Mario Michelena en la mente de un supuesto criminal
Mario Michelena en la mente de un supuesto criminal

“No. Ya no más. No voy a escribir más”. Mario Michelena se enfrentaba a una página en blanco y quería dejar su historia sin final. Lo escuchó Carlo Trivelli, director de la editorial Estruendomudo, quien había llegado a Brooklyn –donde el escritor reside hace casi dos décadas- para preguntarle justamente cómo iba la novela y directo al grano le dijo: “Esto es chamba. Mantén la ambición”. Han pasado dos años desde ese día y hoy Michelena presenta “Las esquinas redondeadas” en la Feria del Libro de Lima, una novela negra que narra (con humor) la historia de Manny, un conserje  peruano que vive en Estados Unidos y que se ve envuelve en situaciones complejas: drogas, mafias, religión y, por supuesto, una mujer.

Este es su primer libro, al menos el primero que publica, pues hay varias historias guardadas en carpetas de su computadora que escribía en sus tiempos libres, tras marcar tarjeta en su trabajo: intérprete judicial. Michelena entrevista a criminales. Básicamente les pregunta por qué y cómo es que han arruinado su vida.

¿Escribir el libro te funcionó como una suerte de terapia, debido al trabajo que tienes?
Por mi trabajo he visto y oído muchas cosas. Conversaciones telefónicas en las que una esposa le dice a su esposo que está preso que no lo va a esperar, por ejemplo. Así como he escuchado a madres llorando por sus hijos, preguntándoles por qué hicieron lo que hicieron. Cosas feas. Y me di cuenta de que los delincuentes no son necesariamente seres atroces. En realidad son personas prácticas, que tomaron riesgos; claro, algunos tienen más lucidez moral que otros, pero partí de esa idea: que al final todos somos personas prácticas, que tomamos decisiones y estas, simplemente no pueden ser buenas. Yo no diría que soy una persona con conflictos internos. A mi alrededor siempre se habla de dificultades y fue natural que escriba al respecto.

El personaje principal (Manny), se sumerge en ámbitos que lo alejan de una vida tranquila. Va de mal en peor. De vez en cuando hasta da un poco de pena.
Me pareció interesante crear ese contraste: un tipo bueno que también comete delitos. Pero, claro, puede ser tan bueno que da pena. Ni siquiera es un buen borracho. Creo que es un tipo de personaje que siempre se encuentra en las novelas negras. He intentado mezclar los elementos clásicos de estas novelas con mi estilo.

Santiago Roncagliolo dijo que si los hermanos Coen tuviesen que elegir un personaje peruano para una de sus películas sería Manny...
Me pareció halagador. Imagínate. Si sucede, salgo de la pobreza (bromea). Hay que dejar claro que la historia no se centra en un antihéroe, sino en alguien que ni siquiera puede ser un buen borracho. Mete la pata y cuenta malos chistes. Pero, bueno, recibir comentarios como los de Santiago te motivan. Espero recibirlos también en Lima, especialmente porque nadie sabe quién soy. Me gusta la idea de haya gente que lea la novela sin saber quién está detrás de ella.

La razón por la que dejabas algunos proyectos a un lado es porque eres muy autocrítico. ¿Qué piensas realmente de tu libro?
Hubo un momento en que la novela comenzó a ser mucho mejor de lo que me esperaba. Pasó que leía lo que escribía y me sorprendía. Continuar se convirtió en una cuestión de agallas. De tomar la decisión y ya. La maravilla de que te editen una novela es que no la ves más.

MÁS INFORMACIÓN
Lugar:  Feria del Libro de Lima. Hoy a las 6 pm en el auditorio Ciro Alegría. Presentan Daniel Alarcón y Santiago Roncagliolo.
 

Contenido sugerido

Contenido GEC