El concurso Historias de solidaridad muestra relatos de apoyo fraterno durante los lamentables episodios presentados con el fenómeno de El Niño costero. (Foto: Jorge Merino/ USI)
El concurso Historias de solidaridad muestra relatos de apoyo fraterno durante los lamentables episodios presentados con el fenómeno de El Niño costero. (Foto: Jorge Merino/ USI)

¿Qué puedo hacer para poder ayudar?, esta fue la pregunta que me hacía mientras veía en la televisión todo el daño que estaba causando el fenómeno del niño costero; pero por suerte o bendición, mientras pasaron los días me di cuenta que no era la única que se hacia esta pregunta y fue así como empezó, lo que es hoy, una de las experiencias más gratificantes de mi vida.

Mientras Lima y el norte del país estaban sufriendo devastadoras perdidas, yo me encontraba de vacaciones en Ayacucho con esa sensación de querer ayudar de alguna manera, pero al momento de buscar algún centro de acopio de donaciones en Ayacucho para ser voluntaria, me di cuenta de que no había uno. Por mi mente pasaban mil formas de poder organizar y contactar apoyo para que Ayacucho también pueda ayudar al país, pero a la vez tenía miedo de no poder hacerlo sola.

Un día mientras revisaba Facebook, encontré una publicación que un amigo había compartido -uno de sus amigos estaba recaudando ayuda en su casa - no lo pensé 2 veces y me puse en contacto con él, le propuse unirnos y le hablé de las ideas que tenía (así conocí a Orlando); una de las ideas de las que habíamos hablado era pedir permiso a la municipalidad para ubican un centro de acopio en la plaza principal de Ayacucho y justo cuando nos íbamos a poner en contacto, vimos por redes sociales que otro joven (Jhoel) acababa de instalar una carpa que la municipalidad le estaba facilitando, justo en plaza principal, así que hablamos con Jhoel y decidimos unir fuerzas; simultáneamente, Zaira, Moisés, Juan Carlos y más voluntarios se unían a la causa.

Siempre recordaré el 20 de marzo como el día en el que se consolidó Ayacucho Contigo, la campaña en la que llegué a conocer personas increíbles de las que aprendí muchísimo, con las que juntos logramos recaudar ayuda de: instituciones públicas y privadas, mercados, colegios, de la PNP que encabezada por el Comandante Jauregui nos permitió perifonear con las patrullas por todo Ayacucho y nos dio seguridad hasta el final de la campaña, de las municipalidades que habilitaron centros de acopio en cada distrito, de la prensa que nos apoyó con entrevistas en los canales locales para poder difundir la noticia; en conclusión, todo Ayacucho se unió con el solo objetivo de ayudar a las personas afectadas en el sur de Ayacucho y el norte del país.

El 25 de marzo, después de cerrar la campaña con un ¡mini teletón! ninguno podía creer que habíamos casi duplicado nuestra meta de 10 toneladas. Sí, 19 toneladas de ayuda humanitaria recaudada en 1 semana, ¡fue realmente increíble! Finalmente, destinamos 5 toneladas al sur de Ayacucho y 14 toneladas a Huarmey.

Yo estuve en la comisión encargada de llevar la ayuda a Huarmey, donde fuimos muy bien recibidos por el alcalde y demás autoridades; ahí pudimos ser partícipes de una de las reuniones del COE y ser testigos del trabajo incansable que se va realizando junto al ministerio de justicia y el ejército.

Esto es en resumen, una de las tantas historias de solidaridad que hicieron que los peruanos demostraran al mundo que juntos podemos lograr mucho. Y personalmente, no me canso de decir que esta fue una de las experiencias más gratificantes que he tenido hasta ahora porque la sensación de poder decir, junto a mis nuevos amigos, “misión cumplida” fue algo único.

Contenido sugerido

Contenido GEC