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Hugh Hefner
Juan Carlos Fangacio

Criticado y venerado, entre pitos y palmas, murió a los
91 años el último miércoles. Las opiniones, divididas y rabiosas, eran previsibles. Sus detractores han tildado al magnate de "Playboy" de mercantilista y simple cosificador de la mujer. Muy citada fue la investigación de la periodista estadounidense Gloria Steinem, quien en 1963 se infiltró como una de sus conejitas y reveló las deplorables condiciones en que Hefner trataba a las trabajadoras de sus clubes.

Pero es cierto también que el conejo mayor no solo estuvo rodeado de las mujeres de sus portadas, sino que en algunos casos les dio un rol fundamental. Importante fue su madre, Grace Caroline Hefner, quien
le prestó el capital para emprender su proyecto. Importante fue su hija, Christie Hefner, quien asumió como presidenta de Playboy Enterprises y CEO de la compañía cuando él, en los años 80, no pudo ocuparse más. Importante fue su adorada Marilyn Monroe, figura de la primera portada de “Playboy” y, ahora, acompañante eterna: Hugh Hefner será enterrado al lado de la tumba de la rubia en Los Ángeles.

En el Perú también le guardan cariño. “Si la gente realmente conociera su historia, vería cómo ayudó a tantas mujeres”, dice a El Comercio la oxapampina Darlene Bernaola. Ella y su hermana Carol
se convirtieron en las primeras gemelas en aparecer como playmates. Furor y fantasía por partida doble.

—Revista para leer—

“La leo por los artículos”, suelen asegurar los fieles consumidores
de “Playboy”. Y mucho de cierto hay en esa afirmación pues Hefner, con indiscutible talento editorial, logró intercalar entre páginas y páginas de desnudos a varias de las mejores plumas contemporáneas, llevándolas directamente de la biblioteca a los quioscos.

Algunos textos memorables: “El combate”, de Norman Mailer, sobre la histórica pelea entre Muhammad Ali y George Foreman en Zaire; la aparición serializada de “Fahrenheit 451”, de Ray Bradbury; el cuento “El ahogado más hermoso del mundo”, de Gabriel García Márquez; y piezas de Kurt Vonnegut, Jack Kerouac, Margaret Atwood, entre otros.

Sus entrevistas fueron otro atractivo: la primera que publicaron, a Miles Davis en 1962, fue un hito en la historia de las publicaciones
populares. Muy recordadas fueron, además, una intensa entrevista a Martin Luther King, una polémica charla con John Lennon y Yoko Ono, y otra al escritor Vladimir Nabokov, en la que se despachaba
sobre cómo contonear la lengua para pronunciar “Lolita”. Una lección de erotismo hecho palabra.

—Hablemos de sexo—

El Internet de hoy, con todas sus libertades, hace difícil imaginar un mundo en el que el sexo fuera un tabú tan pesado. Pero Estados Unidos de mediados de siglo XX fue testigo de una explosión informativa sobre el tema, muy en parte gracias a los reportes del
sexólogo Alfred Kinsey. Sobre eso, Hugh Hefner admitió alguna vez: “Kinsey fue el investigador, yo fui el panfletista”.

Su labor difusora, que aprovechaba una contenida curiosidad del público –sobre todo masculino y juvenil–, le permitió un alcance
inusitado entre las décadas del 50 y el 70, la época dorada de “Playboy”. Luego vinieron los nuevos medios –la TV, las páginas webs, las redes sociales–y su emporio tuvo que ir adaptándose, pero nunca igualó la potencia de sus páginas en papel cuché.

De hecho, en el 2015 “Playboy” anunció, en un amago renovador, que renunciaba a los desnudos completos en su revista. Poco más de un año después revirtió la disposición y volvió a su tradición.

Hoy, ya sin su fundador, queda ver cómo sobrevivirá "Playboy" a los nuevos tiempos. Hefner no se va limpio de polvo y paja, pero parece
que ningún magnate –desde Henry Ford hasta Steve Jobs–se salva de ello. Menos en un rubro tan controversial como este.

Aporte nacional Las páginas peruanas de "Playboy"

Las gemelas Carol y Darlene Bernaola son probablemente las peruanas más famosas en "Playboy", desde que fueron elegidas playmates del milenio en el 2000. Antes de ellas, otras chicas peruanas pasaron por sus páginas, aunque irreales: las famosas Chicas Vargas, del ilustrador arequipeño Alberto Vargas, hicieron varias apariciones. Además, en una edición de 1998, con Pamela Anderson y otras protagonistas de "Baywatch" en portada, se publicó un fragmento de "Los cuadernos de don Rigoberto", novela erótica
de Mario Vargas Llosa que encajó perfectamente en su sugestiva línea editorial.

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