Desde hace más de 25 años, cuando por fin decidió dedicarse por entero al arte, las piezas escultóricas de Ana María Westphalen se han caracterizado por poner en relieve la cultura del Perú y su gente. Priorizando temas basados en la humanidad y la naturaleza ha explorado con destreza la espinosa y larga lista de los animales en peligros de extinción. Asimismo, otro de sus motivos recurrentes es la forma femenina, que reaparece esta vez en “ADN”, como una manera de identificar a las féminas a través de la historia y geografía del Perú. Creadas en bronce, Westphalen precisa que su más reciente muestra exhibirá tres cabezas de mujeres que simbolizan a las regiones naturales del Perú. “La de la costa, por ejemplo, es muy moderna y tiene las dunas onduladas como cabellos. La de la sierra es un perfil donde se ven muchos surcos, los andenes, como una manera de mencionar la importancia en la producción de alimentos de esta zona. La selva, por su lado, es en realidad un árbol y la mujer está convertida en él”.
Piezas con identidad
El nombre de la muestra que la escultora inaugura mañana en el Centro Cultural de la Beneficencia de Lima no es casualidad. Como ella misma subraya se trata de “un homenaje a nuestras culturas y diversidad, pero también representan mis raíces primigenias”. Siguiendo esta línea la exposición celebra a la cultura Lima y Wari, así como los aportes de Chan Chan y Kuélap. Las obras de gran tamaño han sido creadas en madera de cedro y están unidas por las serpientes como un leitmotiv. Durante su investigación Westphalen notó que tanto en la costa como en la sierra y selva los ofidios ocupaban un lugar importante dentro de la vida de diversos pueblos que tatuaban esta figura en su piel como símbolos mágicos o los consideraban como una divinidad. “En la escultura sobre Kuélap, por ejemplo, hago referencia a la anaconda, que para este pueblo era un ser al que le debían respeto y a la vez temían”.
La muestra está conformada por 11 piezas, pero adicionalmente se expondrán algunos cuadros que recrean otras obras de la artista expuestas en anteriores exposiciones. Desde su regreso de Francia, donde exhibió torsos fracturados que hacían referencia al dolor e incomunicación que provocó la pandemia, Westphalen no ha dejado de trabajar. Pronto inaugurará una escultura en el distrito de Miraflores y un proyecto el impacto del friaje en la población más vulnerable va madurando en sus creativas manos.
Lugar: sala de Las Divorciadas de la Beneficencia de Lima. Dirección: Av. Carabaya 641, Centro Histórico de Lima. Inauguración: miércoles 5 de octubre, a las 7 p.m. Horario de visitas: de martes a viernes, de 9 a.m .a 6:30; sábados y domingos de 9 a.m. a 5 p.m. Ingreso: libre.
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