El fruto ya está casi maduro, pero pareciera que no hay quien lo quiera cosechar. María Angélica Matarazzo de Benavides lo sembró hace años, junto a otros profesionales convencidos de que el país tiene que levantar su primer Jardín Botánico Nacional de Lima (JBNL), no porque no existan espacios que reúnan la flora nacional, sino porque no hay uno que condense en un solo lugar toda la riqueza biológica que tanto nos enorgullece.
La antropóloga brasileña de 95 años, líder del grupo JBNL, repite a quien se lo pregunta: "Cuando llegué al Perú en 1943, lo primero que pregunté fue si había un jardín botánico". Ella buscaba un vergel como el de su Sao Paulo natal, creado en 1938 sobre 36 hectáreas del Parque Estatal de las Fuentes del Ipiranga. La mandaron a la Facultad de Medicina de San Fernando (de la UNMSM, en la cuadra 7 de la Av. Grau), donde sobrevive un huerto que devino en jardín botánico en 1787, por decisión del rey de España Carlos III. María Angélica solo recuerda que la entrada era por la morgue.
Siguió buscando y encontró viveros, huertos medicinales y arboretos en dos universidades, en un ministerio, en algún museo y en el Parque de las Leyendas, pero no: el Perú no tuvo ni tiene un museo vivo donde se respire megadiversidad.
LA IDEA SE SOSTIENE
Indica el ecólogo británico Paul Smith que el modernísimo jardín botánico Gardens by the Bay de Singapur, suma 10 millones de visitantes al año. Cifras como esta soltó en una reciente conferencia, organizada por el grupo JBNL, que integran profesionales de instituciones públicas y privadas, y que desde 1994 mantiene en estado latente la creación del proyecto final. Lo tuvieron casi listo ese año: "Carlos Llerena, mi hija María Adele, Marucha Benavides del Vivero 4 Estaciones, el doctor Fernando Cabieses, la UNALM, el Ministerio de Agricultura, Pro Naturaleza... trajimos como asesor al director del Jardín Botánico de Brooklyn. Todo se planeó con la Municipalidad de Lima, sería en unos terrenos de Mayorazgo. Pero se hizo el estadio Monumental donde se iba a hacer el jardín botánico". El que hoy es casi un elefante blanco aplastó el floreciente proyecto, pero no lo hizo desaparecer.
En el 2013, Matarazzo volvió a la carga al crear la página de Facebook Un Jardín Botánico para Lima; tiene 1612 seguidores y espera que se sumen más.
Desde la mirada de la historiadora, mucho más que lo estético identifica a un jardín botánico. Tiene funciones científicas, educativas y sociales, que se persiguen en el camino de la conservación de la naturaleza.
Algunas de ellas son colectar científicamente semillas o germoplasmas y plantas silvestres de diferentes regiones (medicinales, comestibles, raras y ornamentales, incluso en riesgo de extinción) para su estudio, conservación y divulgación en un intercambio que interesa a instituciones especializadas.
El aporte educativo se da por descontado: el futuro JBNL deberá acoger a visitantes y acompañarlos en visitas guiadas; proveerá cursos de horticultura para niños y adultos, además de charlas, videos, películas y publicaciones afines a temas botánicos; exposiciones de arte, y también conciertos y otras actividades al aire libre.
Matarazzo destaca también el aporte social de un jardín como este: un área verde y de encuentro seguro para niños y adultos, que les provee de paisaje, paseo, descanso y disfrute de naturaleza, contemplación de aves, mariposas y otros insectos.
"Ninguno de los jardines botánicos actuales de Lima cumple con esas funciones", remarca esta dama que lanza números sin dudar: "En términos muy estimativos cuesta US$10 millones iniciar un jardín botánico. Dirán que es una cantidad enorme de dinero, pero el Museo Nacional de Arqueología va a costar poco más de US$110 millones". Pero el dinero no lo es todo, también se requiere apoyo del Estado y la empresa privada. No dudamos que llegará, y pronto.
SEMBRAR UN VERGEL*
¿DÓNDE UBICAR EL JARDÍN BOTÁNICO DE LIMA?
-En Surco viejo, alrededor del Parque Ecológico Voces por el Clima –legado de la COP 20–, formando una L existe un terreno de 10 ha propiedad de la FAP. Aunque no tiene agua, una acequia cuyo cauce se cortó debido al crecimiento urbano podría reactivarse.
-También en Surco: en la base aérea Las Palmas podría instalarse el JBNL. El inconveniente está en la única pista de aterrizaje de emergencia que tiene Lima.
-Junto a lo que será la Villa Olímpica que se construye para los Juegos Panamericanos Lima 2019, existe un bosque de eucaliptos (alt. km. 18 de la Panamericana Sur, en Villa El Salvador), en terrenos de 45 ha que son del Estado.
La UNALM podría destinar 10 hectáreas para este proyecto en algún rincón de su campus de más de 200 ha. Eso sí, habría que pensar en una entrada de libre acceso al público.
En un rincón del llamado Parque Ecológico Antonio Raimondi de Ancón, que tiene en total 6.700 ha. Tendría que idearse un buen plan de irrigación para esa zona semirrocosa y sin acceso al agua.
*Fuente: María Angélica Matarazzo
OASIS DEL MUNDO: ESPACIOS PARA LA CIENCIA, LA EDUCACIÓN Y LA CONSERVACIÓN
Real Jardín Botánico de Kew, Londres
Fundado en 1759, tiene 130 ha de extensión. Su invernadero Temperate House, de estilo victoriano, reabrió tras una restauración que tomó cinco años y en la que se invirtieron US$54 millones, cifra menor al valor del aporte que este jardín dio a las ciencias del Reino Unido entre el 2014 y 2015 (según Oxford Economics fue de US$75,2 millones).
Jardín Botánico Carlos Thays, Buenos Aires
Fundado en 1898 con el nombre del paisajista francés que promovió su creación, este jardín de ocho hectáreas se ubica en el corazón de Palermo. Su vivero de estilo art nouveau fue premiado en la Exposición de París de 1899. Sus beneficios ambientales se traducen en 7.931 t de CO2 absorbido y 5.768 t de oxígeno producido.
Reales jardines botánicos de Sydney
Australia tiene 23 jardines y uno de ellos es este. Fundado en 1816, es la institución científica más antigua del país. Un estudio indica que los beneficios sociales y educativos de un programa para estudiantes aplicado en este espacio reportó en ellos mejora de la autoestima y de la conciencia de la alimentación saludable y el placer de comer alimentos frescos.
Jardim da Luz, Sao Paulo
En la avenida Tiradentes se ubica este gran parque y pulmón de Sao Paulo de más de 110 mil metros cuadrados. Se creó en 1825 donde inicialmente se ubicaba un huerto botánico. A inicios de 1900 se transformó en espacio público, en cuyo interior se encuentra la pinacoteca de la ciudad. Tiene registradas al menos 165 especies, de las cuales 10 están en peligro de extinción.