El elenco: Raúl Sánchez McMillan, Job Mansilla, Roy Zevallos, Giovanni Arce, José Dammert, David Carrillo, Pedro Pablo Corpancho, Federico Abrill, Carlos Casella, Fabricio Ascárate, Rodrigo Falla Brousset, Jimmy Astley y Paolo Teevin. (Foto: Jessica Vicente)
El elenco: Raúl Sánchez McMillan, Job Mansilla, Roy Zevallos, Giovanni Arce, José Dammert, David Carrillo, Pedro Pablo Corpancho, Federico Abrill, Carlos Casella, Fabricio Ascárate, Rodrigo Falla Brousset, Jimmy Astley y Paolo Teevin. (Foto: Jessica Vicente)

El público que asistió al estreno de “Corpus Christi” debió pasar por un detector de metales antes de entrar al Theatre Club de Nueva York. Las medidas de seguridad fueron necesarias: al frente de la fachada del teatro, un grupo de cristianos conservadores portaban rosarios y cruces y exigían que la obra no se llevara a cabo, mientras que los teléfonos sonaban para lanzarle amenazas de muerte a su autor, Terrence McNally. Sin embargo, la puesta en escena que supuestamente faltaba el respeto a Jesús y lo tildaba de homosexual se desarrolló sin más complicaciones que el temor generado esa noche del 14 de octubre de 1998.

La obra vio la luz en un momento preciso: semanas antes, el joven Matthew Shepard había sido asesinado por un grupo de muchachos solo por ser gay y los estadounidenses estaban conmocionados por la brutalidad de su muerte. McNally ponía, coincidentemente, el dedo en la llaga: su obra mostraba a Joshua, personaje gay con todas las características de Jesús, y cuya vida y pasión eran muy similares.
Veinte años después, la obra se monta en Lima, ciudad también afectada por crímenes violentos y que todavía guarda muchos reparos contra los homosexuales. El encargado de presentarla en el Mocha Graña es David Carrillo, quien asegura que esta puesta en escena va dirigida especialmente a los actuales treintañeros, aquellos que vivieron las épocas “bisagras entre sentir la libertad y vivir con el miedo a salir del armario”. “Yo soy de la generación en la que daba vértigo decir que uno era gay y, si se hacía, era frente a amigos y en un círculo muy cercano. Ahora es un poco más sencillo, la gente es lo que es y no oculta nada”, apunta.

Sobre la orientación sexual del personaje principal, Carrillo explica: “A veces da la impresión de que Joshua es pansexual porque ama a todos sin importar el género, pero hay momentos en el texto que dan a entender que es gay. Por ejemplo, hay una escena en la que puede tener intimidad con una chica, pero se hace evidente que no siente atracción física por ella”. Carrillo, además, da luces sobre un detalle interesante: el texto sugiere que el protagonista ha tenido relaciones sexuales con quienes lo acompañan. “En un momento, Joshua dice ‘el que me va a traicionar es alguien a quien he amado y quien me ha amado’ a lo que uno de los apóstoles responde que podría ser cualquiera de ellos. Hay cosas como esas que dan a entender que ha habido algo entre todos, pero son interpretaciones porque no existe nada, ninguna acotación ni frase en la que se haga explícito. Creo que eso tiene que ver con la época en la que McNally sitúo a Joshua. Según eso, él tendría 33 años en los 70 y probablemente se haya desarrollado en un ambiente más hippie en el que la exploración era más normal. Por mi parte, he tratado de llevarla a nuestros tiempos y hacer que esto sea algo más poliamoroso”, señala el director.

-Adaptaciones-
“Corpus Christi” inicia con un ritual poco convencional en el que los límites entre el personaje y el actor se difuminan. Juan (David Carrillo) se acerca a un actor, le entrega una botella de agua y le dice que dejará de ser José Dammert para convertirse en Judas. Luego, hará lo mismo con Pedro Pablo Corpancho, a quien llamará Joshua y así con los 12 intérpretes en escena. Sobre el recurso, Carrillo comenta: “Eso está en el texto y en las acotaciones, el autor señala ‘fulano de tal, nombre del actor que hace el personaje de…’. Se trata de un bautizo en el que nosotros somos conscientes de que aceptamos ser nombrados para cumplir un rol durante la función”.

Así como ese recurso, casi todo lo que se ve y escucha en escena es lo que McNally escribió mientras que las licencias que se toma Carrillo aterrizan la ficción en nuestro contexto. Este “Corpus Christi” ya no se desarrolla en una ciudad norteamericana en 1950, sino en Lima, en un colegio de monjas y curas entre los 80 y 90. Sobre ello, Carrillo –quien también estuvo encargado de esta versión del texto- señala que tuvo que convencer a McNally y a su equipo para hacer dichas modificaciones. “Les expliqué cuál es el momento que se vive en esta ciudad y porque es importante lograr que las personas se identifiquen”, dice.

Más información
Lugar: Casa Cultural Mocha Graña. Dirección: Sáenz Peña 107, Barranco. Horarios: viernes, sábados y domingos, 8 p.m. Hasta el 15 de julio. Entradas: Joinnus y boletería.

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