¿Existe una escuela de música experimental en el Perú? La pregunta le empezó a rondar en la cabeza una noche de verano mientras asistía a un concierto decididamente inusual en el Dragón de Barranco. Luis Alvarado tenía 18 años y era la primera vez que escuchaba en vivo a Manongo Mujica. “Recuerdo que él me abrió la puerta del local. No había mucha gente y tuve que esperar un buen rato antes de que empezara el show. Pero ese concierto me impresionó: era básicamente un solo de percusión, no había ni guitarra, ni bajo, nada. Nunca se me había ocurrido escuchar algo así”.
Varios años más tarde, en el 2006, el Centro Fundación Telefónica acogió una muestra documental titulada “Resistencias: primeras vanguardias musicales en el Perú”. Bajo la curaduría de Alvarado, este trabajo sacó a la luz, por primera vez en décadas, la rica tradición de experimentación sonora iniciada en nuestro país a mediados del siglo pasado por compositores como César Bolaños y Edgar Valcárcel, en el contexto de las convulsiones sociales, políticas y estéticas del período de posguerra.
Hasta ese momento, prácticamente no existían registros disponibles de la revolución musical que se vivió en el Perú entre las décadas de 1950 y 1970: Alvarado fue, sencillamente, el primer estudioso en tomarse en serio la tarea de ubicar a los músicos peruanos que formaron parte de esa ola global de rebeldía y registrar su testimonio.
Desde entonces, su labor detectivesca no ha parado. Con su sello Buh Records, fundado en el 2004, Alvarado ha editado más de medio centenar de álbumes de música experimental, entre ellos los recientes “Pangea”, de Ale Hop, y “Birds of Ghosts”, de Pentapolar Birds, ambos nominados a los Premios Luces 2015. En colaboración con el sello neoyorquino Pogus, también ha sido responsable de las ediciones “César Bolaños: Peruvian Electroacustic and Experimental Music (1964-1970)” y “Tensions At the Vanguard (1948-1978)” –dos aportes claves a la discografía que documenta la evolución de la música académica peruana del siglo XX–, y ha incursionado en el género del cine documental con “Ruido vulgar: extremos sonoros en Lima”, una producción centrada en la escena de la música ruidista en nuestra capital.
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Veteranos de la experimentación. De izquierda a derecha: Miguel Flores, Luis David Aguilar, Manongo Mujica y Arturo Ruiz del Pozo.
Su más reciente proyecto, la edición con Buh Records de la serie “Sonidos esenciales”, es en cierto modo un regreso a ese momento original de deslumbramiento frente a la magia de Manongo y una continuación de la tarea de investigación emprendida a mediados de los 2000: se trata, nada menos, que de un rescate de las principales grabaciones de música experimental producidas por músicos peruanos entre fines de los años 70 e inicios de los 80.
Cuatro álbumes ya han visto la luz en esta serie: “Composiciones nativas”, de Arturo Ruiz del Pozo; “Primitivo”, de Miguel Flores; “Hombres de viento / Venas de la tierra”, de Luis David Aguilar, y “Paisajes sonoros”, de Manongo Mujica y Douglas Tarnawiecki.
Una generación singular
“Quizá fue el factor de la época, el idealismo nuestro”, nos dice Mujica a propósito de la notable vitalidad que exhiben en conjunto estos trabajos. “No teníamos miedo de abrir nuevas trochas, de ser permeados por influencias que podían provenir tanto de la música étnica peruana, como de Oriente o de África, el jazz, Europa. Había una apertura muy grande a investigar”.
“Paisajes sonoros”, el cuarto disco de la serie, nació de un viaje que emprendieron Mujica y su colega Douglas Tarnawiecki en 1984. Durante un año recorrieron el Perú grabando sonidos urbanos y de la naturaleza, con los que crearon un collage sobre el que montaron luego una instrumentación basada en percusiones étnicas, vientos y sintetizadores. El original resultado transita entre el ambient y el sonido tribal ritualista.
Ese experimento ocurrió un año después de que el baterista editara en caset, junto al poeta Omar Aramayo y al compositor Arturo Ruiz del Pozo, “Nocturno”, un trabajo que es considerado la primera fusión de música andina con sonidos electrónicos, fuera del ámbito académico. “Paisajes sonoros” no solo va un paso más allá, sino que inaugura las colaboraciones de Mujica con el legendario percusionista Julio ‘Chocolate’ Algendones, con quien meses más tarde fundaría la agrupación Perujazz.
Una misma antena
La combinación de sonidos populares, ancestrales y vanguardistas es una de las principales características de la producción de estos músicos. Es el caso de las bandas sonoras para los documentales “Hombres de viento” (1978) y “Venas de la tierra” (1982), producidas por el compositor Luis David Aguilar, así como de “Primitivo” (1981), de Miguel Flores, un músico proveniente de las canteras del rock, miembro fundador de las bandas Pax y Ave Acústica.
“Nosotros no hemos sentido el peso de la cultura occidental que sentían los compositores peruanos de la generación del 50”, afirma Aguilar. “Nos hemos sentido más libres y más próximos a la música popular, con menos temores de abordarla”.
“Composiciones nativas” (1978), de Ruiz del Pozo, emerge de este conjunto como una verdadera obra maestra de la música peruana. Tras seguir estudios en el Conservatorio Nacional, el músico viajó a Londres en 1976 para terminar su formación en el Royal College of Music, donde siguió un master de composición electrónica. Se había ido de Lima con la maleta llena de instrumentos nativos peruanos; una vez en Londres, utilizó recursos de la música concreta para manipular los sonidos extraídos de estos instrumentos y crear texturas que, a la vez que invocaban lo ritual, abrían un campo de exploración nueva, un collage de reminiscencias andinas, ecos y abstracciones.
“Estos discos representan una oportunidad para entender que la creación es algo inmenso y que en todas las generaciones ha habido grandes momentos”, señala Mujica. Y añade emocionado: “Esta es nuestra contribución. No es una cosa individual, es colectiva. Como varios seres unidos por una misma antena”.
Lanzamientos
“Composiciones nativas”
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Producidas por Arturo Ruiz del Pozo en el Royal College of Music de Londres, estas piezas representan un hito de la música electrónica peruana.
“Primitivo”
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El primer trabajo experimental de Miguel Flores luego de su período junto a la banda Ave Acústica.
“Hombres de viento / Venas de la tierra”
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Sonidos ancestrales y futuristas se combinan en estas bandas sonoras ideadas por Luis David Aguilar.
“Paisajes sonoros”
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Notable trabajo que reunió a Manongo Mujica, Douglas Tarnawiecki, Arturo Ruiz del Pozo y Julio ‘Chocolate’ Algendones.