Redacción EC

RODRIGO BEDOYA FORNO

¿Quién no recuerda , ese clásico de Disney que encantó a varias generaciones? Se trata de un célebre filme que las generaciones más recientes se están perdiendo: quizá su clasicismo y su costado naif parecen sonar, ahora, cada vez más lejanos. Pero eso no quita que sea una cinta escrita en piedra en la historia del cine infantil.
 
“Recuerdo haber visto la película cuando era niño porque la canción ‘Vamos a volar’ me hacía llorar siempre”, recuerda , quien le da vida a Walt Disney en , cinta que cuenta el complicado proceso de adaptación de “Mary Poppins”, filme basado en una serie de novelas escritas por P. L. Travers (a quien da vida Emma Thompson), escritora inglesa con más de un secreto interesante en su vida personal.
 
Dirigida por John Lee Hancock, la cinta narra la historia de las diferencias entre Disney y Travers. “Ellos no se caían bien entre sí. Hasta el final, no se gustaban mutuamente. El guion hace un buen trabajo capturando la esencia de eso”, explica el intérprete, en una entrevista genérica otorgada por la distribuidora del filme.
 
“He conocido a muchos autores de libros para niños y algunos de ellos son las personas más oscuras y profundas que te imagines; ella era así. Los libros de “Mary Poppins” son mucho más oscuros, crueles, y probablemente inaccesibles para el gran público”, añade el intérprete.
 
Pero Disney, a pesar de esos detalles, peleó como pocas veces para conseguir los derechos de las novelas. Y las consiguió, dándole a la autora el derecho a aprobar el guion final. Pero la relación entre ambos permitió que Disney descubriera en Travers una personalidad fascinante. “Cuando estaba leyendo el guion, me impactó la verosimilitud de todo eso. Me sorprendió porque no tenía idea acerca de ese contexto. Quedé impresionado”, relata Hanks.
 
“El proceso artístico es tan profundo; todo es acerca de algo que conmovió la propia alma de la creadora de esta historia, se hizo un buen trabajo capturando el impulso creativo de Pamela Travers: su padre, ese hombre magnífico, pero muy problemático a la vez, que estaba constantemente feliz y de buen humor a pesar de todos los problemas de alcoholismo y financieros que tenía, y de todo lo que eso conllevaba”, añade.
 
SER WALT DISNEY
Sin duda, el principal reto para Hanks fue ponerse en la piel de uno de los hombres más importantes de la historia del cine: Walt Disney. Y el actor es consciente de que no se parece en nada al personaje.  
 
Yo no luzco igual a Walt Disney; no sueno como él. Puedo dejarme crecer el bigote y peinarme hacia los lados, pero el trabajo que realmente debía hacer era capturar de alguna manera todo lo extravagante que había en sus ojos, así como la perspicacia que tenía”, comenta el intérprete.
 
“Por todo ello, no se puede hacer una imitación de Walt Disney. Había una cadencia en la forma en que él hablaba que proviene de su entusiasmo por sus ideas, por lo que tenía en su mente. Su mente estaba tan llena de magníficas ideas que él solo podía lograr que todo el mundo se entusiasmara con ellas también. Hay una conexión táctil en cada palabra que él dice, que proviene de una especie de liberación. Yo quería lograr eso”, añade.
 
“El sueño de Walt” es la historia de cómo un sueño se llevó a la pantalla y de cómo ese proceso transformó a dos personas. Tal es la fuerza del cine y de su magia.

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