Sonia del Águila

La puerta apenas comienza a abrirse, y Tyson ya está allí, ansioso, moviendo la cola con energía. Su bienvenida es efusiva, como si quisiera contarle a Marco Zunino que hay visitas esperándolo en la terraza de su departamento en Miraflores. “Disculpen la tardanza, tuve un chequeo médico. Aquí está la prueba”, dice Marco, señalando el esparadrapo en su brazo. Antes de la entrevista, iniciamos la sesión de fotos. Tyson, fiel a su naturaleza perruna, no se separa de su dueño ni un instante. Se acomoda junto a él frente a la cámara. “No se quiere ir, es necio como yo. Nos parecemos mucho”, asegura el actor sonriente, y su mirada se ilumina al recordar como su compañero de cuatro patas llegó a su vida hace once años.

Contenido Sugerido

Contenido GEC