Javier Cercas. (Foto: AFP)
Javier Cercas. (Foto: AFP)
Juan Carlos Fangacio

El tiene esas cosas que sorprenden. La mañana del sábado fue particularmente destacable por la presentación de la italiana Andrea Marcolongo en el Teatro Municipal. Ella es la autora de “”, un libro en el que ofrece “nueve razones para amar el griego antiguo” y que, pese a lo aparentemente hermético y desfasado de su tema, se ha vuelto un best seller y un éxito de crítica en Europa.

En conversación con el periodista y curador Carlo Trivelli, Marcolongo disertó sobre la importancia de rescatar el lenguaje en tiempos que las escuelas apuntan, sobre todo, “a lo útil, al mero consumo”; e hizo un paralelo con lo que ocurre en el Perú con el quechua, el aimara y demás lenguas nativas que parecen condenadas a la desaparición.

La autora incluso leyó algunos fragmentos de su libro en esa “lengua muerta”, algo que no había hecho antes en público, según dijo. Sensación extraña y emocionante a la vez.

En tres charlas diferentes, el español Javier Cercas aseguró el lleno absoluto de cada una de las salas en las que estuvo presente. Una con el politólogo Alberto Vergara, otra con sus compatriotas Laura Fernández y Juan Cruz, y finalmente con el peruano Renato Cisneros. Los matices de la mentira y la verdad, la memoria política y los recuerdos familiares fueron algunos de los temas que tocó siempre con desenfado y enorme claridad.

Las mesas de El Comercio y Fundación BBVA también estuvieron marcadas por la diversidad: la jornada se abrió con el homenaje al poeta Luis Hernández, en la que conversaron Mirko Lauer, Teo Pinzás, Jaime Bedoya y Carlos Hernández, hermano del fallecido autor. Luego estuvo el homenaje al “Sgt. Pepper”, disco de los Beatles que este año cumple medio siglo. Y el cierre estuvo a cargo de Luisa Valenzuela, la brillante escritora argentina, junto a los locales Katya Adaui y José Carlos Yrigoyen, para hablar sobre el microrrelato. Menos es más.

Si había algo perfecto y diferente para culminar el sábado, esa fue la presentación de José Ovejero, el escritor español que en una faceta poco conocida se subió al escenario para interpretar, en un unipersonal, tres de sus relatos. Monólogos llenos de fuerza, gran sentido del humor e inteligencia. Una sorpresa gratísima.

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