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“Me inicio en la música, probablemente, motivado por la pobreza en la que vivía”: esta es la inspiradora historia del compositor de ”Tu hipocresía"
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“Me inicio en la música, probablemente, motivado por la pobreza en la que vivía”: esta es la inspiradora historia del compositor de ”Tu hipocresía"

“Me inicio en la música, probablemente, motivado por la pobreza en la que vivía”: esta es la inspiradora historia del compositor de ”Tu hipocresía"

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aprendió a ganarse la vida antes que a escribir su nombre. A los siete años ya sabía cuánto valía una moneda y cómo dar el vuelto exacto, aunque aún no conocía las letras del abecedario. La necesidad lo empujó a trabajar, pero también a soñar. La calle fue su primera escuela y el campo en Chongoyape, su primer escenario.

Trabajo desde que tengo uso de razón y me inicio en la música, probablemente motivado por la pobreza en la que vivía, para aliviar las jornadas de trabajo. Éramos diez hermanos, el dinero siempre faltaba en casa. Mi mamá era ama de casa y mi papá trabajaba en la chacra”, recuerda Álex.

La música, dice el artista chiclayano, llegó a su vida sin avisar, pero para quedarse. Creció entre mezclas de criollos, pasillos ecuatorianos, cumbia e incluso canciones en inglés que se colaban por la radio del pueblo. De todos, fue el Cholo Berrocal quien marcó su camino. Influyó en sus composiciones.

A los nueve años, cuando por fin pudo ir al colegio, su voz comenzó a asomar tímida en las actuaciones escolares. Hasta que un día un profesor de música lo descubrió. Sixto Díaz se llamaba.

Su primer instrumento fue la trompeta. Luego vino el saxo, y con ellos el escenario. A los diez años ya cantaba con la orquesta Ritmo de Juventud y a los once recorría cantando ferias y plazas. La vida, que le había enseñado el valor del trabajo desde niño, también le estaba enseñando el valor de la pasión.

Su primera canción frente al público fue “Nuestro secreto”. Era la favorita en el aniversario de Chongoyape. Desde entonces, su voz se hizo conocida, respetada, celebrada. “Me decían el Niño de la voz de oro”, recuerda.

Cambió de piel

A los 14 años, su voz empezó a cambiar, pero no sus ganas. Dejó de cantar y se refugió en el saxofón, que pronto se convirtió en su nuevo lenguaje. “Ganaba veinte soles al día —recuerda— y se los daba a mi mamá. Ella se ponía feliz, porque a veces no teníamos ni para comer”.

Primeras oportunidades

Vivió en Chongoyape hasta que cumplió la mayoría de edad. Terminó la escuela a los 19 y ese mismo año ingresó en primer puesto a la Escuela Superior de Música. Ahí, entre ensayos y patios ruidosos, conoció a los jóvenes que integraban los grupos más populares de la época: Grupo 5, Fantasía, Sonidos de los hermanos.

En los recreos, las voces se medían como en una competencia. Yo cantaba ‘Tan enamorados’ de Ricardo Montaner, una canción que pocos se atrevían a interpretar por lo exigente que era. Gracias a eso, un compañero me invitó a unirme a Grupo Star”, recuerda.

En 1994 ingresó a Grupo 5. Un año después, a Sexteto Internacional, donde su voz empezó a sonar en todo el norte. Tenía apenas 22 años, un saxofón, un traje prestado y recibía un sueldo de 80 soles por evento.

Compartió escenario con voces como Yolanda Medina y Evelyn Campos. En esa etapa también conoció el amor y su primera decepción, que lejos de detenerlo, se convirtió en una nueva fuente de inspiración.

Después llegó Lima, la ciudad que abruma y promete. En el 2000 se unió a Caña Brava junto a Lucho Paz, y allí compuso “Vuelve conmigo”, tema que Agua Bella convirtió en éxito con la voz de Marina Yafac. Poco después regresó a Grupo 5, ya bajo el liderazgo de los hermanos Elmer y Andy Yaipén.

En el 2008 su camino lo llevó a la orquesta de Joselito, donde conoció otra Lima: la de los grandes eventos, las luces, la elegancia. Ese mismo año, el Grupo 5 grabó su tema “Solo otra vez”, y poco después “Tu hipocresía”, la canción que cambiaría su vida.

Cuando llegó el cheque de Apdayc, casi me desmayo —recuerda—. No imaginaba que componer podía ser tan rentable. Desde entonces decidí seguir por ese camino. Mi vida cambió por completo”.

Creador incansable

En el 2011 grabó su disco de bachatas y su voz viajó más lejos que nunca: Alemania, Suiza, Francia, Italia, España, Estados Unidos, Canadá. “Prácticamente conozco todo el mundo”, confiesa.

A veces canta con su propia banda, otras acompaña a orquestas como la de Fallo Muñoz. También trabaja como solista, grabando colaboraciones con artistas consolidados y produciendo videoclips que circulan en todas las plataformas, como su más reciente lanzamiento, “Aniliquilado”.

En su trayectoria hay hitos que lo llenan de orgullo, como la nominación al Grammy en el 2015 junto al chileno Américo por la canción “Tu hipocresía”. “Fue una emoción enorme —recuerda—. No imaginé que una historia tan mía iba a llegar tan lejos”.

Actualmente, produce un nuevo disco con versiones y temas inéditos, al mismo tiempo que trabaja para otros artistas. Su firma aparece detrás de canciones de Estrella Torres, de Corazón Serrano, y de Leslie Shaw junto a Armonía 10, con el tema “Tanto amarnos tanto”.

Sigo produciendo, sigo creando —dice—. No puedo dejar de hacerlo. Es mi manera de agradecerle a la música todo lo que me dio”, subraya.

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