"Av. Larco": revisa lo bueno y lo malo de la cinta nacional
"Av. Larco": revisa lo bueno y lo malo de la cinta nacional
Juan Diego Rodríguez

arranca con un golpe de efecto. Aun cuando las capacidades actorales de Daniel F son cuestionables, Tondero logra llamar la atención desde el inicio con "Al colegio no voy más", canción que hasta los más despistados asistentes al cine reconocen y pueden disfrutar.

De allí en adelante, el filme dirigido por Jorge Carmona del Solar tiene dos momentos: un inicio ágil en el que se presenta a los protagonistas Andrés (Juan Carlos Rey de Castro), Wicho (Carlos Galiano), Miki (Andrés Salas) y Javier (Nicolás Galindo), y su deseo por ganar un concurso de bandas de rock; y luego un tramo en el que la película se hace larga y solo se salva gracias al uso de canciones reconocibles.

 

LO MEJOR

La edición de la película parece ser algo sui generis en comparación con otras producciones de Tondero. Eric Williams, el editor, mediante el corte sincronizado con el ritmo de canciones como "Contéstame" de Rio, logra hilvanar las historias de los tres muchachos que desean convertirse en estrellas de rock. Hacia el final, sin embargo, se excede en su uso, como si hubiera agotado las ideas para dinamizar la película.

A excepción de un caso, las canciones se suman a la historia con mucho tino. Esto gracias a que, por ejemplo, los personajes han sido nombrados estratégicamente. Tal es el caso de Susana (Maria Grazia Gamarra) a quien apodan La Negra, lo que permite que se pueda incluir "Magdalena" de los Nosequién & los Nosecuantos.

Las actuaciones son regulares, aunque quizá eso se deba al poco esfuerzo que implica desarrollar personajes tan planos como Marité (Carolina Cano) o Rebeca (Mayra Goñi). Vale destacar que, sin ser el protagonista, André Silva termina siendo el mejor del reparto porque transmite la actitud correcta de su personaje, algo que gran mayoría del elenco parece obviar. Junto a él, Carlos Galiano y Andrés Salas.

LO OLVIDABLE

Aunque "Av. Larco" empieza mostrándose como el mejor trabajo que ha hecho Tondero, poco a poco se va convirtiendo en un spot publicitario y no por el descarado ‘product placement’ al que nos tienen acostumbrados los filmes nacionales; sino por el lenguaje audiovisual al que recurre. Por ejemplo, los innecesarios ‘travelings’ que utilizan en planos que podrían estar estáticos son una constante cansina.

La composición es excesiva. Carmona quizás haya tenido alguna necesidad de mostrar las caras de todos los personajes que están en la escena o tal vez tenga que ver con una herencia del lenguaje teatral. El resultado: las escenas en las que se pueden ver los rostros de nueve personas, ya sean ordenados frente a la cámara o con escorzos, son inverosímiles.

Una escena floja la protagonizan Juan Carlos Rey de Castro y Mayra Goñi. Mientras suena “Suna” de Mar de Copas, ambos se toman de la mano y empiezan a elevarse sobre una discoteca de El Agustino. La cámara gira a su alrededor y ellos cantan enamorados.

La escena en la que Andrés Salas muere es también una roca. Allí, una Maria Grazia Gamarra al borde del llanto sostiene el cuerpo de Salas mientras cantan “Inmortales” de Cementerio Club. El chiste se cuenta solo.

Por último, un pecado mortal de "Av. Larco" es haber elegido a Diego Dibós para hacer los arreglos de las canciones. Su impronta en temas como “Demolición” y “Astalculo” las convierte en versiones edulcoradas y carentes de su sentido original. Si a eso le sumamos que es Juan Carlos Rey de Castro quien las interpreta, el filme termina pareciendo la serie “Esta sociedad” musicalizada con el pop rock de las últimas décadas.
 

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