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Billy Hare: "Este es un país de una enorme incoherencia, es dramático"
Enrique Planas

Es una imagen que fascina a quien sobrevuela Lambayeque: apreciar en el desierto los antiguos cauces por donde pasaron los ríos La Leche o Zaña, sus curiosas formas casi en zigzag, diseñadas por los antiguos peruanos con el fin de retener el flujo del agua para la irrigación.

Al fotógrafo Billy Hare (Lima, 1946), muchas veces le han preguntado por su obsesión por el desierto y el testimonio prehispánico. Para él, tiene que ver con su fascinación por los rastros de una sabiduría antigua para armonizar el paisaje con su economía. "Huacas de Lambayeque", exposición que Hare inauguró en el C. C. Inca Garcilaso, da cuenta de aquella inteligencia hoy lamentablemente perdida. Se trata de un registro documental de sitios arqueológicos de la cultura Lambayeque y Moche, realizado poco tiempo después del descubrimiento del Señor de Sipán, a fines de la década de los 80. No se trata de fotos arqueológicas: a Hare le interesa registrar la memoria de su experiencia en sitios en los que aún se puede sentir la coherencia entre el espacio, la arquitectura y sus huellas en el paisaje.

—El viaje completo—
"Huacas de Lambayeque" nació como un proyecto financiado por un entonces generoso Concytec, en el primer gobierno de Alan García. Con ello Hare pudo costear un par de viajes a Chiclayo, así como los vuelos para fotografiar la zona desde lo alto. Lamentablemente, los fondos para publicar el trabajo se licuaron por la brutal inflación de la época, y todo este trabajo quedó para el artista como un propósito trunco, parte del cual pudo ser visto en su gran retrospectiva, presentada por la Fundación Telefónica en 1997. Esta es la primera vez que puede verse el corpus completo de esta notable exploración visual.

Se trata de escenarios dramáticos, en los que la erosión del paisaje conmueve profundamente. "Posiblemente tenga que ver con el atractivo de lo ruinoso", explica el artista. "A mí me parece un privilegio que uno pueda acceder a esos espacios, generalmente olvidados, en los que nadie ha trabajado nunca, a la buena de Dios. Son sitios aislados, a los que no va nadie y que guardan su fuerza".

—El espacio ausente—
Treinta años después, algunos de los sitios fotografiados por Hare han desaparecido a causa de fenómenos naturales o por la impune acción humana. Por ejemplo, el artista recuerda la huaca El Taco, pirámide escalonada que se levantaba en el distrito de Reque, disuelta a causa de la inundación en un reciente fenómeno de El Niño. También denuncia lo sucedido en Batán Grande, donde los propietarios de la hacienda al lado de la huaca se dedicaron a extraer el oro en su interior a golpes de tractor. "Así es el Perú", lamenta.

"El vandalismo es impresionante. Este es un país de una enorme incoherencia. Es dramático. Creemos que lo que se encuentra en el desierto no existe, no tiene valor, que es la nada. ¡Y eso es una gran mentira! El desierto es un mundo extraordinario. Pero tenemos un desconocimiento absoluto de lo que significa nuestra herencia. No nos damos cuenta de todo lo que somos", añade Hare.

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: C.C. Inca Garcilaso, Jr. Ucayali 391, Lima. Temporada: Hasta el 26 de nov. De martes a viernes, de 10 a.m. a 8 p.m. Sáb y dom. de 10 a.m. a 6 p.m. Ingreso: Libre.

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