“The Holdovers” (“Los que se quedaron” en español) es, probablemente, la película más anónima entre los imponentes títulos de Hollywood durante esta temporada de premios. En comparación con gigantes como “Oppenheimer” o “Barbie”, parecía ser una diminuta hormiga que fácilmente podría haber pasado inadvertida. Sin embargo, el encanto que emana de la obra de Alexander Payne la ha catapultado como la ganadora de varios galardones, y con razón. Tras haber tenido la oportunidad de verla, comparto ahora mi reseña con ustedes.
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Si les resulta familiar el nombre del cineasta, es porque se trata del talentoso creador de cintas aclamadas como “The Descendants”, “Nebraska” y “Sideways”, todas ellas previamente elogiadas por la crítica en sus respectivas épocas.
La obra de Payne se distingue por sus representaciones satíricas de la sociedad estadounidense, intrínsecamente humanas, y este distintivo estilo también queda claramente reflejado en “The Holdovers”.
¿DE QUÉ TRATA “THE HOLDOVERS”?
Con un guion del prácticamente amateur David Hemingson, la historia se centra en un prestigioso internado en Estados Unidos, llamado Barton, donde los jóvenes adinerados están emocionados por volver a sus hogares para las vacaciones de Navidad y Año Nuevo.
Sin embargo, aquellos desafortunados cuyas familias se encuentran lejos o simplemente no están interesados en verlos, deberán permanecer en la escuela bajo la severa e inflexible supervisión del profesor de historia, Paul Hunham (interpretado por Paul Giamatti), que todos odian. Este es el escenario en el que se encuentra el audaz, pero rebelde Angus Tully (a quien da vida Dominic Sessa).
Al ser, en esencia, una película navideña, la época festiva es la ocasión perfecta para que los personajes, que han estado luchando contra sus propios demonios, finalmente decidan superarlos y tomen nuevas riendas en sus vidas.
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¿QUÉ ES LO ESPECIAL DE “THE HOLDOVERS”?
“The Holdovers” destaca por su armoniosa conjunción de elementos. Desde los primeros minutos, la película te transporta a los setentas, no solo gracias a la estética marcada de la época en la que se sitúa la historia, sino también con su banda sonora.
Las canciones seleccionadas son de esas que te incitan a agregarlas a tu lista de Spotify apenas termina la película. A pesar de que no me resultaban familiares, al ser una persona nacida en los noventa, supongo que para generaciones mayores incluso añadirán un matiz aún más nostálgico a la cinta.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención fue la similitud con “La sociedad de los poetas muertos”, el largometraje de 1989 dirigido por Peter Weir y protagonizado por Robin Williams.
Por supuesto, las historias tienen muchas diferencias y “The Holdovers” no concluye de una forma tan trágica como la cinta que hizo famosa la frase “Oh, Captain, My Captain!”, pero ha logrado evocar su esencia, sino es por decir su fantasma: niños ricos en un internado prestigioso, su vida llena de lujos pero carente de afecto los hace batallar con conflictos personales autodestructivos y un profesor poco convencional que causará un gran impacto en, por lo menos, un estudiante.
Lo divertido es que, a diferencia del carismático John Keating, el personaje que interpreta Paul Giamatti es un viejo solitario, gruñón y que logra despertar desdén en estudiantes y profesorado. Es precisamente eso lo que hace que, conforme avanza la película y lo conocemos un poco mejor, logremos ver las complejas capas de Paul Hunham. Comprender su pasado, también nos permite entender muchas de sus actitudes y decisiones. Sin embargo, no es más que Shrek: un ogro con un buen corazón.
Pero él no es el único personaje interesante y, debo recalcar, que la construcción de personaje es, en mi opinión, el punto más fuerte de la película (y con esto no quiero decir que tenga carencias en el resto).
También están Angus y Mary, la cocinera de la escuela que perdió a su hijo en la guerra. Ambos también pasan la Navidad en Barton y viven su propio viaje. Adicionalmente, la actuación de los actores de estas figuras también fueron reconocidas. Da’Vine Joy Randolph se llevó el premio a Mejor Actriz de Reparto en los Globos de Oro, los Critics’ Choice Awards y muchas otras premiaciones.
En una reseña que vi en internet, recuerdo haber escuchado un comentario sobre “The Holdovers” que decía que en la película “no transcurría nada” y no encuentro verdad en esa afirmación. Por supuesto, los sucesos que ocurren no son épicas batallas o persecuciones, sino pequeños eventos cotidianos, pero que son gigantes en las vidas de las personas y son lo suficientemente poderosas como para incitar a un cambio en ellas.
“The Holdovers” es tierna, divertida, conmovedora, enteramente humana, no pretende ser nada más y eso es suficiente. Aunque no finge que en el mundo no hay injusticias, te deja con un buen sabor de boca y la ilusión de que no todo está perdido.
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Periodista de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Interesada en temas culturales como el cine y series. Actualmente se desempeña como redactora del Núcleo de Audiencias del Grupo El Comercio.