El director australiano Peter Weir, realizador de "The Truman Show". (Foto: AP)
El director australiano Peter Weir, realizador de "The Truman Show". (Foto: AP)
Agencia EFE

“Hacer una buena película es la sensación más hermosa que puede tener uno, y a mi me encanta compartir esas sensaciones con los demás”, ha señalado este miércoles el director australiano Peter Weir, que confiesa que “la manera de hacer cine está cambiando” y la audiencia también.

"Hacer cine es la manera de comunicar que tenemos los cineastas nuestras ideas, sensaciones y sentimientos con los demás, al igual que lo hacen los pintores y los músicos, y muchas veces esas experiencias nos dejan sin aliento", afirma el director que se encuentra en Madrid para presentar la retrospectiva de su cine, la más exhaustiva jamás realizada en Europa.

Weir (Nuevo Gales del Sur, Australia, 1944) director de películas como "El club de los poetas muertos" (1989), "El show de Truman" (1998) o "Master and Comander" (2003), confiesa que siente cierta nostalgia por el cine que se hacía antes.

"La manera de hacer cine está cambiando, y lo seguirá haciendo con el paso del tiempo. Por lo que no me queda más remedio que aceptar el cambio, aunque echo de menos la manera en la que se rodaba antes y las películas que se hacían", confiesa el cineasta.

Añade que, además, la audiencia ha cambiado: "Hay muchos jóvenes que encuentran su estimulación y entretenimiento en la televisión y perdieron el hábito que tenían sus padres de ir al cine. Los jóvenes de ahora ven cine desde casa, a través de las televisiones con las nuevas plataformas por lo que ahora, las nuevas generaciones de cineastas hacen películas para esos contenidos".

Las películas de Weir han tocado casi todos los géneros cinematográficos, desde el cine romántico hasta thrillers, pasando por historias de aventuras, de guerra o políticas.

Sin embargo, tras la realización de 13 filmes, no ha conseguido traducir en premio las seis nominaciones a los Óscar -cuatro a mejor director, una a guion original y otra mejor película-.

Tampoco tuvo mucha suerte con los Globos de Oro, ya que tras cinco nominaciones, tan solo se alzó con uno en 1990 por "Matrimonio de convivencia" en la categoría de mejor película.

Tras varios años sin rodar una película al realizador le ha dado tiempo a ver una buena parte de las suyas, de las que afirma que cambiaría muchas cosas: "Muchas veces veo una escena y pienso que lo tendría que haber hecho de otra manera. Visualizando la película original me doy cuenta de que de cada una de ellas podía hacer entre ocho y diez cambios".

Weir se encuentra ahora en Madrid para asistir a la presentación de "Realidades alternativas", una retrospectiva de su carrera cinematográfica que dedica la Filmoteca Española los días 16, 17 y 18 de octubre en el cine Doré, donde se proyectarán la mayor parte de su filmografía.

Asimismo, aprovechará su estancia en España para visitar la Escuela Cinematográfica y Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM) en la que mantendrá una charla con los alumnos de las escuela.

Esta no es la primera vez que Weir se dedica a la enseñanza, ya que lo ha hecho durante 10 años en la Escuela Cinematográfica de Australia, pero a pesar de todo, confiesa que no se encuentra muy cómodo dando clases a los jóvenes.

Weir, cuyo último filme “Camino a la libertad” (2010) se estrenó hace nueve años, es de los que no tienen prisa por ponerse detrás de la cámara. Precisamente se le conoce por ser un cineasta perfeccionista y cuidar con mimo cada proyecto en el que se ha involucrado.


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