Calderón Fajardo fue concretando silenciosa y tenazmente una bibliografía que incluye títulos tan destacados como “La conciencia del límite último” o “Playas”. (Leslie Searles/Archivo El Comercio)
Calderón Fajardo fue concretando silenciosa y tenazmente una bibliografía que incluye títulos tan destacados como “La conciencia del límite último” o “Playas”. (Leslie Searles/Archivo El Comercio)

Discretos como quien los escribió, los 50 microrrelatos estuvieron guardados durante años en una PC, bajo el nombre “Los zapatos de Bianciotti”. Por suerte, ese archivo de Word se ha convertido finalmente un libro, que conserva el mismo título y nos devuelve la posibilidad de leer textos desconocidos de Carlos Calderón Fajardo, el imprescindible escritor juliaqueño fallecido en el 2015.

La edición de “Los zapatos de Bianciotti”, que acaba de publicar el sello Narrar, reúne un conjunto de relatos breves que se encuentran entre lo último escrito por el autor, aproximadamente en el 2014, según cuenta su hijo, Pablo Salazar Calderón, quien se encargó de recopilarlos.

“Cuando mi papá viajó a la Feria del Libro de Bogotá [en el 2014], me dijo explícitamente que si le pasaba cualquier cosa, yo me encargara de publicar esos textos. Luego de eso, yo mismo lo escuché conversar con Alberto Benza, de la editorial Micrópolis, y con la escritora argentina Ana María Shua sobre un grupo de microcuentos que ya tenía escrito”, cuenta Salazar Calderón.

PERFIL BAJO
Los cuentos de “Los zapatos de Bianciotti” no poseen un registro único. Al contrario, destacan al transitar por varias de las conocidas obsesiones del autor. Hay muchos elementos fantásticos, por ejemplo, en relatos como “El buitre” o “Vejez”. También aproximaciones al policial y el suspenso (hasta donde la brevedad lo permite), interesantes ejercicios en torno al misticismo y el humor, algunos clásicos experimentos metaliterarios, y varios otros que tienen como protagonista el mar (uno de los grandes temas de Calderón Fajardo, como dejó plasmado en su excelento libro “Playas”).

Oculta durante décadas, dispersa entre pequeñas editoriales, la obra de Calderón Fajardo ha recibido, sin embargo, unánimes elogios de la crítica, por libros memorables como “La conciencia del límite último”, “El viaje que nunca termina” o “El fantasma nostálgico”.

Ese trabajo silencioso –en gran parte buscado por el propio autor– podría comenzar a revertirse con una publicación como esta, y con lo que parece será una serie de entregas póstumas e inéditas. “Él dejó novelas, libros de ensayos, varios textos que esperamos ir publicando de a poco –agrega su hijo–. Incluso hay otro libro de cuentos más largos que próximamente saldrán con una editorial diferente. Con ello estamos cumpliendo sudeseo de que todos esos textos fueran publicados en algún momento”.

TRES MICRORRELATOS DE CALDERÓN FAJARDO, EXTRAÍDOS DEL LIBRO "LOS ZAPATOS DE BIANCIOTTI"

(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)
(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)

"CUENTO CASI POLICIAL"
Me encontraba escribiendo una novela policial cuando vi la fotografía del asesino de mi novela en un periódico. En la vida había sucedido lo que yo había escrito. El asesino era exactamente como lo había imaginado en la ficción. Vi la foto. Vi el rótulo del artículo. No lo leí. Boté ese periódico a la basura. Estaba seguro de que si lo leía iba a modificar mi novela y para mi novela me había costado mucho trabajo imaginar el crimen perfecto.

(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)
(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)

"ESPERANDO AL QUE VOLVIÓ"
En el anecdotario de ese balneario hay muchas historias, pero sobre todo una de ellas es capital para mí. Es la historia de un anciano que se lo llevó el mar. Se soleaba en la arena cuando se salió una ola y se llevó al vejete. Apareció años después con treinta años menos y se casó con una mujer joven, bella, inteligente. Tuvieron un hijo. Un día, cuando yo tenía quince años, mi padre, el rejuvenecido, se volvió a meter al mar. Y yo voy todos los días a la playa a esperar que vuelva.

(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)
(Ilustración: Jhafet Ruiz/ El Comercio)

"LA PESADILLA DEL NOBEL"
Anoche tuve una pesadilla horrible. Soñé que me llamaban de la Academia Sueca para informarme que se me había otorgado el Premio Nobel de Literatura, pero la pesadilla consistía en que yo tenía la cara de Sartre y no la mía. En mi sueño no pude hacer nada para evitar que Sartre rechace lo que yo no quería rechazar. Luego de despertar fui a la cocina y me comí un tamal que tenía guardado en la refrigeradora desde el domingo. Mi madre siempre me dijo que no hay que botar la comida.

“Los zapatos de Bianciotti”. Autor: Carlos Calderón Fajardo. Editorial: Narrar. Páginas: 112.
“Los zapatos de Bianciotti”. Autor: Carlos Calderón Fajardo. Editorial: Narrar. Páginas: 112.

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