Con un setlist con alrededor de 15 canciones, Marc Anthony ha conquistado una vez más a los limeños.
Con un setlist con alrededor de 15 canciones, Marc Anthony ha conquistado una vez más a los limeños.

He visto a  cinco veces en Lima. Todas por trabajo, ojo. Podría decir, por ejemplo, que en todos sus conciertos arrancó con “Valió la pena” y que en la mayoría de ellos cerró con “Vivir mi vida”. También que en varios de sus últimos shows casi no hubo cambios en el setlist. Por allí uno que otro ingreso a partir de su nuevo disco Opus, que lo trajo a Lima para presentarse ante más de 10 mil personas en el Jockey Club.

La diferencia era que esta vez todos los artistas que se presentaron previo al show de Marc fueron peruanos. Y así fueron pasando La Picante, el septeto Acarey, la orquesta N’Samble, los Hermanos Yaipén, Josimar y su Yambú y finalmente Bareto. Es decir, un menú bien variadito para poder hacer las previas a la presentación del boricua. Sin embargo, algo que molestó los ánimos de los asistentes al concierto, fue que durante este no se vendieron bebidas alcohólicas, a pesar de que había un espacio acondicionado para la venta de cerveza.

Sobre Marc también podemos decir que ya no es un jovencito. Sus 50 años (cumplirá 51 en menos de un mes) no van con el look y apariencia que refleja. Flaco como pocos, el salsero aparece en el escenario del Jockey Club con una sobria vestimenta. Pantalón oscuro, polo blanco y un abrigo que parece algo ligero para el frío limeño de estos días. Los gritos ensordecedores de sus fans hacen que la orquesta que acompaña al cantante se apodere aún más del escenario. Y sí, “Valió la pena”.

El show transcurre entre los ademanes de Marc Anthony, en donde puede mostrar todas sus facetas: desde un director de orquesta perfeccionista al que le gusta imponer desde su lugar cómo va a sonar su música, el otro Marc es el galán, es un flaco cincuentón con una barba casi recién afeitada que manda besos volados a sus fans, que maneja y domina a su público porque la experiencia y los años viniendo al Perú, le han dado eso. Y lo hace de maravilla.

Marc ya no es joven que 25 años atrás se presentaba en Nubeluz, desaparecido programa infantil de la televisión peruana. Por él han pasado años y se nota, años que han incluido discos como “Otra nota”, “Contra la corriente”, “Valió la pena” y el actual “OPUS”, que lo ha traído de vuelta ante su público peruano. El salsero continúa su show con los temas “Y hubo alguien” y “Hasta ayer”.

El concierto, que inició minutos antes de la medianoche, transcurre entre los temas de Marc Anthony y los solos de su orquesta: de trompeta, de guitarra, de percusión con él en la batería por algunos segundos. Todo un showman el nacido en Nueva York, pero con arraigo latino. Otras canciones que se oyeron en el Jockey Club fueron “Flor pálida” y “Te conozco bien”.

El boricua recibe durante su presentación banderas peruanas, un oso gigante de sus fans, una chalina -ya tenía una puesta- que acogió y se la puso rápidamente (sí que hacía frío aniche). Hasta un rosario le pusieron a Marc Anthony, esto cortesía de una fan que se acercó lo más que pudo al cantante e intercambió algunas palabras con él, que le dedicó algunas líneas de su éxito “Qué precio tiene el cielo”.

Con un setlist con alrededor de 15 canciones, Marc Anthony ha conquistado una vez más a los limeños. Y lo hizo con esa voz que le da para subirle los tonos a un tema como “Y cómo es él”, canción que popularizara el español José Luis Perales y “Abrázame muy fuerte”, otra usual aparición en el repertorio del cantante.

Marc Anthony

Para la parte final llegaron canciones como “ Te conozco bien”, “Parecen viernes”, que es uno de los temas de su último disco OPUS. El cierre, como es usual, llegó con el tema “Vivir mi vida”. Para esta hora, los miles de asistentes al Jockey Club comenzaban a retirarse del recinto. Había sido una noche más en la que la salsa, en el nombre y gracias a Marc Anthony, se apoderó de Lima.

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