Han pasado casi diez años desde que el príncipe Guillermo y Catalina de Gales tuvieron a su primer hijo, el futuro rey Jorge. Los entonces duques de Cambridge, como casi todos los padres que esperan un hijo, tuvieron dificultades para encontrar un nombre para él. Su caso era especialmente importante porque se trataba de dar nombre al futuro rey del Reino Unido.
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El nombre de un nuevo miembro de la familia real británica no puede elegirse al azar, sino que debe ser un homenaje específico a los antepasados de la Corona, según la tradición. Basándose en esta costumbre, Guillermo y Catalina barajaron varios nombres, entre otros Jorge y Alexander. Pero no conseguían decidirse.
El insólito método para elegir el nombre
Según la revista Time, decidieron resolver el problema de forma creativa, recurriendo a la ayuda de Lupo, el perro de la familia. Escribieron todos los nombres posibles en trozos de papel, los extendieron por el suelo de la casa e invitaron al cocker spaniel a la habitación para ver qué nombre “elegía”. Lupo olfateó el trozo de papel con el nombre Jorge (un homenaje al padre de la reina Isabel, Jorge VI), y así fue.
El querido can de la familia murió en noviembre de 2020. Guillermo y Catalina, que lo habían recibido como regalo de bodas en 2011, anunciaron su fallecimiento con un emotivo post en las redes sociales: “Nos entristece comunicar que el pasado fin de semana nuestro querido perro, Lupo, falleció. Ha estado en el corazón de nuestra familia durante los últimos nueve años y lo echaremos mucho de menos”, escribieron junto con unas fotos del animal. “Para los que nunca han tenido un perro puede ser difícil entender la pérdida. Sin embargo, los que han amado a un perro saben la verdad: un perro no es solo una mascota; es un miembro de la familia, un mejor amigo, un compañero leal, un maestro y un terapeuta. La pérdida de un perro es comparable a la de un ser querido”.