Un concierto de ya no es un simple recital. Es la reunión de un grupo de amigos que canta a voz en cuello temas emblemáticos como “Rasguña las piedras”, “Canción para mi muerte”, “Confesiones de invierno”, entre otras, a la par del músico argentino, quien funge de director coral, guitarra en mano.

Su regreso al Perú este año, con un show anunciado para el 5 de setiembre, coincide con una efeméride crucial: aquel concierto del adiós en el que Sui Generis se despidió de su público para siempre, el 5 de setiembre de 1975.

Regresas a Lima en una fecha especial: se cumplen 40 años del adiós de Sui Generis. ¿Elegiste la fecha a propósito para poder tocar en el Perú o fue una casualidad?
Fue un poco adrede. Le dije al organizador que sería bueno ir y que me gustaría hacerlo en el Perú. Los primeros fanáticos de Sui Generis en Internet fueron peruanos. En Argentina no vamos a hacer nada, ya toqué en Buenos Aires en abril presentando mi nuevo disco. Tenía que ser en el Perú, por cómo me recibe la gente. Me parece un excelente agradecimiento, además tenía ganas de pasarlo fuera de Argentina. 

Es un 6 de setiembre de 1975 que realizan el concierto del adiós. ¿Qué viene a tu mente cuando recuerdas el momento?
Una sensación de felicidad, no de tristeza. Ese concierto lo asocio más a la vida que a la separación de Sui Generis. Es como si cumpliera 40 años de carrera desde la primera banda importante que tuve. Además me agarra también con el lanzamiento de un nuevo disco, es decir, estando en actividad. Cuando una fecha así te agarra en actividad es un festejo, porque hace 40 años yo no sabía dónde iba a estar parado hoy. No sabía si iba a estar vivo, si mi carrera iba a funcionar. 


Uno de los temas clásicos de Sui Generes. (Fuente: YouTube)

¿No te incomoda vivir de la nostalgia que provoca Sui Generis?
No. Para mí es un festejo enorme encontrarme tocando con mucha gratitud temas de esa época y algunos que no venía tocando hace mucho tiempo y que son de Sui Generis. Mis shows no tienen un clima nostálgico, al menos para mí. Uno canta temas de hace años que no han perdido vigencia. La voz la tengo mejor que antes, he salido ganando.

Dejar Sui Generis para iniciar una carrera como solista era prácticamente un salto al vacío hace 40 años. La valla estaba alta.
Obviamente, el miedo lo teníamos ambos, Charly y yo. De hecho, nos separamos antes del 5 de setiembre. Ese día fue el concierto, pero tocamos dos fines de semana más en shows que quedaron en una especie de nebulosa porque estuvieron rodeados de situaciones curiosas. Después del segundo se volcó la camioneta con nuestros equipos. Se rompió todo y ahí prácticamente también se ‘rompió’ Sui Generis.

Fue una suerte de señal.
Sí, fue una señal. Después, al poco tiempo, en octubre de ese año, me fui a vivir con Charly. Yo estaba separado y me fui de la casa del bajista Rinaldo Rafanelli porque era mucho lío de gente. 

Uno pensaría que con Charly, en los setenta, pasaría todo lo contrario a estar tranquilo. 
No, Charly era otro, totalmente distinto al que era hasta hace un tiempo. Escuchábamos música, supertranquilos. Quien tenía todo desordenado en el departamento era yo. Decidimos empezar cada uno nuestras carreras, pero nos ayudamos, seguíamos siendo amigos. Terminamos viviendo en un hotel, donde él empezó a armar “La máquina de hacer pájaros” y yo “Los desconocidos de siempre”. 

¿No se sentían presionados?
Éramos los hijos de Sui Generis que se iban de la casa para probar suerte. Después de tener una valla tan alta, había una tensión natural de qué habría después de Sui Generis. Era una presión enorme de por lo menos hacer una cosa de calidad. Yo ya tenía una idea de hacer la mejor banda de folk con las mejores voces de la argentina. Y de hecho la gente la votó así en las revistas especializadas. Se cumplió después de muchísimo trabajo.

¿En qué momento te separas de Charly para emprender tu camino?
Del hotel nos fuimos porque se nos acabó la plata. Ninguno quería salir a tocar, por lo tanto, todo lo que habíamos ahorrado lo estábamos invirtiendo en ensayar y vivir bien. En marzo del 76 dejé una máquina de fotos como garantía y parte de pago, y fui al sello que nos tenía contratados a pedirle un adelanto del futuro disco de “Los desconocidos de siempre”. Fue una etapa divertida, de mucha paciencia, aunque algunas veces tuve que caminar de más para almorzar en un lugar más barato. En muchos momentos me declaré en emergencia económica y eso hasta me resultaba simpático.

No tenías más opción que tomarlo por el lado amable. 
Tranquilo, humilde, con una actitud de esperar. Me ha pasado muchas veces, no solo económicamente. Cuando me tuve que recuperar después de mi problema con el alcohol, tuve que aprender a esperar.

¿En el concierto escucharemos más de su nuevo disco o presentará un balance con música de Sui Generis?
Del nuevo disco habrá cuatro o cinco. El resto es muy Sui Generis porque le hago honor a la fecha. Es la primera vez que tocaré con banda muchos temas que solo tocaba de manera acústica. Me pongo en el lugar del público. Voy a tocar los éxitos y me siento bien porque estoy orgulloso de ser un ex Sui Generis. Esos temas siempre producen una conexión de amistad con el público que me gusta mucho.

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