Una ciudadana de Inglaterra se ha vuelto viral por ofrecer un servicio muy particular a las mujeres de su comunidad: ‘alquila’ a James, su esposo, para que este se encargue de labores domésticas como instalaciones, reparaciones o pintado de paredes.
A Laura Young, de 38 años, se le ocurrió la idea de crear el negocio “Rent My Handy Husband” (alquila a mi esposo útil en español) luego de escuchar un podcast que describía el caso de un hombre que se ganaba la vida armando muebles para otras personas, informó el medio Daily Mail.
Así, la madre de tres hijos decidió utilizar las redes sociales para promocionar el servicio que ofrece por medio de su pareja, quien posee habilidades generales de bricolaje, pintura, decoración, azulejos y colocación de alfombras. Por ello, cobra 40 libras (44 dólares) por hora o 250 (280) por todo un día.
Sin muchas esperanzas de conseguir clientes, James, de 42 años, empezó a recibir llamadas de personas interesadas en contratarlo. Ahora, trabaja seis días a la semana de 9 am a 8pm.
Renunciaron a sus empleos y ahora se dedican a su emprendimiento
Tras ver que podía dedicarse de lleno, el hombre decidió rechazar otros trabajos y ahora se dedica únicamente a “Rent My Handy Husband”. Según indicó, tiene fechas reservadas hasta mediados de noviembre.
James suele ser contratado para colocar televisores, cortinas o para reconstruir paredes. El servicio que ofrece no solamente está dedicado para mujeres, sino también para hombres que necesiten ayuda.
Mientras el “esposo útil” se encarga de las labores en casa de sus clientes, Laura se encarga de gestionar las redes sociales y el sitio web.
“Nunca esperé que despegara tanto como lo ha hecho”, dijo Laura. “Solo hemos estado yendo cuatro meses y llegó un punto en el que había tanto trabajo que James trabajaba seis días a la semana”.
Según explica, no cobra por trabajo, sino por el tiempo que los clientes necesitan a su esposo. También ofrece descuentos a quienes trabajan en el servicio de salud y de emergencia, así como a mayores de 65 años, personas discapacitadas y que reciben ayuda del gobierno.
“Sabemos lo que es ser padres de niños con necesidades especiales y hemos sabido lo que es luchar por dinero o tener que ahorrar”, concluye.