Cuando Emilee Hassanzadeh decidió visitar su estado natal Minnesota (Estados Unidos) con su perro Wendell nunca imaginó que ahí iba a tener un gran problema: querer pasear a su can y no poder hacerlo por no haber llevado su correa. Afortunadamente, después de varios minutos, la mujer encontró una solución que probablemente muy pocas personas la habrían visto como tal. Para más detalles al respecto, lee este artículo por completo.
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Resulta que Emilee fue a la casa de su hermana para ponerse al día. Después de un rato, ambas optaron por hacer un poco de ejercicio y luego dirigirse a un Starbucks para tomar un café. Según People, el local se encuentra a solo media milla de distancia de la casa en la que estaban.
El tema es que es ahí donde Emilee se dio cuenta que se había olvidado de llevar una correa para Wendell. “Así que comenzamos a buscar algo que pudiéramos usar en la casa (de su hermana). Ella nunca había tenido un perro y yo soy la loca de los perros de la familia, así que fue realmente impactante que no tuviera uno”, recordó la mujer en diálogo con la citada fuente.
“Le dije: ‘Bueno, ¿tienes una cuerda? ¿Una cinta? ¿Quizás una bufanda infinita?’. Mi hermana acababa de mudarse a una casa nueva y estaba haciendo algo minimalista, así que no tenía ningún objeto extraño, lo cual me resulta muy raro. Yo tengo un montón de cosas extrañas”, agregó la residente en New York.
Su hermana llegó a decirle que dejara a su perro en casa
Eventualmente, Emilee vio un cable alargador y es ahí donde preguntó si lo podía usar, aunque tenía cierta duda de si la gente la iba a mirar raro por ello. “Mi hermana me dijo: ‘Déjalo en casa, Emilee’. Pero yo pensé: ‘De ninguna manera. Necesita una taza para cachorros y también quiere dar sus pasitos. Hemos estado encerrados en Minnesota y está nevando’”, contó.
Es por esa razón que ella acabó atando el cable de extensión alrededor del arnés de Wendell. Luego todos se fueron a Starbucks. “Probablemente no se veía tan raro, pero me sentí loca porque todas sus correas en New York son de diseño. Es un perro con estilo”, indicó.
La peculiar interacción con el barista
Cuando llegaron al local, Emilee fue a hacer su pedido. Es ahí donde le dijo algo singular al barista. “Oye, descargo de responsabilidad total: no estoy tratando de electrocutar a mi perro. Olvidé una correa y realmente no quería que se perdiera una taza para cachorros”, expresó. El trabajador, apenas la escuchó, contestó: “Oh, Dios mío, hiciste lo correcto. ¡Estamos muy contentos de que lo hayas traído!”. De acuerdo a la mujer, en ese momento, “todos pensaron que era divertidísimo y se partieron de risa”.
Ya sentada, ella sacó su celular y grabó un video para mostrar la singular correa que estaba usando para pasear a su perro. Aquel clip lo subió a su cuenta de TikTok (@worldwidewendell), donde se volvió viral rápidamente. A raíz de la situación que vivió, Emilee sabe ahora que además de siempre andar con su teléfono, billetera y llaves, tiene que contar con una correa para can.
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