Luc Dardenne: "Los misterios de los individuos son complejos"

En el principio estuvo el teatro, lo que para muchos podría ser un punto de partida anticinematográfico. No lo fue. Su tutor sobre las tablas, Armand Gatti, también empleaba el video y eso despertó la curiosidad de los hermanos Jean-Pierre y por el mundo audiovisual. Primero la dupla se sumergió en el documental, luego pasó a la ficción y, tras años de ensayo y error, depuró un estilo que le ha valido ganar dos veces la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Sus filmes siguen a las personas que sudan y reman en las penurias y alegrías del día a día, además de exhibir una plausible claridad narrativa (lo que no desdeña el misterio) y una puesta en escena en apariencia simple que recurre, en el fondo, a estrategias sabias y sofisticadas. Es la amargura, la solidaridad y la fe en un mismo plano. Luc siempre ha dirigido al lado de su hermano Jean-Pierre. 

¿Se consideran cinéfilos? ¿Qué los impulsó a hacer cine?
El haber visto muchas películas no fue la razón que nos motivó a hacer cine. No tenemos la trayectoria de otras personas que vieron muchas cintas entre los 15 y 20 años. Es a partir de los 28 años que comenzamos a ser cinéfilos, a asistir con frecuencia al cine, a recibir esas influencias cinematográficas [de directores como Roberto Rossellini, Maurice Pialat o Krzysztof Kieślowski ] y a ponernos a hacer cine. Somos autodidactas.

Sorprende que del teatro hayan dado el salto a la realización audiovisual.
Trabajábamos con Armand Gatti, director de teatro y dramaturgo, quien hacía un teatro muy político. Él utilizaba el video en sus piezas, luego mi hermano y yo nos interesamos por este medio, compramos nuestros equipos y nos alejamos de nuestro padre espiritual para emprender nuestro propio camino.

¿Hacen cine por el gusto de contar historias? ¿Qué tipo de búsqueda emprenden?
Hacemos películas con personajes. Es más importante el personaje que la intriga. Hablamos de personajes que no se ven generalmente, son parias y están al margen de la sociedad. Ellos nos interesan como individuos, no son instrumentos de demostración de una tesis. Incluso cuando hacíamos documentales, que eran más políticos, nos interesábamos sobre todo en los individuos. Los misterios de los individuos son complejos.

¿Cómo se evidencian estas preocupaciones en sus películas?
Si hablamos de Rosetta (1999), tenemos una mujer con la necesidad de conseguir un trabajo como sea. Ella no se da cuenta de que a su lado hay un joven que quiere ayudarla. No le interesa, ella sigue avanzando porque es la representante de una sociedad que compite inhumanamente para conseguir sus objetivos y está dentro de un mundo de  gente que no tiene posibilidades. En “El silencio de Lorna” (2008), la protagonista tiene el sueño de abrir un snack en Bélgica, para lo cual acepta un matrimonio falso. Ella se casa con un drogadicto, quien es manejado por una mafia que le paga una cantidad de dinero para estar con esta mujer y otra suma de dinero para que se divorcie de ella. A él lo único que le interesa es el dinero para poder consumir drogas. El caso es particular porque frente a esta situación áspera, ella optará por defender la vida de este drogadicto antes que realizar sus sueños.

Hablemos de su trabajo con su hermano. ¿Qué es lo mejor de trabajar con él?
Lo mejor es conversar y compartir. Trabajamos en el mismo filme, no es que cada uno se va por su lado a hacer lo suyo. Ensayamos mucho con los actores. También disfrutamos el rodaje y el montaje. No sentimos que estamos obligados a hacer algo. Adoro trabajar con él. Es muy agradable.

¿Y qué es lo peor de trabajar con un hermano?
[Dardenne sonríe levemente]. Nunca he trabajado solo, no podría hacer una comparación y responderte. Quizás lo peor sea que los dos nos equivoquemos al mismo tiempo y nos demos cuenta recién después.

¿Qué ventajas hay en ser el hermano menor [Jean-Pierre tiene 65 años y él 62]?
[Dardenne vuelve a sonreír]. No lo sé… No puedo comparar. ¿Ser más joven es una ventaja?

Son épocas de una gran avalancha de estímulos audiovisuales. ¿Es optimista con el futuro del cine?
El cine depende de la tecnología desde sus inicios. La verdadera cuestión está en la distribución y difusión de las películas. Antes solo había dos pantallas: las del cine y las de la televisión. Ahora hay pantallas por todas partes. Lo más importante para los cineastas es la proyección de una película en un écran y en una sala oscura. Creo que esto va a seguir perdurando, pero hay que ver hasta dónde. Creo que no perderemos en esta batalla.

La cultura del éxito y la competitividad son cada vez más fuertes. En este contexto, ¿cómo avizora el porvenir de Europa?
¿Habla de la Europa después del 'brexit'?

Por ejemplo.
Soy optimista. La gran pregunta es: ¿cómo Europa va a seguir unificándose, mucho más de lo que está ahora? Está unificándose, por ejemplo, de una manera militar y de defensa en contra del terrorismo. Pero la unificación que yo espero es una que se haga en función de la solidaridad. Una unificación más social. Tenemos que contar con un sistema de fiscalización europeo único, una seguridad social o una ley de trabajo que permitan más igualdad. Esa es una tarea de las nuevas generaciones.

Contenido sugerido

Contenido GEC