“Estoy feliz. De verdad estoy muy feliz, me está yendo bien, estoy chambeando mucho”, es lo primero que nos dice Mauricio Mesones desde su casa, durante una breve pausa en los preparativos para el próximo concierto que dará como cierre de la temporada 2021 del Gran Teatro Nacional este 7 de diciembre.
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“Lo divertido de este proyecto es que comenzamos el 2019 y yo no esperaba que la acogida y el cariño hacia esto que armé rapidísimo sea tan chévere, tan espontánea, tan rápida”, confiesa el artista. De hecho, para el año pasado tenían pactados shows en varias ciudades del Perú, pero todo se cayó, por la pandemia y la cuarentena, y hubo que replantear todo el trabajo. Eso, paradójicamente, al final terminó beneficiando a su nuevo disco. “No sé si podríamos haber logrado lo que hemos logrado con Viaje tropical si no hubiéramos tenido este problema sanitario. Eso nos ha dado ha ayudado a poder grabar, a replantear varias cosas, a tener más tiempo para componer mejor”.
Curiosamente, la cuarentena te dio un espacio creativo mayor, tiempo para desarrollar y probar más cosas…
Sí, nos hicimos más sólidos, nos ayudó un montón en el concepto del disco. Ayudó a poder hacer una curaduría más cuidadosa. Cuando empecé a concebir este disco pensé: “Voy a hacer un disco de música tropical, pero que también sea fusión. ¿Quién es la persona ideal? Martín Choy. Martín ha marcado la pauta de la música peruana dos veces, con Los Mojarras y con La Sarita. ¿Qué peruano no ha escuchado “Triciclo Perú”? Esas guitarras son suyas. O “Guachimán”, “Danza la raza”, esas grabaciones son arreglos de guitarras de Martín Choy. Entonces, lo que planteamos con él era no hacer el típico disco de homenaje a la cumbia peruana o a la música tropical peruana en el que grabamos un cover, le metemos una guitarra locaza, le agregamos batería y decimos que estamos haciendo fusión. ¿Dónde estaría lo nuevo? Lo que hicimos fue comenzar a escuchar mucha música. La cultura musical que tiene Martín sobre folclore, música tropical o rock también es muy rica, muy fuerte, y siempre me ha gustado. En una época yo era un intérprete, no un compositor, y para poder interpretar de mejor manera, trataba de hacer una investigación sobre quién había compuesto la canción, quién la había cantado por primera vez, sobre qué base se había compuesto, las influencias del cantante para hacerlo así o las del compositor para crearla. Entonces, eso me comenzó a llevar por ciertos caminos. Gracias a Dios, como yo era ya cantante de un grupo que era conocido, como Bareto, se me abrieron las puertas para conocer a gente antigua de la cumbia.
¿Y cuál fue el proceso?
Lo que hicimos con Martín fue comenzar a escuchar las diferentes formas de tocar música peruana tropical y, sobre eso, comenzar a componer. Entonces, mientras comenzábamos a trabajar escuchábamos cosas y definíamos rumbos sonoros, identificando si era del norte, selvático, etc. De ahí sale el nombre del disco, “Viaje Tropical”. Pero más difícil que grabarlo y componerlo fue darle un orden a las canciones para que se sienta el viaje sin que se haga largo o pesado. El disco te lleva de un lado a otro, Ricardo, pero no te aburre, sabes que es cumbia, música tropical peruana. Las canciones son completamente diferentes, es un disco con un concepto y con una curaduría muy cuidadosa.
¿Este disco ya estaba dando vueltas por tu cabeza antes de que te separes de Bareto?
Cuando todavía estaba ahí nos hicieron la propuesta para un musical de “Pantaleón y las visitadoras”. Entonces, de las canciones que están en “Viaje tropical” yo les propuse unas dos o tres, pero a ninguna le hicieron caso. Igual, una canción me gustó mucho. Era una melodía de amor instrumental para una escena entre Pantaleón y La Colombiana. No me pararon pelota. Tiempo después, cuando llegué donde Martín, le mostré lo que tenía y ahí, dándole forma, salió “La cumbia del amor”. Originalmente esa canción era instrumental. Pero sería mezquino e irresponsable decirte que todo sale solo de mi cabeza. Todo este disco, todas las canciones, las hemos trabajado con Martín a puro huevo. Las composiciones son Mesones-Choy.
¿Cómo sientes que van las cosas? ¿Confirmas que iniciar tu carrera solista fue la mejor decisión que podías tomar?
Fue una decisión netamente privada. Lo que pasa en el camerino se va a quedar en el camerino. Tú sabes que soy bien old school, Ricardo, nos conocemos desde hace muchos años. Yo prefiero que quede ahí. Ahora, la decisión no estaba pensada, pero creo que fue lo mejor para mi desarrollo personal, porque yo sí he sentido que he crecido como músico, como intérprete, como compositor, como creador de música y de un show. Las ideas comenzaron a aflorar de una manera increíble y yo creo, ahora que lo pongo a largo plazo o lo veo con calma, que debí salirme antes.
¿Cuáles eran –o son- tus expectativas? En el mercado local, la cumbia es probablemente el género más fuerte y hay mucha competencia en todo el país, no solo en Lima.
Este es un proyecto que tiene un poquito más de dos años. Entonces, salir y decir “¡Wow!, la vamos a romper, ahora sí, vamos a estar en todas las radios y patatín, patatán”, no es. Si pienso en muchas de las cosas que esperan los músicos cuando recién hacen sus discos o sus producciones, yo ya las hice. Yo no soy un producto nuevo, soy un producto novedoso. Pero este disco sí me parece nuevo y novedoso.
¿Dónde marcas la diferencia entre nuevo y novedoso?
Verme a mí en un escenario no es nuevo, pero verme con una banda nueva, que suena de putamadre, es novedoso. No solo estoy con gente experimentada, sino con gente joven, chicos que han sido mis alumnos, que yo he llevado desde cachimbos por el camino de la cumbia. Y lo que les explicaba en primer ciclo se los explico ahora que trabajamos juntos. Todo lo que ellos ven ahora reconfirma lo que yo les decía cuando eran principiantes.
¿Cómo ves el fenómeno de la cumbia en el país? ¿Sientes que realmente es el género más escuchado por los peruanos?
Yo creo que sí. Ya en el camino debemos definir de qué tipo de cumbia hablamos, eso sí. De alguna manera, tú puedes estar haciendo cumbia peruana, cumbia norteña y lo que hace Agua Marina no es lo mismo que hace El Grupo 5, o Armonía 10, o Los Caribeños o Los Yaipén, siendo todos del norte. Si nos ponemos a investigar, el mismo Chacalón decía que no tocaba chicha. Y hay quienes dicen que él tenía su propio “sonido chacalonero”, completamente diferente. La cumbia costeña no es lo mismo que la chicha, la cumbia amazónica, la cumbia sicodélica o la cumbia sureña que está muy fuerte. Ahora, también hay mucha gente que no dice que escucha cumbia, que no confiesa que le gusta su chichaza. Muchos que se dicen salseros o rockerazos Yo los conozco, yo los he visto (risas).
Ahora que estás haciendo un tributo sonoro a la cumbia peruana con las composiciones que has trabajado con Martín, ¿Quiénes puedes decir que son tus principales referentes?
Puedo decirte lo que más escucho: mucho Chacalón, Los Destellos, Los Ilusionistas de Walter León, el Grupo Génesis, el Grupo Guinda en sus inicios, Manuel Mantilla como compositor y algunas primeras grabaciones. Ahora, si te hablo de cantantes no te voy a nombrar solo uno, pero, por ejemplo, no porque haya grabado con él, me parece increíble la fuerza interpretativa y la dulzura que tiene José Quiroga de Agua Marina. O sea, cantar así y tocar el bajo, seguir cantando por tanto tiempo, con el timbre con el que lo hace, es tremendo y fue una influencia bien fuerte para mí. Por otro lado, yo le hubiera hecho un monumento a Carlos Ramírez Centeno. Ha cantado lo que ha querido, dónde ha querido, en los grupos que ha querido y ha marcado hits. Graba “Quinceañera” con Los Destellos, “Colegiala” con Los Ilusionistas, etc. Como solista cantaba maravillosamente también.
¿Qué sientes que fue lo mejor que te dejaron los años con tu grupo anterior y que te pueden ser útiles hasta hoy? ¿Cómo es el Mauricio Mesones de hoy en base a la experiencia adquirida?
Sería mezquino y miserable decirte que yo no aprendí nada y que no la pasé bien, porque he tenido la oportunidad de tocar en grandes escenarios, en muchos países, en grandes festivales, y he podido yo, como imagen y como cantante, calar en la gente. De hecho, hay gente que piensa que yo me llamo o que me apellido Bareto (risas). Me saludan de lejos “¡Habla, Bareto!” “¡Señor Bareto!” (risas) A mí no me molesta, porque es el cariño de la gente. Así que sí, la pasé bien, pude conocer el Perú, pude escuchar mucha música, pude conocer a muchas personas, a mi país, que si no lo hubiera hecho no tendría el disco que tengo ahora, porque no hubiera conocido el sonido del Perú. Viajé mucho adentro y afuera, estuve en grandes festivales, he cantado en el Festival de Jazz de Montreal, en Japón, Rusia, Estonia, en un montón de países lejanos. ¿Pero de qué me sirve haber hecho todo eso si acá nadie se entera? Ese es el lado que sí aprendí. Hay que saber qué cosa comunicas y que no, y cómo lo comunicas. De hecho, yo manejo mis propias redes. Si alguien me escribe, puede tener la seguridad de que yo le responderé. He generado un vínculo muy fuerte y muy bonito con mis seguidores. Siento que, por eso, desde que comencé a hacer shows presenciales todos han sido con localidades agotadas en muy poco tiempo.
Ha habido una larga pausa, pero la reactivación te encuentra lleno de proyectos y de música…
Sí, el 2020 sacamos unos 8 singles. Cuando recién comenzaba este nuevo proyecto, me invitaban de muchos canales y me decían que fuera para cantar “Cariñito”. Entonces, de alguna manera me di cuenta de que también tenía que actualizar el catálogo, porque había unas canciones que habían sido conocidas con mi voz y me parecía interesante que yo las cante y las toque ahora como realmente a mí me hubiera gustado que se toquen y con el aporte del chino Choy. Los videos que hemos lanzado, como los de “Ya me curé”, “Te sigo” –con Moisés Piscoya haciendo el lenguaje de señas-, “La distancia” o “La cumbia del amor”, también nos han dado grandes alegrías. Además, ya tengo cuatro discos ahorita: el del 2020, Viaje tropical, además de un disco en vivo que aún no sale, el que será del concierto en el Gran Teatro Nacional que vamos a grabar el 7 y el Viaje Tropical 2, que ya está en maqueta. Yo creo que sí fue la mejor decisión sacar adelante este proyecto, es un proyecto bonito. ¿Y sabes qué, Ricardo? Es un proyecto que creo que refleja realmente cómo es el peruano, que se saca la mierda, se cae y al día siguiente se vuelve a levantar para seguir chambeando. Nos ha pasado de todo en este proyecto. Y creo que hemos trabajado en el peor momento de la humanidad. No hemos parado y hemos seguido trabajando, componiendo, produciendo y haciendo la locura de sacar un disco ahorita.
Hemos hablado de la colaboración, los arreglos, la composición. ¿Y tu banda? En una entrevista reciente con este mismo diario la llamaste “Un tanque”.
El grupo es un tanque, pues (risas). ¿Sabes qué es lo que pasa con ese grupo? Cuando tocas con alguien en quien tu confías, ya puedes realmente hacer lo que quieras y lo que debes, en vez de estar tapando huecos. Si yo me caigo, sé que ellos me van a levantar. Este disco en vivo es así. En los discos de estudio también es así. “Viaje Tropical” suena de putamadre, aunque lo hemos grabado cada uno desde su casa. Cada uno su instrumento, el ingeniero en el estudio mezclando, conmigo y con Martín cerca. Es un chambón. Pude tener, además, la participación de José Quiroga de Agua Marina, cantando y tocando el bajo en “Cuando callas”. Ya tiene todo el poder. Después de eso, ya no quiero nada más en la vida (risas). Yo tengo una amistad muy fuerte con la familia Quiroga y hace poco me invitaron a cantar con ellos en Sechura, por su 45 aniversario. Ellos tocaron “Cuando callas” y yo subí a cantarla con ellos. Fue un sueño cumplido. Además, ya nadie me va a poder decir nunca que yo solamente hago covers. Este disco me ha traído muchas alegrías. Nunca había experimentado estar tocando en un concierto y que la gente se ponga a cantar tu canción. Entonces, todo eso es parte de un aprendizaje de cosas que, de alguna manera, te empujan, te impulsan y te hacen seguir mejorando. Creo que una de las características que tengo es que puedo y sé leer al público rápidamente. Eso me sirve mucho como performer, porque al final el 90% del show lo hace el público y su respuesta, al menos para mí. Hay un montón de gente que canta muy bonito y mucho mejor que yo, no tengo ninguna duda, pero sí sé lo que valgo cuando me paro en un escenario Con este grupo tenemos una formación muy interesante, está muy chévere y me siento orgulloso.
Mauricio Mesones presenta “Viaje tropical”
Fecha: martes 7 de diciembre
Lugar: Gran Teatro Nacional
Dirección: Av. Javier Prado Este 2225 San Borja Hora: 8 p.m.
Entradas: Joinnus (bit.ly/3o3hHBd)
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