El joven Gonzalo Vargas (izquierda) es uno de los protagonistas del filme, donde encarna a un delincuente juvenil. Forero vuelve a utilizar actores no profesionales en la cinta (Foto: Difusión)
El joven Gonzalo Vargas (izquierda) es uno de los protagonistas del filme, donde encarna a un delincuente juvenil. Forero vuelve a utilizar actores no profesionales en la cinta (Foto: Difusión)
Juan Carlos Fangacio

Parece menos, pero ya han pasado seis años desde que el trujillano Omar Forero estrenó "Chicama" en el Festival de Cine de Lima y se convirtió en un suceso: ganó cinco premios –entre ellos el de Mejor Película Peruana y la Mención Especial del Jurado– y fue elegida como la película del año por la Asociación de Prensa Cinematográfica. Se entiende por eso que "Casos complejos", su más reciente largometraje y el cuarto de su carrera, llegue a la competencia de esta edición del festival con altas expectativas.

La película se ocupa del mundo del crimen y la corrupción en Trujillo, con dos personajes opuestos como ejes principales: un joven delincuente y un fiscal que debe resistir ante un sistema en franca descomposición.

—La película llega en un momento clave, cuando se habla tanto de la corrupción del sistema judicial en el Perú.
Sí, aunque en realidad está enfocada en el ambiente trujillano, donde la delincuencia es más fuerte que en otros lugares. Pero es una coincidencia porque la comenzamos a trabajar hace tres o cuatro años, cuando no sabíamos que estos escándalos de jueces y fiscales corruptos iban a saltar.

—¿Cómo diste con la historia?
Saqué mucho de las noticias sobre crímenes en Trujillo: extorsiones, venganzas, asesinatos. Pero la investigación se basó sobre todo en entrevistas con la Fiscalía de Casos Complejos, de donde surge el nombre de la película. Hoy esa fiscalía ya no existe, fue remplazada por la de crimen organizado. Ellos se encargaban de varios tipos de delitos, y de allí obtuve bastante información. Muchas de las anécdotas que aparecen en la película parten de casos reales.

—¿Llegaste a tener contacto con criminales?
Directamente con las bandas que delinquían, no. Pero sí tuve algunas entrevistas con delincuentes ya arrepentidos, los que llaman ‘plantados’. Había uno, por ejemplo, que ahora tiene su puesto en el mercado y es evangélico. Para el personaje del joven sicario también me inspiré en documentales que yo mismo había hecho sobre niños trabajadores de la calle. Veía de dónde procedían y cómo terminaban muchos de ellos.

—En "Chicama" abordabas el tema de la educación, a través del profesor de una escuela rural. Ahora está el de la delincuencia. ¿Hay una continuidad en ocuparte de problemas sociales básicos?
Tal vez sí. Lo que hago siempre es tratar temas que ocurren todos los días. Y también personajes que andan deambulando por acá por la ciudad. En “Chicama”, además de la educación, estaba el tema de la migración. Eso nos toca todos los días, y yo siempre he pensado el cine como un espejo que nos refleja.

—¿La película está enfocada solo en la delincuencia organizada? ¿O la atraviesan otras líneas narrativas?
Yo creo que es más bien una película de personajes. Sobre todo el fiscal y el muchacho. De este último conocemos su niñez a través de 'flashbacks' y lo seguimos cuando escapa a su tierra natal. Claro, el telón de fondo es la delincuencia, pero los personajes son lo que son por sus vidas, sus deseos, sus conflictos.

(Foto: El Comercio)
(Foto: El Comercio)

—¿Otra vez son todos actores no profesionales?
Sí, en su mayoría. Hay uno profesional, que es Fernando Bacilio. Él aparecía en "Chicama" como un borrachito, y en esta película lo he mantenido, es el mismo personaje.

—También está el muchacho protagonista, Gonzalo Vargas, que además aparece en otra película de la competencia, "Todos somos marineros". ¿Cómo ha sido el trabajo con él?
Sí, lo que pasó allí es que cuando estaba editando la película hice un 'focus group' para mostrársela a gente del cine. Entre ellos estaba Miguel Ángel Moulet [el director de “Todos somos marineros”] y me preguntó por él. Lo contactó y lo incluyó en su película. Hay varios personajes que han respondido muy bien en “Casos complejos”, y creo que se debe a que el cásting que hicimos fue bastante largo. Nos demoramos mucho probando gente.

—Tus cuatro largometrajes parecen a simple vista muy diferentes entre sí. ¿Encuentras un hilo conductor en ellos?
Imagino que algo debe de haber, pero quizá no soy consciente de ello. Tal vez los temas y personajes cotidianos, cosas que conozco. Porque casi nada me lo invento. Y sí, cada película ha sido distinta porque el tipo de producción es distinto, y pinta cómo va a ser el tono del filme. Para mi primer largo, "Los actores" (2006), no tenía presupuesto, y me inventé un tipo de producción: hacer un taller con gente que estudiaba teatro. Allí fue saliendo la historia. Con "Chicama" la producción fue un poco más grande, trabajé con un proyecto y un guion. Y acá en "Casos complejos" la narración también es distinta. No hay tantos planos largos ni tiempos muertos.

—Cuando estrenaste "Los actores" decías que no era una película que le gustaría a la mayoría del público. Con "Chicama" fue diferente, conectó muy bien...
Sí, aunque todavía creo que "Chicama" también estaba hecha para un público más cinéfilo. "Casos complejos" sí está planteada para una audiencia más grande, desde el tema mismo, que es un policial. No sé cómo vaya a funcionar, pero es la intención.

—¿Cómo te sientes dentro de lo que se denomina cine regional? Hay gente a la que no le gusta el término.
Sí, bueno, es que todo es cine peruano. Yo lo dividiría más por zonas: cine ayacuchano, cine trujillano, etc. Igual no tengo problemas en que le digan cine regional. Y tampoco sé si exista algo así como un "nuevo cine peruano". Sí hay, en general, más cine y de todo tipo. Mucho más cine comercial, con películas que incluso compiten con blockbusters. Hasta "Wiñaypacha" generó un fenómeno sorprendente. Si mal no recuerdo, apareció al lado de "Avengers", pero sobrevivió hasta el final con salas llenas.

MÁS INFORMACIÓN
Proyecciones:
Jueves 9, 7:45 p.m. Cineplanet Alcázar.
Viernes 10, 2:30 p.m. Cineplanet Alcázar.
Detalles en:
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