"Edipo Rey": crítica de la obra dirigida por Jorge Castro
"Edipo Rey": crítica de la obra dirigida por Jorge Castro

En el reino de Tebas un hombre busca la verdad. Se trata de Edipo, el nuevo rey, que quiere descubrir al autor de un crimen. Y para encontrarlo indagará de tal manera en el pasado que no solamente desatará una cadena de eventos desafortunados, sino que se verá inmerso en ellos. Es la manera en que los dioses le harán ver que nadie escapa a sus designios.

Edipo rey”, sin duda la tragedia de tragedias, escrita por Sófocles hace más de dos mil años, ofrece cientos de posibilidades para ser llevada a escena. Porque su discurso no ha perdido actualidad y su estructura dramática contiene tantos desafíos como oportunidades para un equipo creativo. Así lo han entendido realizadores que han sabido llevar al desafortunado rey de Tebas a escenarios de gran lucimiento en todo el mundo. Lo que no significa que todos hayan acertado; al contrario, los naufragios han sido muchos y monumentales. Sin embargo, la dimensión universal de esta formidable reflexión sobre la dimensión humana y la imposibilidad de escapar al destino parece no tener límites.

Y en el nuevo montaje de La Plaza, Jorge Castro hace una oportuna lectura del clásico griego. Es respetuoso sin ser solemne, creativo sin recurrir a grandilocuencias y firme sin perder un ritmo capaz de mantener atenta a la audiencia. Inicialmente me sentí perturbado al descubrir que el coro estaba integrado por un elenco infantil. En principio por la carga dramática del texto y también porque para entender la narración del coro es necesario que este sepa lo que está diciendo. Tenía mis dudas sobre la veracidad de los textos. Sin embargo, Castro acierta al elegir a tan jóvenes narradores. No solamente está poniendo el relato en boca de gente común y corriente, sino en seres inocentes.

Más allá de eso, adapta la obra a un tiempo cercano a nosotros aunque sin precisar una fecha. Lo cierto es que al llevarla a una época reciente logra acercarla a la sensibilidad más próxima de un hombre que mira televisión y juega Atari para desconectarse de la tragedia. En sus manos, Edipo reaparece entre nosotros como un hombre de carne y hueso, inmerso en su búsqueda e incapaz de imaginar el desenlace de su propia historia. Así es posible apreciar la dimensión emocional que estamos a punto de presenciar. Porque el rey de Tebas, hombre al fin, se atreve a buscar la verdad. Algo que los dioses y las reglas divinas no están dispuestos a tolerar. Y al igual que otros personajes de diferentes mitos, leyendas, tradiciones y religiones, será castigado por haberse atrevido a probar del árbol de la ciencia del bien y del mal. Esto es clarísimo en el discurso de Sófocles y la propuesta de Castro.

El reparto cumple en conjunto, aunque tengo mis reservas sobre la actuación de Pietro Sibille en el papel estelar. Es cierto que pone cada nervio al servicio de su Edipo. Pero no siempre entiendo sus parlamentos debido a una respiración que impide una correcta pronunciación. Lo que contribuye también a un tono excesivo en su intensidad que tal vez sea una apuesta debido al género de la obra. En cuanto a Sofía Rocha en el papel de Yocasta, no tengo nada que reprocharle. Sin duda Rocha es una de nuestras grandes trágicas en la actualidad. Lo que resiento de la obra es que todo lo interesante que le pasa a Yocasta sucede fuera de escena y finalmente solo tenemos a la actriz en las breves escenas en las que participa. Por supuesto hay que destacar la presencia de Delfina Paredes, en un personaje pequeño pero clave para el desarrollo de la obra.

El equipo en su integridad consigue persuadir a la audiencia de una verdad que trasciende los siglos. Para ello cuenta con los oportunos elementos de producción capaces de acentuar ese universo creado por Castro y sus colaboradores. El diseño de la escenografía a cargo de Luis Alberto León contribuye sin duda a todo ello, enfatizando el carácter íntimo de la apuesta sin perder de vista lo monumental a través de la constante presencia de la esfinge. Lo que es un gran acierto. También oportuna es la iluminación a cargo de Jesús Reyes, capaz de conferirle atmósfera a esa escenografía. Y, por supuesto, la musicalización a cargo de Santiago Pillado-Matheu consigue atraparnos en la tragedia desde la introducción misma.

Edipo rey”, producida por La Plaza, es uno de los grandes estrenos del año y probablemente una de las mejores adaptaciones de un clásico en los últimos tiempos.

Contenido sugerido

Contenido GEC