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“Todo comenzó en abril cuando se decretó el primer confinamiento en Quebec y, de la noche a la mañana, encontré que tenía más tiempo del que jamás había gozado en toda mi vida. Hice jogging, ordené, boté y regalé cosas. Restringido de movimientos y con el círculo social reducido a cero, mi vida se había simplificado al mínimo. Sentí que era un momento histórico y se me ocurrió salir con mi cámara por el barrio a retratar a mis vecinos. Desde el Facebook de la comunidad hice una serie de llamados para participar en el proyecto y la gente se mostró encantada”, dice Carlos Viani (50), fotógrafo limeño afincado en Saint-Henri, barrio multicultural y bilingüe --francés e inglés-- ubicado a 15 minutos caminando desde el centro de Montreal.
Así, de mayo a julio del año pasado empezó a pedalear acompañado de su cámara de fotos y un lente de 85 mm. Sus únicos parámetros eran que los fotografiados fueran perfectos desconocidos, que no sonrieran durante 15 minutos y que estuviesen un poquito más lejos de lo reglamentario. De pronto, casi sin notarlo, estaba disparando diariamente doce horas seguidas. Hacía decenas de retratos. Hasta que un día lo llamó el director de la sociedad de comerciantes de la zona, que había visto las primeras imágenes. “Me gustaría hacer una exposición con tus fotos, las podemos financiar”, le dijo. Luego los comercios cerraron y la crisis estuvo a punto de acabar con todo. Hasta que finalmente, hace unos días, pudo colgar 22 imágenes de 1.80 m de alto cada una en la calle Notre Dame, la más concurrida de la ciudad.
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La televisión pública de Montreal lo acaba de entrevistar y su memoria viaja hacia el pasado. “Al terminar la universidad (en Lima) pude por fin viajar a Europa gracias a una beca. Era el sueño de todos lo que habíamos devorado varias veces Rayuela y escuchábamos a los Smiths hasta haberlos convertido en el ‘soundtrack’ de nuestras vidas. En Francia fue un shock ver que en la parada de los autobuses había un horario y que además se cumplía. Regresar a Lima durante los últimos días de Fujimori fue un shock mayor, mi vocación de apátrida había hecho metástasis y quería huir del país. Tendrían que pasar tres años más antes de tomar vuelo hacia lo desconocido. Y ahora estoy aquí donde las cosas por fin suceden como lo había imaginado”.
También lo han entrevistado de CTV News, La Presse, La Gazette y City News. Los canadienses tienen mucha curiosidad por este peruano que los ha retratado en la intimidad de su pandemia. Él les ha dicho que nunca hizo fotos en días nublados, que la luz del sol es la línea conectora entre sus imágenes. Les ha contado que se encontró con todo tipo de gente: sola, en pareja, compañeros de cuarto, familias. Que su trabajo no obedece a un plan preestablecido. Que sus obsesiones, memorias y contextos dictan sus acciones. Que ha aprendido a dejar que el inconsciente haga su parte. Que ha tratado temas tan diversos como la identidad, la pérdida, la memoria, el éxtasis religioso, la cultura popular y la interacción con el medio ambiente. Que lo suyo es fluir entre la fotografía documental, el retrato, el paisaje y la narración visual.
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Disparar a matar
Egresado de la facultad de artes de la PUCP y después de pasar por las aulas de la École Supérieure d’Art et Design de Le Mans, Francia, Carlos Viani llegó el 2010 a Montreal para seguir perfeccionando su universo visual en el Dawson College y en la universidad UQAM de Montreal. “Una de las reflexiones más hermosas sobre uno de los componentes esenciales del lenguaje fotográfico, el tiempo, la hace Harvey Keitel en la película ‘Smoke’. No me canso nunca de verla”, dice, mientras admite que su mayor influencia es William Klein. “Sus fotos tienen un grano tan presente que resultaba chocante para la época y, más que documentar, se dedicaba a intervenir pidiendo a la gente que hiciera cosas para la cámara, reorganizando escenas callejeras en cuestión de segundos”.
Lo que hacía el neoyorkino, básicamente, era algo impensable ahora: acercar la cámara a pocos centímetros del rostro y dispararle a la gente a quemarropa. Probablemente algo de esa espontánea brutalidad tengan las gigantografías que hoy mismo detienen el tránsito peatonal y vehicular en el casco monumental de Montreal.
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DATO:
Las imágenes se pueden ver en: www.carlosviani.com
Instagram: @carlos.viani
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