Un baby shower normalmente es una reunión familiar llena de risas, emociones y momentos especiales, pero lo que pasó en este evento fue algo totalmente inesperado. En un giro sorprendente, una pareja decidió darles a sus invitados una sorpresa tan impactante que todos se quedaron literalmente “en shock”. ¿Qué fue lo que pasó? Este momento único no solo dejó a todos boquiabiertos, sino que rápidamente se volvió viral.
Audrianna Som, de 24 años, y Chanra Klung, de 25, siempre se han caracterizado por su espontaneidad, por lo que no podía faltar un toque de sorpresa en su boda. Todo comenzó el 12 de enero, cuando, tras el positivo en la prueba de embarazo de Som, los miembros más “bromistas” de su círculo decidieron ir a comprar vitaminas prenatales, y de ahí surgió la idea de hacer de su baby shower una boda sorpresa.
“Estábamos muy emocionados. Después de regresar de la tienda, estábamos en el auto discutiendo los detalles sobre cómo se lo diríamos a nuestra familia. Estábamos tan felices que nos perdimos hablando de nuestro futuro”, contó Som a People. “Se me ocurrió brevemente la idea de ‘¿Qué pasaría si tuviéramos una boda sorpresa en nuestro baby shower?’”.
Para su sorpresa, Klung aceptó la idea. “La cara de mi prometido se iluminó de emoción”, recuerda. “No esperaba ese tipo de reacción y él literalmente dijo: ‘Hagámoslo, sería una locura’. Luego, unos minutos [más tarde] estábamos planeando cómo lo haríamos, practicando nuestro discurso y desde ese momento nos aferramos a ese plan”, agregó.
Cuando más de 100 invitados llegaron al The Event Center en Hampshire Hills, en Milford, New Hampshire, el 28 de julio, enseguida se dieron cuenta de que era un baby shower, ya que Som y Klung estaban vestidos de azul de pies a cabeza, revelando que esperaban un niño.
“Organizar una boda sorpresa era algo que simplemente hicimos, pero nadie sospechaba nada”, comenta la novia, y añade: “Tan pronto como las palabras ‘esta también es nuestra boda’ salieron de la boca de mi esposo, todos quedaron en shock”, continuó.
“Poco después del discurso, todos los miembros de nuestra familia vinieron corriendo hacia nosotros, llorando desconsoladamente”, contó la novia. “No fue hasta que los vimos venir, los vimos llorar y abrazarnos, que comenzamos a emocionarnos”.
Pero las lágrimas de felicidad no se detuvieron ahí. Continuaron fluyendo cuando Som, tras ponerse rápidamente su vestido de novia, caminó hacia el altar acompañada de su padre.
Los invitados se habían reunido para preparar la ceremonia. Al principio, las sillas no estaban alineadas en el campo porque la pareja temía que eso pudiera revelar la sorpresa. Afortunadamente, todos estaban más que dispuestos a ayudar.
“Fue el día más perfecto de todos”, dice Som. “Lo mejor fue que el evento empezó a las 2 p. m. y terminó a las 8 p. m. Como yo estaba embarazada, no quería socializar y me dolían los pies, fue perfecto que saliera del lugar a las 8 p. m.”.
Después de la celebración, Som y Klung pidieron comida para llevar de su restaurante chino favorito. “Comimos algo, aunque todavía llevamos la ropa puesta, comimos en la cocina, nos reímos y repasamos el día”, dice Som. “Nos fuimos a dormir antes de las 10 de la noche y acabamos la noche de la mejor manera posible”.