Vanessa Austin se llevó una sorpresa inesperada cuando una persona apareció en su oficina con una billetera que resultó ser de su madre y que se había extraviado hace 40 años. Para ella, este hallazgo fue excepcional, ya que el accesorio estaba notablemente bien conservado y parecía no haber sido manipulado durante décadas.
“Entramos y recogimos [la billetera] y no podía creerlo. Es como una cápsula del tiempo. Está tan bien conservada que parece que, obviamente, nadie la tocó en 40 años”, declaró Austin, de Ontario, Canadá, en conversación con The Morning Edition de CBC.
Andrew Medley, hombre de Detroit que dio con la cartera en el Eaton Centre de Toronto, dijo que la halló cuando trabajaba en una unidad de almacenamiento.
A pesar de que tanto la mujer como su madre no recordaban la pérdida de la billetera, suponen que pudo haber ocurrido durante uno de sus habituales paseos por el mencionado centro comercial. “Supongo que ahí fue donde se perdió o fue robado”, recordó.
La billetera, decorada con un estampado floral, contenía una variedad de objetos significativos, incluyendo cupones para Canada’s Wonderland, una tarjeta de la Biblioteca Pública de Toronto, recuerdos del padre de Austin y una foto de ella de niña junto a los documentos de inmigración de su madre de El Salvador.
La billetera había sido dejada en un conducto de aire
Medley, un investigador corporativo, se embarcó en una misión para encontrar al propietario de la billetera tras encontrarla en un conducto de aire.
Después de rastrear a Vanessa Austin a través de redes sociales y LinkedIn, se dirigió a Guelph para devolver la billetera personalmente, incluso desviándose de su ruta original a pesar de una tormenta de nieve inminente.
Aunque no considera su gesto extraordinario, Medley expresó su alegría al reunir a Austin y su familia con la billetera perdida.
“Creo que la mayoría de la gente haría lo mismo”, agregó. “Y creo que la mayoría de la gente podría hacerlo, como si no se necesitara un conjunto especial de habilidades”.
Para Vanessa, este encuentro significó mucho más que la recuperación de objetos materiales; fue una conexión con su pasado y su historia como inmigrante.
“No esperaba reaccionar como lo hice. Me emocioné. Es una de esas cosas... la historia de los inmigrantes, siempre llegas a Canadá con muy poco y muchas veces dejamos atrás todas estas cosas importantes”, señaló.
“Entonces, al ver algo tan básico de El Salvador... estos son los documentos que nos trajeron hasta aquí, fue realmente hermoso recuperar una parte de nuestra historia. Fue emotivo recuperarla”, añadió.
La mujer se mostró agradecida con Medley por su generosidad y acto desinteresado, y considera este episodio como una prueba de que aún existen personas bondadosas dispuestas a hacer el bien sin esperar nada a cambio.