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sube al escenario con la seguridad de quien ha habitado personajes tan distintos como intensos durante más de tres décadas de carrera. Hoy, en la obra “Herederos”, es Samuel, un padre que tambalea entre la culpa, la verdad y el legado. Pero también es el actor que vuelve a mirarse de frente, más allá de los flashes, los ampays y las cámaras escondidas que en algún momento quisieron contar su historia sin su voz.

‘Herederos’ es una obra que emociona y remueve. Habla de familia, de secretos, de las máscaras que caen cuando la muerte se acerca y lo material amenaza con pesar más que lo moral”, señala Thornton. Su personaje, un padre enfermo que comienza a ver con nuevos ojos a los que lo rodean, le ha permitido también mirar hacia atrás y redescubrir su camino como artista.

Durante los ensayos, cuando cada actor comenzó a ponerle su propia salsa y ají, entendí el poder de esta obra”, cuenta. “Un actor decía: ‘A los amigos se les conoce en los problemas, a la esposa en el divorcio y a los hijos en la muerte’. Esta obra retrata eso: cómo el amor, el ego y la ambición chocan cuando todo parece derrumbarse”, enfatiza.

En "Herederos", Carlos Thornton comparte roles con Caroll Chiara, Pedro Olórtegui, Betto Gómez, Tame Dávila, Pau Simons, entre otros actores. (Foto: Crédito: Alberto Iriarte)
En "Herederos", Carlos Thornton comparte roles con Caroll Chiara, Pedro Olórtegui, Betto Gómez, Tame Dávila, Pau Simons, entre otros actores. (Foto: Crédito: Alberto Iriarte)

De las pasarelas a la actuación

Carlos Thornton comenzó su carrera en la televisión a los 20 años, cuando fue convocado para el casting de la telenovela “Gorrión”, producida por Teletaller y dirigida por Humberto Polar. En ese entonces ya tenía experiencia como modelo de comerciales y pasarelas, y desfilaba para distintos diseñadores. El casting se realizó en el Coliseo Amauta. Allí también estaba Christian Meier, quien finalmente obtuvo el papel protagónico: Gabriel. Thornton interpretó a Lalo, su mejor amigo. Ese fue su punto de partida en la actuación televisiva, seguido por su participación en “Canela”, una telenovela grabada en Arequipa.

El éxito de “Gorrión” marcó un punto de quiebre en su vida. De un momento a otro pasó de ser un rostro desconocido a estar en el centro de la atención mediática. La popularidad fue abrumadora, al punto que él mismo la compara con el fenómeno que generaron Servando y Florentino en su mejor momento.

Después llegaron los años de Iguana, donde participó en varias de sus producciones más recordadas: “Torbellino”, “Boulevard Torbellino”, “Luciana y Nicolás”, “Los unos y los otros”, “Los de arriba y los de abajo”, y “Mil oficios”. Thornton se mantuvo versátil y lejos de encasillamientos, lo que le permitió moverse con soltura entre diferentes proyectos. Aunque actualmente asume papeles secundarios, no descarta tener un rol protagónico nuevamente.

En algún momento haré del abuelito del galán y sea el protagonista. Yo he sabido llevar las cosas bien”, asiente.

En el cine, su más reciente trabajo ha sido en “Chavín de Huántar: el rescate del siglo”, película en la que da vida al comandante Luis Giampietri. Para él, esta es una producción ambiciosa y de gran calidad, con la que espera seguir creciendo como actor. También participó en “No te mueras por mí”, dirigida por Daniel Rehder, una cinta que aborda con fuerza la violencia contra la mujer.

Lecciones de vida

Lejos de los sets y las cámaras de ficción, la vida también le regaló momentos inesperados frente a las cámaras reales. Uno de ellos fue cuando cayó en una cámara indiscreta de Damián y el Toyo. Por entonces estaba vendiendo su auto, y el equipo del programa montó una broma con actores desconocidos para que él no sospechara. Todo ocurrió tan rápido que apenas pudo reaccionar. En cuestión de minutos, su auto fue destruído y él quedó descompensado. “Se me bajó la presión. Me descompensé, pero luego me levanté y comencé a perseguir a quien estaba al frente mío para agarrarlo”, recuerda entre risas. Solo cuando tenía al bromista inmovilizado, este le confesó que todo era parte de una broma. Fue un episodio intenso, pero terminó con carcajadas... y con una anécdota para toda la vida.

Años antes, otro momento mediático marcó su carrera: el famoso ampay con Bárbara Cayo. Habían pasado solo unos años desde su debut actoral, y de pronto su rostro apareció en los programas de espectáculos. “Fue hace 25 años. Fue una circunstancia del destino”, dice con serenidad. “Como dijo Magaly alguna vez, lo que se hace en la calle es público, y lamentablemente yo estaba en la calle. Tenían todo el derecho de grabarme”. Sin embargo, considera que faltó contexto antes de lanzar la noticia. “Hubiera sido interesante que investigaran un poco más. Cada familia tiene su historia, sus procesos”. En su momento, decidió enfrentar lo ocurrido con madurez y mirar hacia adelante. “No me quedó otra que apechugar. Por algo pasan las cosas. Hoy estamos viviendo tiempos mejores”.

Aquella experiencia fue difícil, pero con el tiempo logró ponerla en perspectiva. Incluso, asegura, tuvo la oportunidad de conversar con Magaly Medina sobre el tema en su programa, donde ambos acordaron no volver a hablar despectivamente sobre lo ocurrido.

Y tengo que reconocer que cumplió: no volvió a hablar del ampay, ni de Bárbara, ni de mí. Si alguna vez lo mostró de nuevo, fue como parte de los ampays más recordados. Si los Premios Luces tuvieran una categoría al mejor ampay o cámara indiscreta, sin duda ese premio sería mío”, dice entre risas.

Hoy, Carlos Thornton atraviesa una etapa de equilibrio. Ya no le mueve el vértigo del medio ni la ansiedad por estar en pantalla. Lo mueve la paz, la familia y la fe.

Han influido muchas cosas: la situación, mis hijos, mi esposa, pero también Dios. Ahora miro todo con más calma. Ya no me acelero si me llaman de una producción. Me emocionaría, claro, si me llama Netflix o Caracol para una serie, pero ya no me quita el sueño”, sentencia.

Además…

“Herederos” va hasta el 1 de junio en el Centro Cultural CAFAE SE, en San Isidro, los sábados y domingos a las 8:00 p.m.. Las entradas están a la venta en Joinnus, Atrápalo y boletería del teatro.

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