Ningún temor o prejuicio sobre el ayahuasca tiene asidero cuando hablas con el maestro ayahuasquero Ronald Rivera Cachique. Nació en Pucallpa, estudió filosofía en la Universidad San Marcos y hace veinte años se dedica a realizar sesiones con personas de diversas edades, nacionalidades y condición social.
Y es precisamente porque cree ciegamente en las bondades de esta bebida, que decidió iniciar una detallada investigación sobre los efectos positivos que la misma tiene en artistas. Para ello entrevistó a personajes –no necesariamente amazónicos—que tuvieron algún tipo de experiencia con el ayahauasca a lo largo de su vida.
La tesis de “Arte con ayahuasca: Entrevistas sobre el proceso creativo” (La Nave, 2015) es que “esta experiencia de contacto espiritual con plantas maestras, en la que intervienen los sentidos y todo el cuerpo en su totalidad, es una fuente extraordinaria de inspiración artística”. [Pág. 25]
Conversamos con Ronald Rivera sobre su trabajo, parte de una investigación más amplia que incluirá fotografías y un ensayo sobre las bondades de esta bebida que aún para muchos, básicamente lejanos a la cosmovisión amazónica, genera temor o por lo menos respeto.
-¿Qué hace un casi filósofo como maestro ayahuasquero?
Después de estudiar filosofía me di cuenta que la razón tiene límites y, precisamente, el ayahuasca nos hace ver lo limitada que es nuestra capacidad racional, que existen otras realidades y otros estados de conciencia. En estos últimos podemos palpar y percibir otros conocimientos, otras sensaciones. En pocas palabras, una mística.
-¿Cuáles son los prejuicios más frecuentes cuando hablamos del ayahuasca?
Lo primero que piensan es que el ayahuasca es una droga, la ubican igual que la cocaína o la heroína, pero este es un error aberrante. También se le asocia con algo demoníaco. Es un prejuicio que viene desde la época de la Conquista. Lo primero que dijeron los conquistadores al ver el ayahuasca es que era “obra del demonio”. Y también porque en la experiencia (del ayahuasca) uno enfrenta sus miedos, a sus fantasmas psíquicos. Tomar ayahuasca es como un exorcismo, es una liberación de todos estos fantasmas.
-¿A qué época se remonta el origen del ayahuasca?
Algunos estudios indican que data de hace cinco o hasta diez mil años pero no hay mucha evidencia de ello. El término ayahuasca es una expresión quechua y esta cultura no es muy antigua. Se entiende que entonces ya era conocida. Los quechuas que han conquistado la Amazonía, que conocieron lo que había en esa parte del continente la encontraron.
-¿En qué zonas del Perú y fuera del país también se consume más ayahuasca?
En algunas zonas de la Amazonía es algo tradicional. Ciudades como Iquitos, Tarapoto, Madre de Dios, Pucallpa. También en países amazónicos como Colombia, Brasil, Ecuador. Y en los últimos años, gracias al conocimiento difundido por libros sobre el ayahuasca, se están realizando sesiones en Argentina, Chile, México, Estados Unidos y Europa. Hay una internacionalización del ayahuasca, pero se debe siempre tener mucho cuidado con esto.
-¿En qué consiste exactamente su trabajo como maestro ayahuasquero?
Primero debo conocer bien cómo funciona esto. Luego invitar, compartir, hacer sesiones con la delicadeza que esto implica. No se trata de servir por servir o de aceptar a cualquiera en una sesión. Se debe tener mucho cuidado porque hay gente que no está preparada o no califica para una sesión.
-¿Qué hace que una persona no califique para una sesión de ayahuasca?
Personas que son muy inmaduras. Por ejemplo, gente que toma un vaso de cerveza y pierde rápidamente el control. Entonces, viendo esos detalles no es recomendable darle ayahuasca. En otros casos podemos hablar de gente con esquizofrenia, otras enfermedades mentales o problemas médicos.
-¿Usted consume?
Sí, yo tomo siempre. En cada sesión tomo una cantidad mínima. Ocasionalmente, cuando estoy solo, también tomo una cantidad mayor. Es un alimento para el cuerpo, para el espíritu. Es un contacto con este mundo trascendente y además estamos hablando de una planta maestra. Me inspira para hacer cosas. No hay problema en tomarla siempre, aunque sea una pequeña cantidad. Algunos la toman por temporadas. No hablamos de algo adictivo, sino más bien de una medicina efectiva para curar las adicciones.
-¿Cuál es el efecto más común en las personas que consumen ayahuasca?
Primero se dan las sensaciones físicas. Adormecimientos, vibraciones. Hay un efecto visionario, ocasionalmente, claro. Es lo equivalente a los sueños.
-¿Pero siempre estando consciente?
Sí, claro. Y también ocurre eventualmente una purga. Pueden ocurrir vómitos, evacuación, sudoración, agitación de la respiración. El cuerpo se purga, se limpia por diversos mecanismos. Y todo esto va relacionado con un proceso de superación de conflictos personales.
-¿Cuántas veces es recomendable una sesión de ayahuasca, o es que puedes hacerlo durante toda tu vida?
Se recomienda una temporada. Varias sesiones en una etapa determinada. Luego puedes esperar un tiempo. También hay gente que sesiona una vez al año. Esto depende de cómo la medicina trabaja en tu cuerpo. Debes dejar que esta vaya caminando en tu cuerpo. Hay algunos que asimilan rápido los beneficios, pero también otros que lo hacen de forma muy lenta. Lo recomendable es dos o tres sesiones como punto de partida, luego esperar y volver a hacer dos o tres sesiones más.
-¿Cómo así elegiste a estos entrevistados para tu libro y por qué?
Cuando empecé el proyecto no conocía a ninguno de los artistas entrevistados. Quizás había escuchado sobre algunos pintores como Pablo Amaringo, pero nada más. Fui indagando hasta que di con una exposición de Christian Bendayán titulada “La soga de los muertos”. Así pasé de no tener material a contar con muchos artistas. ¿Por qué los incluí en el libro? Porque son aquellos artistas de los que la gente puede encontrar una referencia en pinturas, películas o quizás datos en la prensa.
-¿Todos son amazónicos?
No, todos no son amazónicos. Por ejemplo está Tito La Rosa, que es un músico andino muy involucrado con el tema del ayahuasca. El criterio no fue elegir a los más famosos, aunque todos son muy buenos, sino que hayan tenido una experiencia interesante con el ayahuasca. Quería saber cómo fueron movidos por esta medicina ancestral.
-El proyecto “Arte con ayahuasca” no termina con este libro…
Es cierto. Es un proyecto más amplio. Quise publicar un libro con fotos, porque si hablo de pintores, pues eso era necesario. También quería compartir mis reflexiones. Pero estas cosas hubieran generado un libro mucho más voluminoso. Entonces decidí primero publicar las entrevistas y luego saldrá un ensayo sobre la estética del ayahuasca: con imágenes y las reflexiones que ya te comenté.
-¿Por qué dedicas tu vida al ayahuasca?
Soy una persona dedicada al ayahuasca a tiempo completo. Tengo un albergue a 30 kilómetros de Pucallpa donde recibo a la gente para hacer sesiones. El sentido de mi existencia es ser ayahuasquero. Además, y eso me diferencia de otros ayahuasqueros, por mi formación en filosofía, tengo este llamado de compartir, informar y explicar un poco de qué estamos hablando. Y escogí esta especialidad: el arte, por eso trabajo en este proyecto llamado “Arte con Ayahuasca”, pero la verdad es que siento tantas energías que luego me abriré a otras áreas.
SOBRE EL LIBRO“Arte con Ayahuasca: Entrevistas sobre el proceso creativo” fue presentado hace unos días en la Feria Ricardo Palma. El libro cuenta con entrevistas a artistas como Christian Bendayán, Harry Chávez, Herbert Quinteros, Cayo Vásquez, Tito La Rosa, Alonso del Río Merino, Dennis Ramírez, Miguel Vilca, Filder Agustín Peña, entre otros.