Fotografía tomada durante la visita del ministro de Cultura, Alejandro Neyra, a la comunidad de Cantagallo el 9 de agosto de 2020. La comunidad comenzó a vender sus artesanías por la tienda en línea del Ministerio de Cultura Ruraq Maki. (Foto: Ministerio de Cultura)
Fotografía tomada durante la visita del ministro de Cultura, Alejandro Neyra, a la comunidad de Cantagallo el 9 de agosto de 2020. La comunidad comenzó a vender sus artesanías por la tienda en línea del Ministerio de Cultura Ruraq Maki. (Foto: Ministerio de Cultura)
/ Ministerio de Cultura

Tal como ha sucedido con las comunidades indígenas que habitan en la selva de nuestro país, su más emblemático asentamiento limeño, , también se vio seriamente afectado por la pandemia del . Falta de trabajo y de acceso a medicinas o servicios básicos, además de la cercanía entre sus casas de madera que hacían casi imposible la distancia social, acentuaron su vulnerabilidad, ya agravada por el incendio del 2016, cuyos estragos aún pueden verse entre sus angostas calles. En esta zona de la ciudad, ubicada a pocas cuadras de Palacio de Gobierno, vivían antes unas 250 familias. Hoy son cerca de 600, pues muchos shipibos que perdieron su trabajo durante la emergencia llegaron allí en busca de refugio. Aunque abunda la pobreza, Cantagallo es para ellos una especie de embajada y de consuelo.

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Hasta la quincena de mayo, el 70% de sus pobladores había salido positivo por COVID-19, por lo que algunos medios lo calificaron como el lugar con la mayor concentración del virus en el Perú por metro cuadrado: 7 infectados por cada 10 pobladores, según el Minsa. En ese contexto, tuvieron que hacer una cuarentena sobre la cuarentena, sin poder salir de allí, custodiados por el ejército y la policía que resguardó la zona durante unos días. Para muchos, aun hoy, algunos meses después, sigue siendo duro enfrentar el estado de emergencia, sobre todo por la falta de trabajo e ingresos que conlleva. Sin embargo, el tomó en cuenta que la venta de artesanía era una de las principales fuentes de ingresos y encontró una manera de ayudar a artistas o artesanos y, con ellos, a un número importante de familias, vinculándolos a “Ruraq Maki, hecho a mano”, considerado uno de los mayores proyectos del Estado para el registro, investigación y difusión del arte popular tradicional. Gracias a esta medida, hoy los creadores de Cantagallo pueden mostrar sus trabajos a través de una tienda virtual, donde los venden y los reparten vía delivery, con todas las medidas de seguridad, reduciendo el riesgo de contagio.

Estos artistas shipibo-konibo se han organizado en un colectivo bajo el nombre de Shinan-Imabo (Sabiduría revelada). Son los representantes de una herencia artística que tiene valor estético y de identidad, pues a través de sus creaciones evocan el entorno natural del que provienen, así como sus costumbres y tradiciones. A pesar de la distancia con su lugar de origen –los shipibo-konibo provienen de las riberas del río Ucayali-, han sabido mantener viva su lengua, su música, sus prácticas cotidianas y hasta su medicina natural, lo que, según afirman algunos de sus miembros, le ha salvado la vida a muchos contagiados del COVID-19. No son pocos los testimonios que atribuyen su curación a la inhalación ritual –con íkaros (cánticos sagrados de los chamanes) y ceremonia incluida- de vapores de eucalipto. Este domingo 16, el Minsa realizará una campaña de salud para verificar el estado actual de los pobladores de Cantagallo.

Hasta mediados de mayo el 70% de los pobladores de la comunidad de Cantagallo había salido positivo por COVID-19. Hoy el poblado busca salir adelante con su mayores fortalezas: su arte y sus artesanías. . (Foto: Ministerio de Cultura)
Hasta mediados de mayo el 70% de los pobladores de la comunidad de Cantagallo había salido positivo por COVID-19. Hoy el poblado busca salir adelante con su mayores fortalezas: su arte y sus artesanías. . (Foto: Ministerio de Cultura)

ARTE DE RESISTENCIA

“Somos pintores. Vivimos en la comunidad de Cantagallo cultura, estamos pasando momentos difíciles en esta cuarentena, ya que no podemos salir a ofrecer nuestras obras de arte. Si hay personas de buen corazón que nos quieren ayudar, pueden llamar a este número: 973140289”, escribía hace unos días en la cuenta de Facebook del Colectivo Cultura Shipibo-Konibo el artista Inin Soi (David Ramírez Nunta), lo que evidenciaba la angustia que estaba pasando su comunidad. Hoy, más de 60 artistas serán beneficiados con la venta de sus obras gracias a Ruraq Maki. A través de las redes sociales y de su arte, es posible acercarse a imágenes de la vida cotidiana de la comunidad, así como entender a sus preocupaciones –muchas vinculadas a la defensa de los territorios selváticos-, conocer su espíritu luchador, sumergirse en su misticismo ancestral y apreciar sus creaciones artísticas.

Precisamente cuando se inició el estado de emergencia, en la quincena de marzo, varios artistas shipibos tenían en pie una muestra en la sala de exposiciones de la municipalidad de Santa Anita: “Rugido Kené: el espíritu de la amazonia en el arte shipibo-konibo”. Lamentablemente, la cuarentena obligó a cancelar la actividad que se llevaba a cabo desde febrero. Artistas como Inin Soi u Olinda Silvano -también líder en su comunidad y de Shinan-Imabo- participaron de la exposición que, en sus diversas obras, mostraba la cosmovisión de su pueblo a través de su característica y colorida estética, que incluye un sistema de diseños geométricos denominado “kené”, su propia forma de interpretar y sentir el mundo.

El ministro de Cultura, Alejandro Neyra, durante su visita a la comunidad de Cantagallo el 9 de agosto de 2020. (Foto: Ministerio de Cultura)
El ministro de Cultura, Alejandro Neyra, durante su visita a la comunidad de Cantagallo el 9 de agosto de 2020. (Foto: Ministerio de Cultura)

El talento artístico de los shipibo-konibo es ya internacionalmente reconocido. Tal es su fama que, en mayo de este año, el legendario violoncelista Yo-Yo Ma, que conoció a algunos artistas shipibos en su visita al Perú el 2019, enterado de la gravedad de su situación, que ellos “utilizan el arte para compartir sus conocimientos sobre la Amazonía” y les dedicó una melodia, lo que sirvió también como un llamado de atención ante el mundo por la protección de nuestras comunidades indígenas.

En el marco de la celebración de la Tercera Semana Interamericana de los Pueblos Indígenas, organizada por la OEA, Vladimir Inuma, dirigente de Cantagallo, agradeció al Ministerio de Cultura por la iniciativa de incluirlos en la plataforma virtual de Ruraq Maki: “Hemos pasado momentos muy duros enfrentando esta pandemia. El ministro de Cultura, apenas ha juramentado, ha venido directamente a Cantagallo para traer apoyo inmediato para nuestra comunidad. Abrir la venta digital en esta plataforma hace que se reactive nuestra economía gracias a su pintura y a sus artesanías”, afirmó. Esto incluye textiles bordados de distintas formas y tamaños, centros o caminos de mesa, fundas de cojines, collares, chalinas, bisutería, pulseras y hasta mascarillas.

Interesados en las artesanías de Cantagallo podrán encontrar cuadros, tejidos y, apropiadamente, mascarillas con diseños shipibo-konibo. (Foto: Ministerio de Cultura)
Interesados en las artesanías de Cantagallo podrán encontrar cuadros, tejidos y, apropiadamente, mascarillas con diseños shipibo-konibo. (Foto: Ministerio de Cultura)

¿Quieres adquirir arte shipibo ‘online’?

Para ver los productos ofrecidos por los artistas de la comunidad de Cantagallo, puedes visitar la web: de . También están disponibles en la cuenta de Instagram y en la página de Facebook del ,

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