Después de “La masacre de Texas” (“The Texas Chainsaw Massacre”, 1974), el cine de terror nunca fue el mismo. No solo porque trajo consigo todo un nuevo imaginario que después sería usado en una vertiente del cine de terror (el 'slasher'), sino porque, a través del género, define una época importantísima en el cine estadounidense. Para muchos, se trata de una de las películas más aterradoras de la historia del cine. ¿Por qué hoy, con la película estrenada hace 40 años, sigue siendo un referente para todos aquellos que amamos el cine de violencia y evisceraciones? Aquí, tres motivos.
.1-Leatherface, el asesino de la motosierra
Grande, torpe, poseedor de una fuerza casi sobrenatural y con la cara tapada por una máscara: ese el Leatherface, el asesino del filme, que acaba con los jóvenes que llegan, de causalidad, a su casa en la zona rural de Texas. La violencia que ejerce es brutal, pero marcó toda una tendencia dentro del cine de terror: la imagen del asesino enmascarado que mata jóvenes sin parar. Lo vimos en “Viernes 13”, en “Halloween”,en “Scream” y en todas las películas que siguen esa línea narrativa. Leatherface marcó época.
2-El terror gráfico
Durante mucho tiempo, el cine de terror se basaba en ambientes ominosos, situaciones oscuras y momentos que jugaban mucho a la ambigüedad. “La masacre de Texas”, junto a otras películas de la época, se la jugaron derechito por mostrar destripes, evisceraciones y asesinatos que aumentaban en crueldad. Lo que importa en la película es el shock y el choque de crueldad más que el ambiente. El 'gore', subgénero que comenzaba a aflorar en los setenta, hizo suyo justamente el show de evisceraciones y violencia explícita, y “La masacre de Texas” puede insertarse tranquilamente en esa vertiente.
3-Los años setenta
Esa vertiente gráfica se apoyaba justamente en un cambio dentro del estilo de cine estadounidense de la época: Vietnam había golpeado los cimientos de la sociedad, y el cine mostraba justamente ese ambiente rudo, de desconfianza y decaimiento, que se sentía en la calle. Quizá por eso, en los años setenta, Scorsese hizo “Taxi Driver” y “Calles peligrosas”; Francis Ford Coppola, “El padrino” y Michael Cimino, esa obra maestra total y absoluta llamada “El francotirador”. Todas ellas son cintas desencantadas, que muestran los aspecto más sombríos de una sociedad en caída libre a partir de un estilo realista.
“La masacre de Texas” es muy de los años 70 y de su época justamente mantiene ese estilo realista, casi quirúrgico. Solo que le añade persecuciones, gritos y mucha sangre. Y esa desconfianza también se respira en el miedo de los jóvenes al entrar en ese mundo desconocido del sur de los Estados Unidos, donde todas y cada una de las actitudes de los que viven ahí parecen sospechosas y peligrosas. “La masacre de Texas” nos muestra como veía el cine a su propia sociedad.
Mucho más se puede decir de una película que, a cuarenta años de su estreno, nos sigue sorprendiendo y angustiando como si no hubiera pasado ni un solo día. “La masacre de Texas” remeció al público en 1974, y hoy sigue vigente. Quizá más que nunca.
-