Carmen Balcells murió en Barcelona a los 85 años
Carmen Balcells murió en Barcelona a los 85 años

La reconocida agente literaria española falleció hoy en Barcelona a los 85 años de edad. 

Nacida el 9 de agosto de 1930 en Lérida, Balcells lideró camadas de grandes figuras de la literatura mundial como Mario Vargas Llosa y Gabriel García Márquez.

Carmen Balcells ingresó al mundo literario con éxito gracias a que supo darle su lugar a los autores que consideraba valiosos.

Según recuerda el diario español "El Mundo", antes de independizarse, Balcells laboró en el despacho de Vintila Horia, un destacado agente literario nacido en Rumania. 

Sería el escritor José Caballero Bonald quien le avisaría sobre la existencia del manuscrito de lo que sería "Cien años de soledad", obra cumbre de la literatura hispanoamericana que llegó a vender más de 10 millones de ediciones.

El paso de los años hizo que tras el colombiano lleguen Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, José Donoso y más autores que vinculados esencialmente por su talento deslumbrarían a millones de lectores en el denominado 'Boom Literario'.

LA MAMÁ GRANDE
"El Mundo" agrega en la descripción de la trayectoria de Carmen Balcells que esta supo motivar a sus representados en lo simbólico y en lo formal. Les dio dinero, adelantos, porcentajes de las traducciones y puso punto final a las estafas.

El vínculo de confianza hizo que varios de los arriba mencionados guarden un cariño inconmensurable hacia la agente catalana. Fotografías de Mario Vargas Llosa y Balcells circularon por varios medios hasta sus últimos años de vida. 

Tras la muerte de Gabriel García Márquez --ocurrida en abril del año pasado-- Carmen Balcells brindó una corta pero emotiva entrevista telefónica con RPP Noticias. Allí recordó al popular 'Gabo' a su manera.

"(Editar a Gabriel García Márquez para mí significa) una singularidad. Yo tuve la inspiración, el reflejo, la intuición, llámele como quiera, de entender al otro. La importancia es entender a la contraparte. Hagas lo que hagas,  es esencial que los colaboradores -y yo no he sido más que una colaboradora- entienda la grandeza del otro", sentenció.

No hay duda de que Balcells quedará en el recuerdo no solo de los autores que representó y editó, sino también de las millones de personas que se beneficiaron con las obras que pasaron previamente por su visto bueno.

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