Así lucía el Cusco a inicios del siglo XX [FOTOS]
Así lucía el Cusco a inicios del siglo XX [FOTOS]
Enrique Planas

La maleta estuvo más de 20 años en el depósito. La había traído la abuela Josefina, cuando se mudó de Urubamba a Yucay, para vivir con su familia. Una mañana de enero del 2013, buscando en un batiburrillo de baúles, muebles y cajas apiladas, su nieta, la fotógrafa cusqueña Úrsula de Bary, la descubrió. Era relativamente pequeña, de cuero marrón, vencida por los años. Abrirla era una tentación.

Su curiosidad se vio recompensada con el hallazgo de un fólder de tapa dura, que guardaba 530 negativos sin fechar. El seco clima cusqueño los había preservado junto con recortes de periódicos y revistas de las primeras décadas del siglo XX. En un primer momento pensó que se trataba de parte del archivo de su tío bisabuelo, Abraham Guillén, destacado fotógrafo que dirigió un estudio profesional en el Cusco. Pero tras ampliar algunas imágenes, encontró que estas eran de Víctor Manuel Guillén, su bisabuelo, quien en sus años mozos había cultivado la afición por la cámara. Por cierto, Abraham y Víctor fueron hijos de Francisco Guillén, fotógrafo de origen arequipeño asentado en Cusco hacia 1900, cuyo archivo se cree desaparecido.

Se trataba de escenas cotidianas de la capital incaica entre los años 20 y 30. Almuerzos campestres, expediciones arqueológicas, la llegada del tren y los primeros automóviles, festividades religiosas o el sorprendente vuelo del aviador Velasco Astete. Era el registro de un Cusco en el umbral de la modernidad, legado recogido en un libro editado por la propia bisnieta, donde no solo comparte imágenes inéditas, sino que investiga en cada foto apelando al conocimiento de sus familiares mayores.

Caso especial fue el de su tía abuela Sabelina Begazo Lorena de Espejo, que a sus 95 años de edad se mostraba lúcida, con una vista perfecta y una memoria exultante. "Fue ella quien me ayudó a identificar a gran parte de los familiares que aparecen en las fotografías", recuerda. "La pena es que no encontré este archivo antes, cuando mi abuela Josefina y su hermana Consuelo me habrían contado muchísimas cosas", lamenta la autora, quien se apoyó, además, en historiadores y académicos locales para reconocer a otros miembros de una generación que ya no está con nosotros.

—El valor del hallazgo—
Para Andrés Garay, investigador en fotografía histórica, la publicación de la obra gráfica de Víctor Manuel Guillén Melgar impulsada por su bisnieta añade un nuevo protagonista a la historia fotográfica del Cusco. "Víctor era un hombre notable del Cusco. Abogado, juez de paz, además de pintor y fotógrafo aficionado. Sensible a la causa indigenista, de espíritu progresista y moderno para el desarrollo del Cusco. Sus fotos son muy interesantes porque lo abarcan todo", explica.

"Su condición de hijo y hermano de fotógrafo se hace evidente en sus dominios de la estética fotográfica. Es su caso el del aficionado que fotografía, culto y libre de compromisos formales y contractuales. Frente al poco estudio en profundidad sobre la tan mentada Escuela de Fotografía Cusqueña, el clan Guillén representa un capítulo novedoso y consistente que la enriquece", añade el investigador.
Aunque el libro publicado por Úrsula de Bary con la asistencia de Elizabeth Kuon se titula "Lente y sensibilidad. Miradas del Cuzco antiguo", sin duda, la mirada de Guillén es intensamente moderna. Como señala Garay, eso tiene que ver con el espíritu que implantó la Exposición Regional del Cusco de 1897, la cual tuvo un interés abarcador de todas las riquezas cusqueñas con una cosmopolita apertura.

Para el 2018, Úrsula de Bary espera presentar finalmente el legado de su bisabuelo en Lima, en una sala aún por confirmar. Mientras tanto, este medio millar de imágenes promete el inicio de una nueva investigación, que recupere las fotos no solo de don Víctor sino de todo el clan Guillén. Ese es su sueño.

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