MDN
Michele del Campo
Enrique Planas

Él fuma evadiendo la mirada. A su lado, la muchacha vestida de azul que lo acompaña mira al vacío. Parece no poder reponerse de lo que debe haberle dicho el joven de pelo brillante. Un oso de peluche descansa en el sillón, símbolo de la ilusión perdida.

En "Mentes errantes", segunda muestra que el artista italiano Michele del Campo presenta en Lima, todos los personajes representados son jóvenes solitarios, concentrados en sí mismos, invadidos por la tristeza. La melancolía resulta iluminada, y los colores felices de la moda actual contrastan con el humor del momento. Para el pintor, como sucede en los cuadros de Andrew Wyeth o Edward Hopper, se trata de pequeñas historias, estaciones breves en la vida,instantes en que caen las máscaras y se exponen los sentimientos. Su objetivo es que el observador se identifique con las emociones de estos personajes y recuerde sus propias historias.

Del Campo apoyado en su óleo "La decisión". Muchos de sus trabajos plásticos expresan un estado de ánimo sereno y reflexivo.
Del Campo apoyado en su óleo "La decisión". Muchos de sus trabajos plásticos expresan un estado de ánimo sereno y reflexivo.

Divino tesoro
​Nacido en el pintoresco pueblo de San Nicandro Garganico, en el sur de la Italia rural, Michele del Campo partió a Milán para iniciar estudios de Bellas Artes, que siguió luego en Falmouth y Dundee (Inglaterra) y luego en Madrid. "Mi formación es muy ecléctica. Aunque he estudiado en cuatro universidades, la verdad es que a pintar se aprende en el taller. La educación técnica en materia artística es hoy escasa. Predomina demasiado el conceptualismo", afirma Del Campo, quien hoy vive en Glasgow, Escocia, en cuyos escenarios el pintor coloca a sus modelos para hacerles interpretar, con especial complicidad, las historias que luego llevará al lienzo. Muchas de estas experiencias estarán marcadas por el desamor y la ruptura.

En "Mentes errantes", los jóvenes aportan concepto y motivo a su trabajo plástico. Para el artista italiano, quien trabaja con modelos de 20 a 30 años, la juventud representa el descubrimiento, la libertad y la fascinación por un mundo nuevo. Al ser su pintura introspectiva, Del Campo busca reflejar los problemas, insatisfacciones y extravíos de la nueva generación. "Los jóvenes están rodeados por una publicidad que les indica cómo deben ser, y la lucha para conseguirlo no solo es dura, sino inalcanzable. Por eso, para mí ellos viven siempre entre la esperanza y la insatisfacción. Por todo lo que esperan y no pueden obtener", afirma.

Por supuesto, Del Campo también está atento a los cambios que la extrema conectividad tecnológica ha operado en los más jóvenes. "Con las redes sociales, la juventud cambia muy rápido. Cambian sus influencias, sus deseos, su percepción del mundo. Yo tengo 40 años, y me fascina lo distinta que es hoy la juventud. Su estilo de vida está muy ligado a las computadoras y los móviles", señala.

Para el pintor, tanto los 'millennials' como los más jóvenes viven la comunicación de forma instantánea. "Consumen a través del móvil, ni siquiera visitan ya las tiendas. Lo piden en la web y lo reciben en su casa. Si no les gusta, lo devuelven. Es un concepto muy distinto que yo no puedo entender", confiesa.

Para el artista italiano, la actual generación de jóvenes se muestra desligada de la realidad, no busca experiencias reales. Mi generación vivió un contacto verdadero con la gente. Ahora todo es más virtual. ¡Nosotros nos íbamos a los bares para ligar. Ahora para encontrar pareja basta buscarla en una aplicación!", añade. "Es sorprendente, pero también fascinante".

MÁS INFORMACIÓN
​Lugar: galería Enlace, Av. Camino Real 1123, San Isidro. Temporada: de lunes a sábado, de 11 a.m. a 8 p.m. Hasta el 27 de julio. Ingreso: libre.

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