Guillermo Castrillón: "En el nombre del arte se han hecho muchas barbaridades"
Guillermo Castrillón: "En el nombre del arte se han hecho muchas barbaridades"
Maribel De Paz

En un texto que pareciera escrito en su propia contra, brindó su descargo a la publicada en Facebook por el jueves pasado. Allí, se lee: “La manipulación entre adultos es muy relativa… ‘convencer’ depende del convencido y habría que preguntarse también qué intenciones tiene el ‘convencido’”.

Exactamente 24 horas antes de que Bracamonte presentara su acusación, Castrillón nos había recibido en su casa de un idílico recodo sanisidrino para esta entrevista, en la que examinó los casos de abuso en la industria cultural, su constante búsqueda escénica alrededor de lo femenino y los diez años de la obra “Escrito por una gallina”, que iba a reponer en el Icpna de Miraflores, y que ha sido cancelada.

La denuncia de Bracamonte narra los diversos abusos que habría sufrido durante los cuatro meses de ensayos junto a Castrillón, quien ha afirmado, , que se trató de una situación “consensuada”, sin reparar en que su posición de poder ante una aspirante a actriz debilita tal sustento.

Publicamos esta entrevista por su valor documental como registro del fenómeno de la violencia de género que forma parte de un discurso normalizado. Sobre este caso, : “La respuesta de Guillermo no solo es insensible, torpe y denigrante para Eva, sino que pone sobre la palestra un método de abordar el arte, que yo, director también, siempre he rechazado [...] ¿Los actores deben ser capaces de soportar todo? No. ¿Qué deben soportar y qué no? ¿Qué es lo que pueden aceptar como parte de un proceso y qué no? La respuesta es confusa para los actores, por supuesto. Más aún cuando confían, admiran o creen en el director. Por eso la responsabilidad del director es muy grande y él sí que debe saberlo. Debe saber cuándo se cruza o no la línea. Saber qué cosa es denigrar, qué cosa es violentar, qué cosa es maltratar y qué cosa es explorar”.

-Si bien lo femenino siempre estuvo presente en tu obra, ¿sientes que luego de 10 años el montaje con Jimena cobra nueva relevancia en el contexto actual en que las mujeres se atreven a denunciar?
Con Jimena nos preguntábamos si iba a seguir funcionando, y ha funcionado, ha vuelto a impactar. La obra habla, de alguna manera, de este tema de género. Y el tema femenino, sí, está presente en mi obra, tal vez por mi facilidad al trabajar con actrices, que están más curiosas que los actores en otro tipo de trabajo corporal, digamos, emocional. Lo que yo he estado intentando hacer es reconciliarme con mi lado femenino, con el cual tenía un conflicto, también por defectos de formación. Yo creé una guerra interna, algo que se puede manifestar desde que eres machista o mujeriego, hay un montón de síntomas, sexista, qué sé yo, de parte del hombre hay cierto conflicto y hasta cierto odio a lo femenino. Puedes ser un romántico encantador, seductor, muy cortés, y no te das cuenta de que a veces hay trasfondos violentos.

-¿Y cómo te has dado cuenta de tu propio trasfondo violento?
A través de mis relaciones, con las personas que he estado, cómo me he relacionado con las mujeres, y ahí uno puede darse cuenta después de varios años de que hay un patrón y de que hay muchas maneras de violentar, no necesariamente física o verbalmente. Revisando todos los años pasados, había una incapacidad por mantener una relación. Por eso con mi pareja actual es la primera relación que tengo de nueve años, donde establezco un hogar. Las cosas están cambiando.

-Con las campañas Ni Una Menos y MeToo, no falta quien apele al sarcasmo diciendo que todo hombre resulta sospechoso ahora.
Creo que invitan a la reflexión: algo ha estado mal, por más que hayas sido una buena persona, estás inmerso en una sociedad y un tipo de educación, y de hecho nos cuesta mucho todavía, está en nuestros genes, como un chip. A mí mismo me cuesta corregirme cuando hablo. Será parte de la evolución social, nos estamos corrigiendo, pero cuesta, cuesta, como cuesta que ya no puedes estar en la calle piropeando, ni siquiera románticamente como se hacía antes. Hemos visto al ministro de Educación mandarle un piropo a la ex ministra, como viejito, con la mejor intención.

-¿Tú crees?
O sea, lo que veo es que era un señor mayor con viejas costumbres y viejas formas de las que no se puede desprender, y cometió un error. Tenemos que hacer una reflexión todos los hombres, de que tienen que reestructurarse en relación con el sexo opuesto.

Guillermo Castrillón: "En el nombre del arte se han hecho muchas barbaridades"
Guillermo Castrillón: "En el nombre del arte se han hecho muchas barbaridades"

-Anteriormente has hablado sobre cómo la vida te ha fragmentado.
En Lima somos atropellados, abusados y violentados todo el rato. Uno crece con muchas carencias y, en mi caso, muy fragmentado, familia fragmentada, sociedad fragmentada, entorno fragmentado, y te vas llenando de defectos, de traumas y complejos… el gustito por hacerte víctima, echarle la culpa al otro o no ponerte límites, y así caes en la satisfacción inmediata, en el yo quiero esto y lo agarro. Uno no puede ser tan impulsivo de satisfacer tus necesidades a costa de lo que sea… Definitivamente ha habido un momento en que me he sentido incoherente, que mis obras trataban de proponer algo y en la vida personal yo seguía contradictorio. Entonces me sentía fragmentado, como si fueran tres, cuatro personalidades.

-¿El arte te ha hecho mejor persona?
Esa es una frase que escuché hace poco a Anne Bogart, la directora de City Company, que estuvo acá y es una eminencia del teatro. En su conferencia lo dijo: “El teatro, o el arte, te hace mejor persona”. Entonces, sí, definitivamente, o te da la oportunidad, en todo caso.

-Oportunidad que podrías desaprovechar.
Claro. Y caer en un egocentrismo, una hibris mental, abusar del poder que te puede dar cierto conocimiento o talento. He estado pensando en esto últimamente. En nombre del arte se han hecho muchas barbaridades. Ahora están saliendo a la luz denuncias, a Spacey, y hace poco el caso de Marlon Brando con “El último tango en París”: la chica denunció abuso de parte del director y del actor, y que se dejó manipular por el peso de estas dos estrellas. Y Polanski también tiene toda esta fama. Yo no podría filosofar sobre qué es el arte y su esencia, pero creo que ahí se confunde con un asunto personal, de ego, de poder, de creerte sumamente talentoso, de que el fin justifica los medios y el “hazme caso que esto te va a ayudar”, o el hecho de llevarte a lo más oscuro, lo cual también lo he pasado y probado, a remover lo más oscuro de tu ser para producir arte, con la consigna de que eso te va a poder salvar o etcétera. Tú mismo te confundes, te engañas, y puede haber cierto grado de soberbia, de creerte visionario. Sí, me he estado cuestionando el tema de la ética en el arte, de hasta dónde da, hasta dónde va, si es necesaria, y yo creo que sí. Y hay que ver cuándo el arte se confunde con ciertas carencias personales, y cuándo lo usas para satisfacerte tú mismo. Lo que yo trato de hacer en mis procesos es ver qué dice el inconsciente del actor y el mío, y me doy varios meses para ver qué dice, porque no confío en mi consciencia, siento que me va a engañar, que me va a hacer creer que soy muy inteligente, muy creativo, que yala, que manya, que wow, que brillante.

-Tienes que sospechar de ti mismo.
Así es.

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