Laura Montero: "El cine japonés es más que Ozu y Kurosawa"
Laura Montero: "El cine japonés es más que Ozu y Kurosawa"

“Si soy completamente sincera, mi amor por el cine japonés fue resultado de una cosa fortuita”, es lo primero que nos dice Laura Montero. Acaba de llegar a Lima y no puede ocultar sus emociones al compartir sus intereses por el cine del país del sol naciente. Creció en Granada, España, durante los años 80, y se nutrió en la infancia del anime que inundaba la televisión en aquella época. Luego, ya cursando el tercer año de su carrera en Madrid, se encontraba a punto de comenzar un trabajo monográfico sobre Vicente Minnelli cuando, en una de esas idas al cine a las que era tan aficionada, descubrió “La princesa Mononoke” (1997), de Hayao Miyazaki.

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Una película que me gustó tanto y que me parecía tan diferente a todo lo que había visto que decidí hacer mi trabajo sobre eso. Un poco por desafiarme a mí misma y un poco también por hacer algo diferente. Así conocí una cinematografía completamente diferente a Hollywood. Es un cine más contemplativo y capaz de trasmitir emociones a partir de la imagen, mientras que el cine americano tiene el ansia de ir muy rápido y darte toda la información de una vez. Y ese fue mi inicio”, nos dice la historiadora, quien nos visita como parte de un viaje por cinco países en los que ofrecerá una conferencia sobre los Grandes Maestros del Cine Contemporáneo. También presentará la película “Nuestra hermana pequeña” (2015), de Hirokazu Koreeda, a quien considera uno de los cineastas definitivos en estos momentos.

España es una plaza especialmente abierta a diversas cinematografías. Tienen además varios festivales de cine, de manera que es posible tener acceso a un cine muy diverso. Has sido afortunada.

Sí, sobre todo por el festival de Sitges. Que históricamente siempre le ha dedicado una sección al cine japonés, sobre todo al cine de culto. Takashi Miike es una de las figuras más queridas allí. El festival no estaría completo sin una de sus películas. De otro lado, desde que José Luis Rebordinos dirige el Festival de San Sebastián hay un renovado interés por el cine japonés. Por ejemplo, la cinta animada “Your Name” (Kimi no na wa, 2016) se presentó allí en la sección oficial. Somos muy afortunados.

El cine japonés no es producto de la casualidad ni de generación. Desde el cine mudo hay una gran tradición cinematográfica. ¿El cine de hoy sería el mismo sin este pasado?

En un sentido es una continuidad pero también una ruptura. Porque muchos de los directores contemporáneos crean su discurso para romper con el pasado. Es muy curioso que Hirokazu Koreeda, que es para mí el mejor director de cine japonés actual, siempre sea comparado con Yasujiro Ozu. Sin embargo, él niega esa asociación y dice que su cine se parece más al del taiwanés Hou Hsiao-Hsien, y estoy de acuerdo con ello. Él fue su asistente, trabajaron juntos y tienen una conexión más profunda. Aún sí, es innegable que Ozu ha influenciado en su obra por más que lo niegue. Lo que sí creo es que así todos los directores con más peso hoy en día son rupturistas. Para Sion Sono, que es un enfant terrible, el cine es romper y casi quemar el pasado. Si hay una cosa que define a la nueva generación de cineastas japoneses es el tiempo narrativo. Por mucho que Koreeda o Naomi Kawase tengan un cine más contemplativo, es un cine más rápido para nuestros estándares. Lo que conservan es que por mucho que haya finales cerrados siempre hay una puerta abierta. Es una cosa que define al arte japonés en general. Es el espectador el que debe completar la historia. El cineasta o el artista nunca te van a dar algo completo. Siempre te dejan un hueco para que tú interpretes.

El cine japonés en términos generales es poco conocido. Sobre todo si pensamos que se realizan muchas películas y de todo tipo durante el año.

Si comparamos con otras cinematografías, la japonesa siempre ha sido muy saludable. Con todo y la famosa crisis de los años 90, tienen una industria muy próspera y producen muchas películas al año. Y eso les permite explorar y abarcar todos los géneros. Y siempre son transgresores en las cosas que hacen.

¿Por qué eligieron “Nuestra hermana pequeña” para acompañar la conferencia?

La idea era presentar una película de Koreeda. Porque es el director más representativo del cine japonés de hoy. Y “Nuestra hermana pequeña” porque, aunque no es la última de sus películas, sí aglutina las temáticas de su cine. Koreeda es un maestro a la hora de trazar las relaciones entre los personajes. No lo hace con las palabras, sino que parte de una premisa que el espectador desconoce y que poco a poco uno va descubriendo. Y lo más interesantes es esa visión crítica que ofrece de la realidad japonesa. La grandeza del filme está en su construcción, en lo que no se dice, en lo que vamos entendiendo.

Hablemos de tu especialidad: la animación o el anime. ¿Cómo representa a la cultura japonesa?

Pues la representa de muchas formas. Una de las grandes virtudes de la sociedad japonesa y de que el anime sea tan popular es que tienen una tradición visual mucho más asentada en el tiempo que la nuestra. El anime tiene mucha influencia con el manga, con el cómic japonés, pero hay muchos teóricos que afirman que la pintura de los siglos XII al XVIII, específicamente las representaciones de animales en actividades antropomórficas tienen mucha influencia. Así como otras manifestaciones pictóricas. Estas son ideas polémicas sobre las que los entendidos no se ponen de acuerdo. Con lo que estoy de acuerdo es con la influencia del ukiyo-e, que eran estampas populares que cualquiera podía adquirir. Pero la mayor vinculación del anime a la tradición japonesa es con el teatro y sucede lo mismo con el cine. Sobre todo con el teatro de marionetas y con el kabuki, que es una explosión del color. Y no olvidemos que había un devertimento popular que se llamaba kamishibai, que es como un trovador medieval que contaba historias y mostraba láminas. Allí están las raíces, sin duda.

¿Cuál es tu principal misión en este recorrido por cinco países?

Aportar un punto de vista diferente o poder dar a conocer directores y películas del cine japonés que tal vez no sean conocidos. Y también porque aunque muchas veces disfrutamos de las películas, nos falta información para apreciar determinados aspectos que están ahí, pero que no los identificamos. Me apetece brindar más información al público e intentar desafiar ese concepto que tenemos con respecto al cine japonés y que se limita a pensar en Kurosawa u Ozu. Quiero que la gente se dé cuenta de lo polifacético que es el cine japonés.

MÁS INFORMACIÓN

Grandes Maestros del Cine Japonés Contemporáneo, conferencia de Laura Montero y proyección del filme "Nuestra hermana pequeña".

Sala Azul del CCPUCP.

Miércoles 8 de febrero a las 7.30 p.m.

Av. Camino Real 1075, San Isidro

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