
Desde niña, Gloria Trevi supo que su destino no sería el convencional, sino uno hecho a su medida. Desafió los deseos de su madre y el miedo a mostrarse ante el mundo. Emergió en los 80, reinó en los 90, lo perdió todo en los 2000 y, tras reinventarse, volvió a soltarse el pelo, vestirse de reina y reclamar su lugar en los escenarios.
Con cuatro décadas de trayectoria, lo suyo no es vender nostalgia, sino demostrar que sigue vigente. Sus letras afiladas y su actitud desafiante siguen intactas, forjadas en una de las vidas más intensas de una artista latina. A estas alturas, ha dejado claro que no hay guion que la contenga.

—Diste el paso al biopic con “Gloria” en 2014. ¿Por qué mostrar tu vida una vez más con la serie “Gloria Trevi: Ellas soy yo”?
Estaba viendo un México donde las mujeres salían a las calles a marchar, reclamando sus derechos y gritando “Ni una menos”. Gracias a eso, decidí hacer esta serie para evidenciar una problemática que ocurre en todos lados: el abuso hacia las mujeres. Estoy satisfecha con el impacto que tuvo, impulsando cambios en leyes que no se tocaron en 14 años.
—¿Sientes que esta serie logra retratar tu vida de manera más fiel que el biopic?

Mi vida aún no se ha contado. Dos horas o cincuenta capítulos no son suficientes. Además, tenía que respetar ciertos parámetros de la televisión en horario familiar. En esta serie tuve mucha compasión y respeto por algunas personas en mi vida. Además, se transmitía a las nueve de la noche, y ver mi vida antes de dormir dejaría un sentimiento amargo en las personas, quienes pensarían que lo que pasé le pudo ocurrir a una amiga, hija, madre o hermana.
—A lo largo de tu carrera enfrentaste estereotipos y críticas, ¿Cómo ves ahora tu relación con las nuevas generaciones de oyentes?
Es favorable. La gente busca hablar de sus temas personales, de las cosas que le interesan. Por ejemplo, está el reguetón, que es una opción válida para expresarse aunque sea cuestionada la letra, tal y como, yo fui cuestionada por las letras de mis canciones, y así como pedí respeto en su momento, es tiempo de respetar que la gente baile y perree. Además la Trevi y sus temas clásicos están hechos para que también puedan perrear los más jóvenes y las señoras bailar aplaudiendo, como lo hacen las tías.
—La inspiración para componer canciones parece haber tomado otro rumbo
Mis hijos son ahora mi inspiración. Es el sentimiento que te transmiten como madre lo que me lleva a componer. Por ejemplo, el rompimiento del primer amor de mi hijo. Hay algo que se quiebra cuando ves a tu hijo sufrir por amor, así como uno sufrió en su momento. Sientes que te duele más a ti que a él, porque ver a tu hijo pasar por eso es un dolor demasiado fuerte.

—Esa misma intensidad emocional es la que proyectas en tus presentaciones en vivo
Es que si alguien va a un concierto de Gloria Trevi, tiene que ir con la persona que más ama. Es un espacio para los sentimientos encontrados y los que están por encontrarse. Yo estoy ahí cantando para que la gente se desahogue y para que los jóvenes digan: “Wow, no sabía que me sé tantas canciones de la Trevi”. Por eso voy a Perú solo con éxitos y nada más.
—Cuando el show acaba ¿Hay una diferencia entre la artista y la persona?
No hay mucha diferencia entre mi vida de artista y mi día a día. Así como me ven, yo amo, lloro, río, me divierto y así es como pienso en todo momento, no es una performance. Cuando me bajo del escenario mi vida está llena de adrenalina, suspenso, emoción y mucho terror, como si fuera catálogo de Netflix.
—Aunque el término “diva mexicana” te acompaña a todos lados
Yo soy una antidiva. No me peleo por la corona de reina del pop, princesa, condesa o marquesa. Esas realezas se las dejo a otras. Yo soy la reina de la noche, la de “¡váyanse, perras, que ya llegó la buena!”. Ahora hago lo que me gusta en mi vida y en mi música, hace poco me convertí en una artista independiente tras varios años de lucha, y lanzaré dentro de poco mi nuevo álbum. Por fin puedo decir realmente que soy mi propia jefa.
—¿Sientes que la nueva lucha es contra el llamado edadismo?
Yo siempre tuve que enfrentarme a prejuicios, ya sea por ser mujer o por hablar de temas incómodos. Ahora lucho contra la idea de que, por mi edad, no puedo vestirme de cierta forma o moverme de tal manera, pero ¿Por qué no debería? Yo me gané esto. Cuando me dicen “Ya pasaron tus tiempos, Gloria”, yo siempre respondo: “No, cabrón, estos son mis tiempos. Y si antes arañaba por tener un poco de control en mi vida, ahora yo decido”.