Claudia Dammert: tres anécdotas para recordar a la entrañable actriz
Claudia Dammert: tres anécdotas para recordar a la entrañable actriz
Enrique Planas

La noticia nos sorprendió la mañana del pasado domingo. La actriz había fallecido a los 68 años: un paro cardíaco la sorprendió manejando su bicicleta. “Fue un golpe muy fuerte para todos, inesperado, cruel”, nos dice acongojado Osvaldo Cattone. Pasada una semana de ausencia, el director teatral, la cineasta Ana Caridad Sánchez y la actriz Sandra Bernasconi comparten historias de quien fue, además de gran actriz, una amiga formidable.

—Cosas de brujas—
Cattone recuerda una gira de “Brujas”, la obra de Luis Agustoni, por el sur del país. Entonces Claudia reemplazaba a Regina Alcóver en el papel. “Llegamos a Tacna y, como sucede siempre con las giras, el productor había conseguido allí el mobiliario: una sala de familia burguesa. En un momento dramático, cuando se entera de que una de sus mejores amigas es la amante de su marido, Claudia debía echarse sobre un gran sofá llorando. De golpe, por un agujero producido por alguna polilla, salió un sonoro silbido acompañado de un chorro de polvo. La sala entera estalló en una carcajada y un momento dramático se convirtió en el más jocoso de la obra”, recuerda el director.

Por cierto, añade Cattone, antes de la función del día siguiente, la propia Claudia cosió y parchó el agujero. “No iba a dejar que volviese a ocurrir un chiste indeseado que arruinaba el clima dramático de la escena”, comenta.

—Su primera vez—
“Deliciosa fruta seca”, película aún no estrenada, es el único filme donde Claudia Dammert asumió el papel protagónico. Una cinta que alienta a las personas mayores a luchar por sus sueños y placeres. Ana Caridad Sánchez, su guionista y directora, nos cuenta que ambas conversaron durante años sobre la historia a filmar. “Sus vivencias me sirvieron para diseñar el personaje: una mujer mayor que, pasados los 60, se atreve a comenzar a vivir”, explica. Y nos regala esta anécdota: “Ese día tocaba la escena del primer beso. El galán es un excelente bailarín de marinera, pero debutante en la actuación. ¡Y el beso sería con la gran Claudia Dammert, a quien hasta hace unas semanas solo había visto en la televisión!”.

Claudia Dammert con su esposo Carlos Ciccione y sus hijos. (Foto: Archivo personal)
Claudia Dammert con su esposo Carlos Ciccione y sus hijos. (Foto: Archivo personal)

La realizadora continúa: “Filmábamos muy rápido. La cámara, las luces y micrófonos estaban listos. Le dije al actor que respire profundo, que se concentre. ¡Tres, dos, uno, acción! Todo se da de maravillas, beso incluido, suave, tierno y tal cual lo imaginé. Acabada la escena, todo el equipo aplaudió al actor. Sabíamos el reto que para él significaba filmarlo. Claudia sonrió y se apoyó en una mesa. Me acerqué y le pregunté si le pasaba algo. Me confesó sonrojada que, a sus 60 y más, por primera vez había besado en una película. Ese día se sintió tan conmovida como una adolescente”.

—Enérgica y solidaria—
Varias fueron las veces que coincidieron en la misma obra. Sandra Bernasconi recuerda a la amiga como alguien con quien reír a carcajadas en el escenario y fuera de él. “La energía que daba a las personas siempre volvía a brotarle a borbotones, porque había entendido el significado de dar y recibir”, recuerda.

“‘Yo pedí ser sabia a los 60’, me dijo un día Claudia. Y creo que lo consiguió: a esa edad también decidió regresar de Huaripampa a Lima para volver a la actuación, y los caminos que encontró para transmitir su arte se multiplicaron. La vi entregarse al dolor y renacer fortificada, me contó cómo había sacado adelante a sus tres hijos, la gocé trabajando para mejorar el medio ambiente. Cuando sucedió lo de El Niño costero, ella dejó de usar el agua de su departamento por solidaridad hacia la gente que lo había perdido todo”, añade.

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