmente una escena: aquella en que el desquiciado comediante llega a la Mansión de la familia Wayne y dialoga con el pequeño Bruce, aún lejos de sus sueños de murciélago, separados por una imponente reja.

La propuesta de Ferrer respeta la luz natural del pabellón peruano en el Arsenale, que entra a través de tres altos ventanales. Como la fachada de una residencia que poner en cuestión lo que está adentro y lo que está afuera.
La propuesta de Ferrer respeta la luz natural del pabellón peruano en el Arsenale, que entra a través de tres altos ventanales. Como la fachada de una residencia que poner en cuestión lo que está adentro y lo que está afuera.

“Playground, Artefactos para interactuar”, propuesta que Ferrer presentará en el pabellón del Perú en El Arsenale de la Bienal de Venecia, dice algo parecido. Tiene que ver con esas separaciones violentas, esas fracturas del espacio público que profundizan las diferencias entre las personas. “Es parte de la misma reflexión”, señala el arquitecto limeño. En su profesión, se suele mirar la ciudad con otros ojos, con optimismo, imaginando cómo mejorar el espacio que habitamos. Sin embargo, advierte Ferrer, muchas veces lo que más nos cuesta advertir es justamente lo que tenemos frente a nuestras narices: las rejas y lo que representan.

Para el arquitecto y docente de la Universidad Católica, el objetivo de la propuesta es transformar lo peor que tiene la ciudad, darle la vuelta al problema. Y lo hace aplicando una técnica que llama el “aikido” o “judo arquitectónico”, es decir, usar la propia fuerza de tu oponente para vencerlo. Por eso, en “Playground, Artefactos para interactuar”, convierte toda la energía, el dinero y el esfuerzo invertidos en estas estructuras metálicas en objetos que, más bien, nos inviten a unirnos: bancas, juegos para niños o instalaciones deportivas.

"En Reserva", pabellón de Perú en la Bienal de Venecia 2018, mostró la existencia de las milenarias Huacas y su relación con la modernidad en Lima. FOTO: Getty
"En Reserva", pabellón de Perú en la Bienal de Venecia 2018, mostró la existencia de las milenarias Huacas y su relación con la modernidad en Lima. FOTO: Getty
/ Simone Padovani/Awakening

¿Por qué nos enrejamos?

Por nuestra sensación de inseguridad. Con Pablo Vega Centeno, sociólogo de la universidad Católica, hablábamos sobre cómo el limeño no está acostumbrado a la nueva densidad de la ciudad. Años atrás, en una cuadra había un determinado número de casas, y todos los vecinos se conocían. De pronto, con el crecimiento urbano, el extraño se ha vuelto aún más extraño. Y eso genera el miedo. ¡Ahora hay gente en San Felipe que se atreve a pedir que se enreje la residencial! Felizmente son pocos. Pero su pedido evidencia que San Felipe se ha convertido en un lugar de paso, y los vecinos vienen desarrollan el miedo al otro. Esa inseguridad lleva también a que los chicos ya no jueguen en la calle, como lo hacía nuestra generación. Ahora los dos padres trabajan todo el día fuera, y los chicos tienen los videojuegos como reemplazo. La gente ha dejado de usar su calle.

El terrorismo en los años 80 disparó nuestra necesidad por rejas, también…

Así es. Las rejas para cerrar las calles responden a los tiempos del coche bomba, cuando no querías que los atentados se produzcan en tu barrio. ¿Sabes que más del 90% de las rejas levantadas en Lima no son legales? Otra cifra alarmante señala que en un 30% de casos, las ambulancias o los camiones de bomberos no han podido responder a un llamado de emergencia en la ciudad a causa de la presencia de rejas. ¡Es un suicidio! Si lo pones en perspectiva, hoy tenemos menos crímenes que en la década del ochenta. Pero en lugar de habernos liberado de las rejas, fuimos normalizando su uso.

Imagen del pabellón de Alemania de la Bienal del 2018, que reflexionaba sobre el desmontaje del muro de Berlín, en 1989. El retiro de las rejas en el país es una tarea pendiente. Foto: Getty.
Imagen del pabellón de Alemania de la Bienal del 2018, que reflexionaba sobre el desmontaje del muro de Berlín, en 1989. El retiro de las rejas en el país es una tarea pendiente. Foto: Getty.
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¿Es una problemática que compartimos con todos los países de la región?

El proyecto que presentaremos en la Bienal termina con la reja levantada en la frontera por Donald Trump, porque no le alcanzó para el muro. Pero pensamos también en las migraciones que suceden en Europa, donde la gente empieza a encerrarse por miedo al otro. La peor manera de canalizar el miedo es dándole la espalda, enrejándote. Si no pensamos en conjunto, claramente la situación va a seguir agravándose.

El jurado que seleccionó tu proyecto para participar en la Bienal de Arquitectura ha repetido el adjetivo “lúdico” para hablar de tu propuesta. ¿Por qué?

Uso lo lúdico como herramienta para desarmar emocionalmente al espectador, para recordarle su niñez. Yo crecí en La Capullana en los años 80. Entonces solo había un parque y el resto eran terrales. Lo bonito del barrio era que, cuando había pichanga, todos éramos iguales. La única diferencia radicaba en quién sabía patear mejor que el otro. Cuando eres niño no hay códigos sociales, todo es mucho más horizontal. El niño no diferencia entre quiénes tienen dinero y quiénes no. Somos los adultos los que creamos esas diferencias. Por eso este proyecto quiere retomar esa horizontalidad de los niños. Se trata de erradicar las rejas de un espacio público y transformarlas en doce creaciones, entre muebles, artefactos o juguetes: un balancín, una banca, una mecedora, algo que nos exija un equilibrio para acercarnos y conversar. Muebles que necesitan al otro para que funcionen. Termina siendo como un ‘playground’, un parque de juegos infantil. Quiero usar todas las herramientas posibles de diseño: incluso sonidos que nos recuerden los momentos felices de la infancia, que nos transporten a ese espacio de la memoria y seduzcan al visitante. Estamos coordinando con la empresa Servimetales, quienes físicamente van a transformar las rejas y con ello subvencionan el costo de este proceso.

La edición 17 de la exposición Internacional de Arquitectura en Venecia se realizará del 23 de mayo al 29 de noviembre próximos.  Foto: Getty.
La edición 17 de la exposición Internacional de Arquitectura en Venecia se realizará del 23 de mayo al 29 de noviembre próximos. Foto: Getty.
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¿Mantienes tu propuesta de “enrejar” el pabellón peruano?

Mejoró después de conversar con el jurado. Vimos que algo mucho más potente era eliminar la entrada que habíamos previsto inicialmente. Concluimos que era mejor no poner entrada, dejando un espacio entre la reja y la pared. Así, el ingreso es una invitación a meterte. De repente, al principio el público pasará de frente al no encontrar un acceso formal, pero el hecho de atravesar la reja tú mismo, sentir que estás invadiendo un lugar prohibido, es una experiencia mucho más potente. Estamos haciendo esto porque nos gusta, por supuesto, pero también porque forma parte de la idea pedida por el curador general, Hashim Sarkis, quien ha mencionado claramente que, para la Bienal, no le interesa ver planos, maquetas o fotos de proyectos, sino que las exhibiciones propongan experiencias. Hay bienales más arquitectónicas, como fue la de 2014, curada por Rem Koolhaas, y hay otras que van más allá de la arquitectura de edificios, más enfocadas en la reflexión sobre problemas urbanos. El actual curador no quiere el edificio bonito. Quiere un cambio radical, busca hablar de innovación y de política. Los arquitectos no podemos ser pasivos, solo así podemos hacer un cambio real. En ese sentido, estamos tratando de ir con todas estas herramientas que disponemos los arquitectos para hacer llegar el mensaje.

Y el mensaje es: acabemos con las rejas…

Aclaremos algo: una cosa es la reja de tu casa, en la cual puedes hacer lo que quieras. Es tu propiedad. Pero de tu casa para afuera, hablamos del espacio público. Y es sobre ese espacio el que va todo nuestro discurso. No puedes apropiarte del espacio público, no puedes generar esta situación que es en la que vivimos hoy en día. Y esa apropiación del espacio público tiene niveles: están quienes extiende una cajita de reja en su garaje para que el auto pueda entrar. Luego, el que enreja su berma por completo, como si fuera su jardín. Luego están los que enrejan su calle. Y, si seguimos escalando, encontramos los ejemplos más achorados, con espacios como los parques públicos completamente enrejados: el Parque Universitario, el Campo de Marte, el Parque de las Aguas. ¡Los grandes parques de la ciudad completamente enjaulados! ¡No se nos ha ocurrido mejor cosa!

Claramente necesitamos otra visión de ciudad…

Estamos haciendo algo mal. El objetivo final de esta propuesta no solo es hacer que la gente reflexiones, sino generar acciones. Para este proyecto, tenemos que usar rejas reales, que hayan sido recuperadas de espacios públicos. Me encantaría que la gente involucre a sus alcaldes, que participen de esta reflexión. Que se saquen las rejas para este proyecto y se empezara a estudiar otras soluciones para resolver la situación de inseguridad. Porque, en efecto, la reja es solo una decisión de corto plazo.

Se trata de una decisión polémica para muchos alcaldes...

Sé que mucha gente prefiere encadenarse a su reja. Eso pasó en Colombia, cuando Enrique Peñalosa era alcalde de Bogotá. Se compró el pleito y dejó un legado muy importante. Quitó rejas e hizo más de mil parques para adultos y niños. Decía que, en los espacios públicos de la ciudad, todos éramos iguales. La idea es que las rejas ya transformadas retornen al lugar de donde las sacamos, una transformación que nos encantaría se diera antes de ir a la Bienal. Ojalá lleguemos a ese nivel de concientización social. Esperamos que este proyecto vaya sumando diferentes fuerzas, políticas y mediáticas: Lo único que consigues con una reja es que la inseguridad te esperará fuera de ella. Como el Guasón, esperando con odio.

SEPA MÁS

El proyecto curatorial “Playground, Artefactos para interacturar” lanza una convocatoria que busca viralizar bajo el título #gatechallenge, a través de los hashtags #Ripublicspace #rejachallenge #bienalvenecia2020peru #biennalearchitettura2020 #labiennaledivenezia y #voidperu. El objetivo es invitar a las personas a colocar cintas negras sobre las rejas para simbolizar la muerte del espacio público y publicar la imagen en la red social Instagram. “La idea es tener en la instalación en Venecia una franja continua donde podamos incluir todas las imágenes compartidas.

En el Concurso Curatorial para la 17ª Bienal de Arquitectura de Venecia 2020, además del proyecto del arquitecto Ferrer se reconoció con el segundo puesto a “Futuro en el interior / The future is (inside) us”, con Favio Chumpitaz como representante del equipo curatorial. Asimismo, se destacaron tres menciones especiales: “Ruralized”, curada por Héctor Loli; “Transversal”, de Oscar Pita Wu y “Materia Común / Common Matters”, a cargo de Rodolfo Cortegana. Junto con José Orrego, el jurado estuvo conformado por José Beingolea del Carpio (UNI), Reynaldo Ledgard Parró (PUCP), Ángeles Maqueira (U. de Lima), José Ignacio Pacheco Díaz (U. Privada del Norte), Marta Morelli Bellido (Asociación Peruana de Estudios de Arquitectura), el curador Sharif Kahatt, y Marianela Castro de la Borda, como jurado invitado.

Las instituciones que hacen posible la participación peruana son el Patronato Cultural del Perú (PCP), a cargo de la dirección, producción, organización y Administracion del Pabellón Peruano hasta el año 2034, y como patrocinadores el Diario El Comercio, la Fundación Wiese y PromPerú.

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