Diez años después de que la favela Ciudad de Dios en Río de Janeiro se diera a conocer al mundo gracias a la película del mismo nombre, poco ha cambiado para los residentes y los protagonistas de la película, a los que el destino ha deparado distinta fortuna.

En uno de los tantos bares que hay en el oeste de la ciudad, Leandro Firmino bebe unos sorbos de agua ataviado con la camiseta de su equipo de fútbol favorito, el Flamengo. En Ciudad de Dios, la comunidad en la que creció, conoce a casi todos los que pasan y los saluda con la mano.

Una década después de interpretar el papel del temido capo de la droga, Ze pequeño, en Ciudad de Dios, muestra pocos indicios de la fama de la que gozó entonces.

MÁS POBREZA La película, que empieza en los años 60 y termina a principios de los 80, sigue las vidas de Ze pequeño y Buscapé, un joven fotógrafo que retrata el declive de Ciudad de Dios, en un contexto de drogas, rivalidad criminal y violencia sin sentido.

Hoy es el hogar de unas 40.000 personas. Una comunidad construida originalmente por las familias que fueron reubicadas en las afueras de la ciudad por las autoridades de Río, para deshacerse de las favelas en el centro de la urbe, pero que se hizo famosa por sus gánsteres, criminales y calles peligrosas.

En una de las escenas más memorables, Ze pequeño ordena a un niño que elija a otro y lo mate a tiros.

Felipe Silva, uno de los niños de la escena recuerda: Tenía un miedo de muerte a Leandro Firmino. Hacían que le tuviera miedo, así lloraría en aquella escena.

Firmino ahora tiene 35 años y es padre de un bebé de 21 meses. Fue fichado directamente de la favela por los productores de la película, que pretendía ser la adaptación de una novela de Paulo Lins.

Todo pasó muy rápido, le dice Firmino a la BBC. Me sorprende que la gente la recuerde. Está muy presente, incluso entre los niños de 11 o 12 años.

VISITA DEL ALTO PERFIL Como otros en el reparto, Firmino disfrutó de la fama tras el éxito de la película, que fue nominada a cuatro premios Oscar.

Ha trabajado con el grupo Nós do Cinema (Nosotros en el Cine) y actuó en varias películas brasileñas.

En 2011, Firmino fue invitado a la recepción del presidente estadounidense Barack Obama durante su visita a Brasil. No fui. Tenía otro compromiso, dice, la visita de Barack Obama a Ciudad de Dios era algo político.

Pero aunque ha seguido actuando y trabajando en cine, la vida de Firmino no ha sufrido grandes cambios, a pesar de haber trabajado en una de las películas más exitosas del cine brasileño de los últimos años.

¿Me siento como una celebridad? No. Creo que es ridículo. Es una palabra ridícula. El arte consiste en estar cerca de la gente, ser famoso consiste en estar distante, explica. Crecí allí arriba en Ciudad de Dios. Realmente me gusta eso. Y si Dios quiere, continuaré trabajando en cine.

Firmino menciona que otros han cosechado éxitos después de la película, muchos de los cuales aparecen en el documental Ciudad de Dios: 10 años después, que se estrenará próximamente.

SALTO A LA FAMA Alice Braga, quien interpretó el papel de Angélica, enamorada del fotógrafo Buscapé, actuó junto a Will Smith en la película Soy leyenda y debe su carrera a su actuación en Ciudad de Dios.

Creo que esa escena en la playa, especialmente la del beso, me ayudó en mi carrera porque esa imagen ha quedado grabada en la mente de muchas personas, dice a la BBC Alice al hablar del documental.

Tengo un agente en el extranjero. He conocido a mucha gente gracias a ese beso y a la imagen en que se convirtió.

Por su parte, Seu Jorge, que interpretó el papel del gran rival de Ze pequeño, Mané, hoy continúa siendo uno de los músicos más famosos de Brasil. No mucho tiempo atrás actuó en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Firmino dice que otros han tenido menos suerte, como Jefechander Suplino, que interpretó el papel de Alicate, uno de los ladrones del llamado Trio Ternura en la película.

Los productores del documental no pudieron encontrarle y se teme que esté muerto. Su madre insiste en que su hijo todavía vive y dijo a los investigadores: No está muerto, estoy segura de ello.

Rubens Sabino da Silva, quien interpretó a Negrito, fue arrestado por tratar de robar a una mujer en un autobús en 2003. Pidió ayuda al director de la película, alegando que no recibió dinero por su trabajo.

UNA PELÍCULA DE REFERENCIA Aunque sus protagonistas han tenido suertes distintas, la película se ha convertido en un referente sobre los problemas sociales de Brasil; el crimen y la violencia.

Después de su estreno, el novelista Paulo Lins dijo que temía la reacción a tal brutal descripción de Río de Janeiro.

Estaba un poco asustado de las repercusiones del lanzamiento (de la película), admitió.

Se dio durante las elecciones presidenciales de Brasil. La violencia era el tema más debatido en las campañas, y los medios hablaban cada día de la película. Todo el mundo me buscaba para hacer entrevistas. Nunca pensé que estaría tan expuesto a la prensa.

El lanzamiento fue un espectáculo de glamour, los políticos hablaron mucho de criminalidad, pero hasta el momento, nada se ha hecho para hacer que los niños dejen de entrar en el mundo de la delincuencia violenta.

REACCIONES DE LA COMUNIDAD La reacción de la comunidad respecto al nuevo documental quizás lo dice todo. Según su productor ejecutivo, Cavi Borges, hay mucha gente en Ciudad de Dios a la que no le gusta la película por la violencia. Cuando saben que estamos haciendo un documental dicen: Oh no, no de nuevo.

Pero el nuestro es un formato diferente. Es una referencia al cine brasileño; todo es Ciudad de Dios, Ciudad de Dios, Ciudad de Dios. Es bueno y malo.

En 2009, Ciudad de Dios se convirtió en la segunda favela pacificada de Río, como parte del programa gubernamental para mejorar la seguridad incrementando la presencia policial en las comunidades más pobres.

Funcionarios de la policía se trasladaron a la favela e instalaron unidades especiales para tratar de expulsar a los traficantes de droga. La tasa de homicidios cayó de 36 en 2008 a cinco en 2012.

Para Borges es importante cambiar la percepción que la gente tiene de esta comunidad.

La gente cree que en la realidad, Brasil es así. Todos quieren ir a ver esas comunidades. Es como la película de Danny Boyle, Slumdog Millionaire, filmada en Bombay, India.

Mi sueño, es llevar este documental a todos los países donde se vio la película original.